Arrancó el año electoral. El almanaque se ocupa de feriados largos y fiestas de guardar. Los políticos avanzan sobre la sociedad con su problema. Las elecciones de medio término están instaladas sobre la debacle, conceptual, ética y consagrada. Nada es como se supone que era. No hay bienes legalmente constituídos. Quedan pocos refugios antisísmicos. El terremoto institucional se está llevando lo poco que quedaba del siglo XX lo que se instala es el porvenir. La sociedad ni siquiera encuentra un consuelo en la mesa de saldos y retazos.
Un mensaje claro: “según la constitución no hay reelección. Son sólo dos mandatos, no pienso (ni permitiré) cambiar la constitución de los argentinos”. El presidente que no dice eso es sospechoso de ilegalidad. Una constitución y un país rifados por una persona. No es bueno. Ojo, es posible. La honestidad allanaría los caminos. La falta de sinceridad tiene un nombre. Quien vive en el país de la guiñada cómplice es eso: cómplice.
Las mujeres de la política santafesina no se han decidido a tomar el tema Miguel del Sel con la seriedad que tiene. Falta de atención o estudiada distracción. Pregunta: no quieren las mujeres ponerse en la vereda de enfrente de Torres del Sel o se supone que mencionar sus dichos las deja fuera del escenario. No hay respuestas sonoras. Repregunta más cruel. Si sus dichos traen votos, cismáticos pero reales, se buscan los votos del machismo a ultranza y el pensamiento pre conciliar. Si. Hay una conclusión que es más cruel re cruel. Hurgar en las cuestiones de género pianta votos. Feo, muy oportunista. Excesivamente especulativo. Al límite de dos situaciones emparentadas. Cobardía y traición al propio pensamiento. Por esas razones sobrevive el Midachi.
Con hombres de su entorno en puestos importantes de cinco ministerios y una fama de leal espadachín legislativo de La Viuda, Agustín Rossi va por su relección como diputado. De los cabezones del peronismo provincial quien mide menos que el es Jorge Obeid. Ambos con un dígito. Rossi volvió del Frepaso y es cierto que huyó del escenario menemista del segundo quinquenio. No hay alta intención de voto para Rossi y hay un 67 %, en la encuesta privada que le asigna un hermoso concepto: leal a ellos. Ellos son los K. El pago de las lealtades es una voluta de humo en una canasta. Eso dicen. Se verá. Hoy detrás de Rossi no hay nadie con cargazón. Hay alguien con influencias: Alejandro Ramos, el intendente que no renuncia. Y María Eugenia Bielsa que deshoja la margarita de las lealtades cruzadas.
Hermes Juan Binner es el socialista con carisma a pesar suyo. A no reirse. Su compostura define amores. Dice una mujer de la política: antes nosotros tuvimos a Reutemann, ahora ellos tienen a Binner. Lo siguen, che, lo siguen. Detrás va cualquiera. Desacomodar a Binner en el FPCyS y quitarle peso nacional al F.A.P. cascoteando a su primera figura, es una tarea fácil y difícil. Fácil porque no contesta a la velocidad que se espera. Difícil porque al ciudadano común las patadas en el tobillo del candidato no le duelen. De fuera se ve un solo problema para Binner. Mejor dos. El primero es que no tocan en la misma orquesta ni tienen la misma afinación Fein, Lifschitz, Bonfatti, Galassi, Zabalza, Ciciliani, Binner. Velocidades distintas y distintos diciembres del 2013 y del 2015 para todos los mencionados. El uniforme de trabajo conjunto les vendría bien. Monograma: Binner Presidente.
El diciembre de Agustín Rossi. Red legislativa hasta 2017 o puestito en el Titanic, con el encargo de mantener limpia la casa después de la gran festichola. Nadie de los que está en la grilla santafesina se acerca a su polenta, nadie de los mencionados ha sido mejor espadachín. No lo quieren como se merece. Punto.
El diciembre de Binner es de velorio con tres diputados, de batalla ajustada con cuatro, de fiesta ganadora con cinco y de brindis a la madrugada con seis. Hermes sueña quedarse en vela hasta encontrar el sol.
El diciembre del Midachi será en Carlos Paz o Mar del Plata. En la nueva legislatura. Acaso con Susana. El de Rossi con salvoconducto más allá del 2015. El de Binner con tres, cuatro, cinco o seis diputados y el caminito para consolidar el F.A.P.
Si Agustín Rossi no va de candidato y suben a María Eugenia Bielsa a la pelea es que en Balcarce 50 cundió la desesperación. Puede ser. Torres del Sel es un inmenso grano para el peronismo y la derecha. No tiene códigos políticos y representa la contradicción básica. Odio la política, quiero ser político.
Se reparten 9 diputados las agrupaciones políticas. El Midachi recibió el 2011 mas de 400 mil votos peronistas. El peronismo quiere retomar algo de ese tesoro dilapidado tras el cómico.
Detrás de Binner y su gente un radical estará. Se agolpan restos humeantes de la nada que es el P.D.P. de la cáscara del ARI C.C. Habrá más de gentileza que de necesidad. Radicalismo si, el resto traicionará la unidad apenas pueda. Es histórico. Rutinas que nadie entiende bien.
Antes, durante, dentro, después del FPV los chicos del Movimiento Evita. Tonnioli, Gerardo Rico y Pérsico, el barbado Pérsico y su anciana vehemencia juvenil que confunde muertos con heridos y muertos propios con heroicidades que los otros muertos no tienen. Rossi deberá contenerlos. Nadie cree que pueda hacerlo.
Miguel Torres del Sel está solo. Algunos días muy solo. El peronismo se arrimará para obtener cargos. De la carpa Macri le dan indicaciones. De la carpa Scioli le dicen espera un mes más. Los dos le dicen cállate. Los 400 mil votos peronistas que Rossi no retuvo, que se fueron de las últimas internas son parte de los saldos y retazos. No hay una votación hay una elección de futuros posibles. Ah, una sola votación, ya se sabe.
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