Google+ Raúl Acosta: Nelson Castro y la señora K

sábado, 17 de agosto de 2013

Nelson Castro y la señora K


-Doctor, nos mandó a todos a los libros de medicina.

Es así, a veces nos toca hacer esas cosas.

--Por estudios locos de juventud algo se de medicina, así que cuando hablan de síndrome no me resulta tan ligero ¿no? Lo que pienso es esto doctor: lo que usted ha hecho es vestir o decir cómo estaba vestido el rey, y eso cambia el eje de la conversación.

Sí, es lo que nos toca a nosotros como periodistas, con toda la polémica y controversia que siempre generan estas cosas –creo que hoy está en las redes y demás- y así es el trabajo del periodista, dar la información. La información es que los médicos están realmente preocupados, la salud emocional de la presidenta de la República.
Porque esto además tiene consecuencias, y el discurso en Tecnópolis es una de ellos ¿no? Es un discurso políticamente muy preocupante, en cuanto a lo que significa ¿no? Y por supuesto, este mal del poder, por eso yo lo describía, para que cualquiera que lo lea diga“es esto y efectivamente se verifica esto, aquello”. Una de las cosas, entre comillas, interesante, que pasó en estas 48 horas de tanto ruido, es que a través, por supuesto, de una vía indirecta, dos o tres funcionarios del gobierno lo leyeron, lo escucharon y dijeron “pero es así, tal cual”. Y es lo que nos corresponde a nosotros, como periodistas, hacer.

--Doctor, permítame ir por una callecita lateral. Este programa se llama La Vereda de Enfrente porque yo amo a Borges.

Por supuesto.

--Borges tiene un poema donde dice “he cometido el peor de los pecados, no fui feliz”. Yo creo que si la señora Cristina se dedicase a mirar lo que hizo, lo que fue, lo que es y quiere ser feliz, tiene dos años para acomodar su cabeza y ser una personalidad de la historia y no un rasgo tan intemperante ¿no?

Pero por supuesto que sí. Primero porque Cristina Fernández de Kirchner, como los demás presidentes, va a pasar a la historia. Pero va a pasar a la historia por ser, primero, la primera mujer electa como presidenta, luego reelecta. Esos son elementos, casi te diría, para el orgullo personal, el orgullo en el buen sentido, son enormes. Por lo tanto, frente a esto, uno dice ¿qué es lo que le queda obtener? La grandeza. La grandeza de reconocer lo que pasa en democracia, cuando se gana y se pierde, cuando uno pierde está triste, esto está claro, nadie está feliz. Me dicen ‘Nelson, la tristeza es inmanente a la derrota’, pero claro que sí. Obviamente. Sólo que lo vimos el miércoles, y lo que se vio, va más allá, porque lo que vimos es un desprecio a la democracia. Y vos decís, ‘mirá lo que produce’. Vos decís, ‘¿esto tanto pesa como para decirlo en los actos de gobierno o es algo personal y afecta solamente a lo íntimo?’. Así que era un planteo que me resultaba interesante. Y yo decía, esto pesa más allá de lo personal –el discurso del miércoles-, es un discurso de ira, de desprecio a la democracia, muy peligroso. Hubiera sido dicho por cualquier otro, del mismo sector del kirchnerismo, lo hubieran salido a matar.

--¿Cree que una de las raíces de los populismo es esta? Es este voto y es esta opinión, y cualquier voto en disidencia y cualquier opinión en contrario en realidad es traición…? El pensamiento único llevado a un extremo se convierte en esto ¿no?

Efectivamente. Además es muy interesante, porque vos sabes que en el peronismo, donde todo el mundo habla de lealtad, lo que todo el mundo hace son las traiciones. El peronismo es una cuestión de traiciones. Néstor Kirchner hizo eso con Duhalde. Digamos, todo se puede aplicar para todos. Cuando la presidenta les dice a los otros lo que les critica debería decir ‘pero yo hice lo mismo’. Entonces, este es el elemento realmente peligroso, porque cuando vos tenés este discurso de la presidenta –por eso yo hablo de la salud emocional de la presidenta, que es distinta a la salud mental- yo digo ‘mirá lo que puede llegar a producir’, porque este estado de ira te genera este desprecio a la votación, te genera después una acción de gobierno según la cual, como yo te desprecio no me reúno con ningún opositor, entonces no dialogo. Tiene consecuencias políticas, no es que solamente tiene una consecuencia personal que es la que preocupa, por supuesto, a los médicos. Tiene una preocupación de la salud, porque repercute un estado emocional de ese tipo en lo somático, en el organismo, y porque además tiene repercusiones políticas.

--Sobre esto, creo que la otra cuestión es que con todo esto igual a la agenda política la sigue marcando la señora.

Eso es evidente. Por eso la oposición tiene una deuda con la sociedad argentina enorme. En ese aspecto, el Frente Renovador de Massa ha aprendido, se ha dado cuenta que tiene que tomar la agenda. Fíjate cómo le arrebató de la agenda el tema del mínimo no imponible. Para darse cuenta, en ese aspecto tienen esa genética, que el resto de oposición no tiene. Se ve que dijeron en estrategia ‘ahora de acá a octubre nosotros tenemos que generar agenda para que la gente vea que tenemos cosas concretas’. Por lo tanto le ha arrebatado este tema y le ha generado un problema al gobierno, desde el punto de vista político, porque las cifras que está dando el Frente Renovador seguramente no son las cifras de aumento que puede llegar a discutir el poder. Pero digo, en ese aspecto ha actuado con una estrategia inteligente que es lo que le falta al resto de la oposición.

--Usted sabe que unos amigos radicales se enojaron conmigo.

Por eso no se preocupe.

--Yo lo que estaba diciendo que no se apuren a cocinar la liebre.

Claro.

--Ya están diciendo ‘somos los que vamos a reemplazar…’

La oposición, yo cuando los escucho, también digo ‘¿ustedes no se dan cuenta lo que tiene que hacer para regenerar esa confianza enorme en un país que se ha hecho peronistas, donde la mayoría de la gente cree que el único que puede gobernar es el peronismo?’. Vencer eso va a exigir un trabajo enorme. Entonces, cuando los escucho, y he escuchado a Barletta, gente que respeto y valiosa, y digo ‘tienen que generar ustedes un nivel de confianza porque no solamente tienen que unirse sino que tienen que generar la idea de que van a seguir unidos y que van a poder gobernar. ¿Sabés lo que va a costar llegar a eso?

--Doctor, cierro con esto: mi más sincero y afectuoso abrazo.

Usted y yo sabemos por qué. Me hacés a acordar a la carta de la presidenta a Francisco.

--Si. Pero en este caso me guía el mas puro afecto Lo se

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