Google+ Raúl Acosta: Grillos, tiempo de grillos

domingo, 6 de julio de 2014

Grillos, tiempo de grillos

Mirada desde el sur

(Publicado en diario El Litoral, 06 de julio de 2014)


Las onomatopeyas, las convenciones sobre ruidos onomatopéyicos han puesto en circulación uno de fácil entendimiento: cricrí.

El funcional “cricrido” ubica: hay un grillo que está solo y restrega sus alas en un rincón. Lejos el poema y el verso: “... mi corazón, eglógico y sencillo, se ha despertado grillo esta mañana”. Más lejos Atahualpa y su zamba: “... como ese grillo del campo, que solitario cantaba...”.

Empecemos su uso a destajo. La realidad se ha convertido en grillo. Si no lo ha hecho, al menos permite la conversión temporal.

La presidente ganó dineros inexplicables mientras estuvo en la función pública nacional y aumentó su patrimonio más de 800 veces ¿Está bien o está mal? Cricrí.

Los jueces que los sobreseyeron sin dudar, tan rápido que nadie se enteró hasta que lo hicieron ¿fueron justos? Cricrí.

No es sencillo tener el íntimo convencimiento que la señora presidente no ha trabajado honestamente y no poder manejar la situación. Como tampoco es fácil sostener que algunos jueces están más cerca del corazón partidario y venal que de los códigos.

Si el grillo continuara restregando sus alas con fruición podríamos seguir.

Los funcionarios procesados por enriquecimiento ilícito suman muchos nombres y mucho dinero robado ¿hay posibilidad de condenarlos? Cricrí.

La merluza económica, las milanesas baratas, la garrafa popular, el tren bala ¿dónde están? Cricrí. Es difícil entender la ganancia de una década en la que el dinero siguió concentrándose en pocas manos, cada vez menos manos, lo que por tanto demuestra que la repartija social no ha sido tan eficiente, y que la tan meneada movilidad social ha congelado su meneo.

Hay, ciertamente, logros que muestran que el tiempo no pasó vanamente. La restitución de la política como eje de los discursos es importante. Muy. Del Estado Ausente de la década del 90 al Estado Feroz hay un trecho largo, pero se ha restituido el poder del Estado como rector de la sociedad. Es básico. Ahora debería resolverse si el Estado se pone en línea con una fracción partidaria, como hasta ahora, o sirve al total. No es una cuestión chiquita y el primer paso está dado, el Estado existe. Néstor Kirchner lo hizo.

El eje más duro de manejar no resiste grillos. La pérdida de la democracia republicana, representativa y federal, sustituida por un coro que sostiene el mandato de una persona no es bueno. Sucedió/sucede por el uso intensivo del voto por sobre la Constitución y las leyes. Llegamos a un punto, el mandato popular venciendo a la división de poderes y el respeto por el pensamiento plural. Así concebimos en la Argentina a la democracia popular, el voto y el Estado. No es nuevo, nos sucedió, nos sucede. Ese 54 por ciento que obtuvo la viuda, en la fórmula con Boudou, calificó al mandato de las urnas en realeza ramplona y una monarquía de baja intensidad se consolidó entre nosotros. Ya fue dicho, monarquía de baja intensidad o populismo exacerbado son similares en la ejecución. En un caso, el mandato es hereditario y de sangre. En el otro, el voto define al monarca. La diferencia de origen es grande.

¿Hubiese sucedido de este modo con Néstor Kirchner vivo? ¿Es la viuda sólo una mitad indivisa de una fórmula irremplazable y, por tanto, desflecada, desarticulada? ¿Sus desconocimientos de la cosa pública, de las relaciones sociales, del curso de la historia y de los pueblos son eso que se le adjudica, mera ineficacia? ¿ No estará escribiendo una historia personal que omite el continuo histórico y lo desvía a sabiendas? ¿Reaccionará el conjunto de votantes o refrendará la situación? Cricrí.

La actual situación de su vicepresidente, Boudou, pediría un coro de grillos cantando la soledad de las preguntas, la imposibilidad de las respuestas posibles. A CFK no le hace mella el caso Boudou del modo que se argumenta, no es sencillo de explicar. “Bueno, me equivoqué, no es para tanto...”. “Al final, la gente qué quiere...”. “Él, Néstor, les dio la vida, yo me estoy matando por todos...”. CFK tiene un solo mandato en su reinado, recordar al rey, a Néstor; el resto, figuritas de palacio.

Nunca fue Boudou parte de su plan y de su historia. Las historias personales, como las de CFK y su esposo fallecido, se enmarcan en otro juego. Apostaron a quedarse con todo y lo lograron. El tiempo real les quitó posibilidades imperiales. ¿Avanzaremos mañana sobre su inmensa fortuna económica malhabida? Cricrí. ¿Reformularemos autopistas, represas, calles y estadios que tienen el nombre de su esposo? Cricrí. ¿A quién pondremos en el banquillo de los acusados para imputarle las cosas mal hechas durante este reinado, por los dineros mal usados en su reinado? Cricrí. ¿Nos atreveremos a decir que se enriqueció y no supo gobernar? Cricrí. Boudou es un juguete político. Los niños, ya se sabe, rompen los juguetes. Las niñas también. Cricrí.

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