Google+ Raúl Acosta: Rosario está muy sola

jueves, 13 de marzo de 2014

Rosario está muy sola

(Publicado en diario La Capital, jueves 13 de marzo de 2014)

La ciudad de Rosario está muy sola. Podría fijarse fecha, conmemorar el día de la soledad. Cuando el diputado kirchnerista Andrés Larroque, en mitad de la Cámara de Diputados de la Nación, con cámaras filmando el hecho, acusó a los socialistas de "narcosocialistas" comenzó la soledad. Ese fue el día iniciático.

En un bellísimo libro "La invención de la soledad", una de las reflexiones de su autor, Paul Auster, avanza sobre un tema básico de la sociedad judeo cristiana. La muerte del padre es el comienzo de la jefatura, por tanto de la soledad. El jefe está solo. Los socialistas de Rosario deberían leerlo.

La calificación del diputado Larroque, un apellido con generaciones enteras de políticos, hay pueblos con ese nombre en el historial del conservadurismo de Provincia de Buenos Aires; la calificación, su significación: narcosocialismo, desnudó internas partidarias que no estaban selladas en el socialismo y que allí comenzaron a florecer. Las disimuló el estropicio en dos lugares claves. Periodismo nacional y partidos aliados. Va de suyo que el peronismo las tomó como propias. nunca el peronismo deja los penales sin patear.

El periodismo nacional mandó investigadores, hicieron programas especiales donde el colaboracionismo fue un factor importante. Rosario, después que se fundase su soledad por la denuncia pública del diputado Larroque, comenzó a padecerla. Hasta los datos buenos, como el control estadístico del crimen, se convirtieron en un lastre. Saber el número de muertos reales permitía decirlo y que fuese cierto. En muchos informes nacionales, excepto la fecha y las calles, puesto que se filmaban en Rosario, el único dato real eran los muertos, el resto presunciones. No ha terminado esa historia, como resfrío mal curado cada tanto el periodismo porteño estornuda: narcotráfico en Rosario.

Los partidos aliados festejaron, las redes sociales mostraban sonrisas encantadas de concejales, dirigentes y hasta colegas disfrazados de eruditos en el tema droga. Partir de una certeza, hay droga en Rosario, agregaba el condimento, se trabajaba sobre la más dura y pura realidad. He visto concejales felices, apareció un rumbo en la línea de flotación de la nave madre. La nave madre del socialismo era y es Rosario.

Hasta administradores de la cosa pública del AMR Área Metropolitana Rosario se colaron en el intento de estigmatización. Daba pena, era penoso advertir que intendentes y presidentes de comunas de la REGION ROSARIO, AMR , creían que el narcotráfico crecía en un repollo en Echesortu y se distribuía mediante palomas mensajeras en La Tablada. Del mismo modo que es endeble, apenas un vaso de agua al sediento de verdad, reducir todo a que la provincia no limita con las plantaciones de Bolivia y Perú ni tiene vuelos directos con Colombia. Sostener que la madre de los vicios es la destrozada ruta Nº 34 era y es banal. No alcanza, es reduccionismo.

El peronismo, todo el peronismo, el de los K y el de los no K encontró la veta. No podían decir narcosocialismo y vivir en mitad de Sodoma, pero hubo, hay, habrá especialistas que vinieron, vienen y vendrán a explicarnos la solución de todos los males. Es bastante raro, a la luz de la realidad de 2014, mes de marzo, que especialistas que dijeron tantas cosas sobre el narcotráfico rosarino silencien que el tema tiene envergadura nacional como parte de una trama internacional. Una pandemia de viruela en Latinoamérica que sólo encontraba explicación en Rosario.

Cómo explicar ahora las editoriales sobre el tema después que Sergio Berni, verdadero ejemplar de militar puesto a resolver cuestiones políticas (con esa lógica, claro) descubriese en Funes la más grande, etc. Parecía fácil. La droga argentina se cocinaba en Funes.

De allí una red que abarcó dineros, inversiones inmobiliarias y disparates en San Lorenzo y de allí a los muertos en una calle, en las mil calles por donde se vive el código narco (1) en mitad del miedo urbano (2) y de la corrupción estructural (3) que desarticula políticas nobles e intenciones sanas. En los números señalados están los tres problemas del siglo XXI, que se incorporan a las deudas de los dirigentes por incumplimiento en el siglo XX.

La espiral se aceleró, el tema narcotráfico se planteó en el púlpito de Jorge Capitanich. Para los K "Argentina país de criollos narcos" es una maniobra del grupo Clarín. Reciben su medicina. El reduccionismo es nuestro credo. Vivan los jíbaros. Llámenlo a Galileo, que venga a la abjuración de esta semana. El se tragó un flor de sapo. Sabe.

En Rosario los "monos", los "garonpas" y los "cachones" existen, el boom inmobiliario está sucio, la conexión con los barras bravas y la pusilanimidad de las autoridades deportivas es como se piensa, la policía está muy complicada, hay jueces y camaristas cercanos al barullo, todos tenemos la íntima convicción que el entramado atraviesa la sociedad. Íntimamente convencidos. Una palabra nos une: solos. Miedo urbano. Leyes narco aceptadas como habituales. Corrupción estructural inatajable. Los tres temas del siglo XXI obligan a una frase. La década narco. Pero ese es otro tema. En todo caso: en la década narcotizada a Rosario quisieron dejarla sola. Tarea cumplida.

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