Las improvisaciones de Mauricio Macri permitieron que Miguel del Sel disputase la gobernación de la provincia de Santa Fe. Casi. Casi. Por poquito. Menos improvisación y pedantería y había otro final.
Macri, por el otro costado de sus actos, debido a la elaborada información que le proporcionan sus asesores, logró la presencia del más payaso del grupo Midachi en la política de grandes ligas. Asustó. A todos asustó. A propios y extraños.
Los recién llegados, todos los invitados tienen un comportamiento similar: “solo sé que no sé nada y que debo aprender “. Respuesta de manual. Cómo pensar que alguien llegue a un sitio donde se precisa brújula y cuaderno de bitácora y diga: déjenme a mi, lo sé todo. Exceso de posesivos y exceso de confianza. Vamos. Viene porque se cree mejor. Es inconveniente decirlo, pero es así. Ése fue el caso de Macri, de Boca Juniors a la actualidad.
El uso de un nombre, una personalidad carismática para atraer votos, no es nuevo. La presencia de Carlos Alberto Reutemann, a quien se midió al igual que a César Luis Menotti, obedeció al descalabro político del peronismo tras la fórmula Reviglio Vanrell y ése final no deseado. La Ley de Lemas original (todos los votos suman al mas votado entre los lemas pactados) permitió que Lole Reutemann, segundo en votos, fuese gobernador por la suma (de votos) en lemas peronistas. En diciembre de 1991 asumió escueta, parcamente. Sin pasado, sin deudas políticas por su pasado.
Daniel Scioli, como funcionario primero y dirigente electivo después, es otro ejemplo histórico. Como el gobernador Ramón Ortega que triunfó. Como Ricky Maravilla que no triunfó (cuál habrá sido su apellido, se perdió en la historia inquisitiva: qué tendrá el petiso) como el jugador de Central, Edgardo Bauza, casi concejal de una población de la Región Rosario, zona donde el inefable Rodolfo Cholo Montironi dignificó su cargo y empeñó su alma de bandoneón en algo que no sabía. Primero a triunfar. Después comienza el aprendizaje. Los invitados viven al vesre.
Pablo Andrés Lisandro Cribioli y Evaristo José Esteban Giordano Monti son ejemplos cercanos de periodistas que entraron en “la” política. Como “popy” Larrauri, corredor de autos al igual que Reutemann. El grado de conocimiento es el fundamento básico para la invitación. Que se acepte el convite define a quien propone y quien acepta.
Clotilde Acosta fue invitada a una candidatura testimonial y aceptó. Una candidatura testimonial es un engaño al votante y al sistema. En Argentina se acepta el engaño como argumento político. Nacha Guevara está perdonada. Otros, como Luis Brandoni o Enrique Llopis, entraron y salieron con suerte bien diversa. Como Esteban Morgado. Como el chango Farías Gómez. Como Eduardo Lorenzo, el onomatopéyico Borocotó. Cormillot acaso sea un ejemplo fenomenal, superado por Claudio Zin, un columnista de salud que llegó alto.
Hay otra mirada sobre el asunto, se corresponde con los partidos políticos, su vigencia, su existencia. Hay partidos de paladar desconfiado, como el radicalismo, que piden historial genético. Hay partidos de cuadros cerrados, cerradísimos, desconfiados y castrantes. Agotador. El socialismo operó de tal modo por años. Poca renovación. El FPCyS (Frente Progresista Cívico y Social) sirvió para quitar almidón. Todavía a algunos de sus seguidores les asusta la apertura que, como FAP, realiza el socialismo. En cuestiones de gobierno lo valioso es saber donde se llega. Los recién llegados sin manual de uso suelen equivocarse. En otras ocasiones el equívoco está en la elección de asesores. La inexperiencia cuesta caro. Deberemos volver sobre la inexperiencia.
El peronismo permanentemente abre sus puertas. Un movimiento de masas, vociferante y nebuloso, no tiene problemas de ideología ni de pasado. Venga a bailar. Tractorista, panadero o espontáneo, no importa. La convocatoria del peronismo es amplia. Venga a bailar, amigo. El grado de inexperiencia tiene menos peso en la calificación final porque se invita a bailar una música que ya está sonando.
Queda firme que la estructura partidaria en el peronismo no existe. Ni como escuela o fragua ni como antecedente. De hecho a la arquitecta Bielsa le falta la diputación nacional representando al peronismo, sin ser afiliada ni querer serlo. No hizo ni hace falta. El radicalismo es mas formal, cuidadoso y el socialismo queda dicho: fue exasperadamente formal. Hoy paga tanta censura interior.
El PRO y su ampliación, el PRO Peronismo, toma de este, del peronismo, su fórmula para la leva de candidatos. Laxo. Cool. Convoca a puro destrabalenguas. Ejemplo: Sería diputada nacional la novia de un dirigente, hoy diputado, que es tal por la confianza con un referente, que es referente por su renombre personal y la amistad con un gobernante. Ufa. Es complicado de explicar, fácil para la risa socarrona y preocupante para el futuro..
Bob Dylan lo aseguraba, los tiempos están cambiando. Kirchner hizo su capricho. Su viuda igual. Reutemann eligió como quiso. Nunca precisaron el partido. Macri/Scioli (de ambos depende el Midachi) lo mismo. Vicepresidentes, concejales, diputados o ministros por renombre, pasión, amor, encuesta o vecindad. Minga de militancia. No importa que no sepa gobernar. Bienvenidos al tren. La leva mediática tiene mucho de azar. A pura suerte. Después de la margarita viene la realidad. Servirá mucho, poquito o nada. Una frase, publicada en este diario, marca el punto final: ““me parece que la gente está necesitando tipos que le digan claramente como son las cosas, sin tanta retórica de los políticos, tan gastada/…/ me parece que el país necesita personas descontaminadas”…
Después del 10 de diciembre, cada dos años, deshojamos la margarita.
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