Google+ Raúl Acosta: Romero, el profesor, y un diálogo que merece ser leído

viernes, 27 de septiembre de 2013

Romero, el profesor, y un diálogo que merece ser leído



-Tengo muchísimos años de periodista, por eso siempre leo las notas pensando un poco más allá. Y la nota suya en el Diario La Nación del 27 de setiembre hace pensar en un poco más allá de esta coyuntura electoral. Primero, porque refiere al 2015; y segundo porque pide algo, usted dice, "razonable". Razonable viene de razón. ¿Hay algún tipo de razón con los políticos?

De ninguna manera voy a criticar a gente que tiene que hacer una cosa tan difícil como es la política. Pero, precisamente porque es difícil, me parece que a veces hay un cierto encerramiento en la lógica específica de la política, y ahí es bueno que otra gente hable y les recuerde qué es lo que esperamos de ellos; en el sentido que habló las grandes manifestaciones de este año y el año pasado. Entonces lo mío es como un reclamo para que gente esté menos involucrada en la construcción política cotidiana y recuerde cuáles son los problemas principales y cuáles son los secundarios.


-Dice usted acá “Durante diez años, el kirchnerismo supo bloquear la formación de una alternativa opositora”. Y es cierto, es muy característico del peronismo. Después insiste usted sobre esto. Pero, profesor: ¿no habrá una tarea doble que el kirchnerismo supo bloquear y que los demás no supieron desbloquearse?

Por supuesto. Pero yo quiero reconocer el mérito, no es fácil hacer lo que ellos lo hicieron, y lo hicieron bien. Que es, para decirlo con términos corrientes, correrlos por izquierda al radicalismo y al Frente Progresista y agitar el trapo de la estatización, etcétera, para hacerlos votar cosas que, supongo, buena parte de ellos se habrán arrepentido ya o habrán pensado ahora qué es lo que estuvieron votando. Pero sobretodo mantuvieron la iniciativa e impidieron que otros discutieran su propia agenda. Y yo creo que lo hicieron bien.

-Por aquello de la velocidad que tiene Internet, comenté la nota suya con amigos que están en España, en Francia. Para mí, uno de los ejes que usted pone en esta nota, profesor, es para meterle más y más al análisis, que es la unidad entre el menemismo y el kirchnerismo, y no sé si no habría que decir la conformación de una sola genética peronista manejando una y otra alternativa. ¿Ve usted –permítame el uso sacrílego de la palabra- una genética peronista común en todos los mecanismos que pone el partido y el movimiento para perpetuarse y mantener un 60 o 70% de intención de voto?

Yo no lo pondría exactamente en esos términos, porque de hecho en este momento no existe el partido, y no sé si existe el movimiento. Pero lo que sí tengo claro es que existe un aparato político que depende del gobierno en sus distintos niveles y que los gobernantes, en su mayoría, son peronistas pero hay otros que no. Por ejemplo, el gobernador de Santiago del Estero no es peronista pero funciona perfectamente en este juego. Y por otro lado, la palabra peronismo quiere decir algunas cosas pero no todas. A mí en este momento me resulta mucho más claro pensar ‘hay un grupo político que está usando…’

-Usted usa la palabra régimen.


Sí. Y quiero usar la palabra antiguo régimen. Usted sabe que la Revolución Francesa la usó para calificar al antecesor. Que es un régimen que ya nos es tan familiar, y nos hemos acostumbrado, y nos han dicho tantas veces que los peronistas son los únicos que pueden gobernar que el caso parece naturalizado; cuando en realidad se basa en prácticas espantosas e insostenibles, como es el uso de los recursos del Estado y ganar votos. Así que me parece que es bueno tomar distancia de él y decir “cambiémoslo”.

-Me detengo en una frase suya: “No hay por qué resignarse a un "antiguo régimen amansado". Es posible formular una propuesta para volver a tener un país normal, asumiendo que la Argentina encarará de ahora en más un proceso de reconstrucción” –Voy con usted en la esperanza en esa-. “En una situación parecida, en 1945 en Europa se construyeron alianzas entre fuerzas políticas muy distintas, pero con un común objetivo inmediato”. Que era salir de la guerra ¿no? Y cita usted el 45, y en Argentina eel 43, despues octubre del 45 y febrero del 46 consolidan la presencia, por entonces poco menos que imposible de evitar, del –pongamos su palabra- el régimen peronista en presencia activa. ¿Será posible salir de eso o repetiremos el 46?

Lo que estoy queriendo decir -puse el ejemplo de Europa, el de Argentina llevaría a pensar un poco más- es que usualmente cuando alguien describe el panorama político actual dice “está el peronismo, la centro derecha y está la centro izquierda”. Es posible, pero yo creo que las opciones que hay para los próximos 10 o 15 años, para los cuales hay que hacer una gran reconstrucción, separan a los que quieren mantener este régimen político más endulzado, digamos con menos retórica, menos robo, más prolijidad; y por otro lado, yo creo que hay mucha gente –y yo la llama gente razonable- que coincide en lo que serían las tareas iniciales, que yo creo que son largas, de reconstrucción del Estado por ejemplo, o eliminación de la pobreza. Entonces, es posible que toda esa gente –y este es el punto que me interesaba marcar- una vez que tengamos el Estado reconstruido, o sea una buena burocracia, respeto de las reglas, agencias públicas que funcionen normalmente, ahí recién podemos empezar a discutir si queremos más Estado o más mercado, más liberalismo o más estatismo. Son discusiones importantes pero que, por ahora, no tiene el menor sentido porque el Estado está pulverizado, corrompido y explotado.

-Permítame lo siguiente, le presento el menú, pero me interesa su opinión: hay una decisión democráticva por suma de votos y en estas elecciones de 2013, según todas las encuestas, las suma de votos de diversas formas del kirchnerismo, peronismo, pongámosle como sea, están arriba del 60, 65; y usted está planteando que para el 2015 una de las posibilidades, para decirlo crudamente, es amansar un peronismo un poco más dialoguista, un gobierno, un régimen más dialoguista que el de señora Cristina, que no es dialogar, y por otro lado, profesor insiste usted en otra salida, una oferta distinta, plantea usted una posibilidad de país normal a través de la razón. ¿Pero es posible con la consecuencia económica, social, de costumbres distorsionadas, alteradas, le diría que de raíz, en nuestra sociedad, es posible ofertar en el 2015 ‘volvamos al raciocinio, volvamos al país normal? ¿Es posible esto?

Bueno, la posibilidad en la política tiene que ver con la voluntad. Si uno no se propone algo difícil no tiene sentido que se ponga a hacer política. Usted habla del 60 o 70% de votos peronistas, pero la Argentina no tiene nada que ver con 1955 o 1973....

-Yo digo peronismo para facilitar la conversación, nada más.


Lo que le quiero decir es que no hay un peronismo de convicción. Hay mucha gente que piensa “esto es lo que hay” o “lo malo conocido”. Entonces, una de las razones por las que piensan eso es porque los que tienen ideas diferentes van cada uno por su lado, y se niegan a conversar entre ellos. Una buena alternativa, diferente al peronismo, arrastraría mucha gente que diría “bueno, está el malo conocido pero esto otro promete”. Para que esa alternativa convenza, porque tiene que tener fuerza, es imprescindible que gente que dice “jamás voy a ir con este otro” piense. Porque en materia de lo que hace efectivamente gobernando sus distritos… La ciudad de Buenos Aires y la provincia de Santa Fe: juntar a Binner con Mcari, imposible. ¿Por qué? Si muchísimas de las cosas que tiene que hacer, digamos, de aquí a que se mueran ambos, son las mismas. Entonces, al cabo de 15 años podrán decir ‘en realidad, yo quiero seguir para la derecha, yo quiero seguir para la izquierda’. Pero todo el primer tramo del camino es el mismo: el Estado, la República, la inclusión social. Y no es lo mismo para lo que yo llamo el antiguo régimen, porque ese antiguo régimen vive de la pobreza. ¿Se da cuenta? Entonces, es muy difícil esperar que haya políticas en serio, lo más probable es que siga habiendo esta política de subsidios que es tan útil.

-Usted va a tener que admitirme una convención: cuando yo digo peronismo estoy diciendo las diversas formas en que el aparato que se inventó como política a través del Estado, el peronismo,que apareció teniendo chequera y secretaría, vicepresidencia y después presidencia, que no apareció cruzando el río como los chinos, ni bajando de Sierra Maestra como los cubanos. Si usted me admite esa palabra, peronismo, yo tengo una pregunta: ese peronismo, que fue uno en el 46, fue otro en el 52, y ha sido cualquier cosa de allí en adelante, ese peronismo tiene un voto del 60%, más o menos, en la provincia de Santa Feno tanto. no, pero lo tiene en el país y lo tiene en provincia de Buenos Aires, que es nuestro gran problema como país.

Yo no estoy seguro. Si fuera así, Alfonsín no hubiera ganado en el 83. Yo le diría que si hoy tuviéramos un Alfonsín o, si me permite la irreverencia, si Bergoglio no fuera Papa y fuera político, le sería muy fácil construir esta coalición de gente razonable. Como no lo tenemos…

-Cambio la pregunta. ¿No está faltando un liderazgo de gente razonable?


Lo del liderazgo es como decir que venga mi papá y lo arregle. No lo tenemos y las personas comunes, como usted y yo, tenemos que hacernos cargo de esa tarea muy difícil. Ojalá hubiera un liderazgo, pero si no lo hay ¿qué vamos a hacer?

-A veces conversando con políticos digo ‘apenas ustedes dicen un líder, están usando la metodología peronista’.

No, no es así. Yo creo que en la democracia hay liderazgos. Es decir, Merkel. Hay un tipo de liderazgo democrático y un tipo de liderazgo autoritario. Y seguramente, si nos ponemos en marcha va a surgir, probablemente, y quizás lo tengamos delante de nuestros ojos y no nos demos cuenta de sus potencialidades. Pero de momento hay una especie de parálisis, resumida en la frase ‘mi límite es fulano’. Yo creo que son cosas arcaicas.

-Permítame cerrar con el cinismo que los periodistas solemos mantener como forma de vida. Digámoslo así, ¿podemos salir de una genética del caudillo?

Sí, en el 83 hicimos un buen intento. ¿Por qué no volver a hacerlo?

-Tengo una nota escrita diciendo que fue el único relato no peronista el de Alfonsín. Con la democracia se come, se educa... Por primera vez, alteró el relato del partido de gobierno. El único que lo alteró fue Alfonsín, es cierto, pero los radicales lo abandonaron en el 85.

Puede ser. Mire, voy a usar una frase muy conocida: la razón es pesimista –y usted está en ese lugar-, yo le digo la voluntad, por definición, es optimista. Si yo escribo un libro de historia voy a acompañarlo en el pesimismo. Pero ahora estoy pensando como ciudadano y un esfuerzo vale la pena hacerlo. No quiero que nos demos por vencidos de entrada. Y permítame que le haga un comentario sobre esta frase: yo no creo que el 70% del país sea peronista, porque no creo que el peronismo sea una cuestión de ser o no ser. Usted vio que una característica del peronismo que es muy amplia y recibe a todo el mundo sin preguntar nada, y así, a la vez, mucha gente se va sin avisar que se va. Yo creo que hay un voto por el gobierno, en general, uy si las cosas han funcionado bien, ¿para qué cambiar?

-No hay un determinismo peronista en la Argentina.

No estamos en el 55, con el país dividido. Hay un 20% kirchnerista, sí, que es identitario. Pero me parece que es reducido eso ya.

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