El tablero se mueve
Hay un escenario político que se compara con el juego de ajedrez. Las piezas en el tablero no deberían moverse hasta el mes de febrero de 2013. Acaso diciembre de 2012 debería servir para salir de la hibernación. Debería. En la articulación política los tiempos verbales no responden a la gramática.
En Argentina la gramática es esquiva. Las ilusiones también. La actividad política destroza a los racionales, entusiasma a los encantadores de serpientes, termina en obviedades. El relato, caramba, se parece ora al cuento de la buena pipa, ora al bosque encantado. Oscilamos entre la fantasía y el disparate. Al día lo cruzamos con despampanantes baños de realidad. Combustibles, tarifas y las inseguridades, personales y colectivas, bailan en el día por día. Se suben al almanaque y lo pintan. Miedo. Inflación. El tablero tiene a los trebejos pavoneándose por los cuadros.
Ni siquiera los sueños son sencillos. Hay pesadillas, feroces ensoñaciones y crueles despertares. La política ya no es el arte de lo posible. No hay arte en la corrupción, el maltrato y la mentira. Nada. Lo real confronta con lo posible. Vamos al tango: “luego la verdad, que es restregarse con arena el paladar”. Lo posible es definitivamente homeopático.
Julio ya instaló las dos elecciones del 2013. Lo que se dice, cuanto se hace y las diferentes peleas están inspiradas por las elecciones del medio término. Santa Fe renovará 9 diputados nacionales. Cristina será omnipresente. Ése objetivo, su omnipresencia, fue logrado. En el 2050 lo analizarán. Está sola en el escenario pero ni baila, ni canta ni recita Shakespeare. En ocasiones amenaza. Argentina es, bajo su mando, un país con dirigentes devaluados, amenazados. Con la billetera o el escarnio. Cambió el aserto popular “billetera mata galán” ahora es: con la billetera se pierde dignidad. Una suerte de “ape regina” que digita su colmena, pero también las rivales. En eso estamos. Un monodrama, el unipersonal de las revanchas, un stand up sin devolución.
La provincia tiene, para diputado nacional, dos candidatos instalados. Y el peronismo oficial, claro, que parece un misterio algebraico. El peronismo suele lograr que dos mas dos sea uno y medio. La carrera política es el pulso. La ciudad duerme, la ambición descansa. Los dos candidatos peronistas posibles son Jorge Obeid que lo desea y Agustín Rossi que lo tiene merecido. La señora María Eugenia Bielsa hizo fe de cumplir los mandatos. Ya una vez la invitaron a ser de la partida nacional y adujo el mandato popular, la voluntad. “Me eligieron por cuatro años”… (y etc.) El pejota, ya se sabe, es una cáscara electoral. Hay otro peronismo. Es rarísima esta provincia. Hablar de peronismo es necesario, pero los votos reales estarían en otro lado. Por ejemplo: con la arquitecta.
La mayoría de los votos santafesinos no tienen relación directa con el gobierno nacional. Las elecciones de 2013 también serán una encuesta. La de los porotos verdaderos. Macri y el PRO se medirá en Santa Fe. La administración provincial tendrá una fotografía de su situación real. Diputados, senadores y administración provincial entenderán la sugerencia de las urnas. Punto. Participarán de la representación nacional que se vote y del informe territorial que se define. Mas claro: Antonio Bonfatti participa. Menos que la señora CFK, pero participa. El humor provincial es parte de la elección. La dádiva antes que el federalismo obligatorio. Eso pesa. Eso pasa.
Los dos nombres “colocados” en la grilla de partida son Hermes Binner y Miguel Torres del Sel. Con distintos patrones y distintos patrones de conducta. El Midachi existe. Camina el territorio. Va. Viene. Sonríe. Sabe que su corazón es peronista y cuenta con los votos peronistas, más los que nunca serán de la señora y nunca del socialismo. Su espalda tiene la casaquilla de Mauricio Macri. Debe plantar definitivamente ésa bandera. Si luego es candidato a gobernador es eso: luego. El 2013 está primero. Perdió por tres nebulosos puntos contra Antonio Bonfatti en 2011. Todos niegan al Midachi, pero todos saben que está. El radicalismo de centro derecha (históricamente los “alvearistas”) lo acepta. Hum. Un Midachi peronista que charla con Macri y Scioli y le sonríe a los radicales. Menudo lío. El radicalismo de la provincia es frentista. Las elecciones internas se hicieron y el voto es de Binner. Mario Barletta se cocina en su propia salsa. Hermes Juan Binner es el opositor nacional con más espalda ideológica. No le encuentran focos de corrupción ni lo sacan de escuadra. Donde llega de visita le dicen:”usted es nuestro candidato”. Visita todo el país. Los periodistas porteños, acostumbrados a picar carne y cobrar por ello, le exigen definiciones dramáticas. Cómo ha sido el socialismo, desde el siglo IXX en Argentina, es una materia que muchos colegas no aprobaron. Por su caminito marcha Don Hermes, pero la prueba de fuego es el 2013. No puede escaparse de una diplomatura en sus pagos: provincia de Santa Fe.
Que no se elijan ejecutivos municipales, provinciales y nacionales obliga a que muchos jueguen de guapitos. El radicalismo sueña con ser el patrón de la vereda. Tenía pergaminos, se mojaron en la lluvia del 2001. Algunos partidos provinciales, algunos referentes regionales también. Y hay dilemas verdaderos. Mario Barletta es menor que Binner en votos provinciales, se insiste: jugó una interna y la perdió. Es parte del FPCyS. Soñar con la libertad es posible, su nomenclador habilita. El espejo nacional muestra las mismas caras, pero con otra imagen. La cara oficial del partido radical, Mario Barletta, tiene dudas “hamletianas”. Jorge Boasso tiene votos propios en el sur santafesino. Quien fuera intendente de Santa Fe es parte del tronco madre del partido de Alem, Irigoyen, Illia, Alfonsin y De la Rua. Desde el 2001 los radicales cantan una zamba salteña adaptada: se apagó Balderrama (señor corrector: con “B” larga o labial, o alta)
En el tablero los trebejos tienen nombres que ya circulan. Reutemann habla con Macri más que con cualquier pejota. Daniel Germano es diputado “reutemista”. Alejandra Vucasovich también. Hermes Binner y Alicia Ciciliani, uno que entra, otra que renueva, dejan comprimida la cuadratura. El peronismo insiste que no pero es que si: la señora pondrá a quien quiera. Agustín Rossi es un mojón muy firme. Si la señora esquiva a Agustín Rossi confirmaría su índole (el escorpión y las ranitas, el río caudaloso, etc) El cielo o el infierno en una boleta.
Miguel Torres del Sel en 2011 ”casi” le gana a Bonfatti. Con Binner el partido lo juegan todos. El Midachi también. Los candidatos presidenciales juegan en Santa Fe, es de ellos el 2015. La señora, además, busca superar la peor elección de su mandato: el fracaso de 2009, cuando hasta Elisa Carrió se creyó presidenciable. Desafío de Balcarce 50. Muchos votos, muchos diputados y el “si Cristina” será clamor. Los clamores se parecen a los cantos de las sirenas. Nadie compara a la señora con Ulises, ni la ataría al palo mayor. Pero. Pero. El tablero se mueve.
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