Google+ Raúl Acosta: El desbande peronista

domingo, 31 de agosto de 2014

El desbande peronista

Mirada desde el sur por Raúl Bigote Acosta

(Publicado en diario El Litoral, 31 de Agosto de 2014)


En diciembre de 1983 el CPN José María Vernet asumía la gobernación de Santa Fe. Sorpresa generalizada. Rosarino completo, sin enclave en la ciudad capital. El mecanismo de las compensaciones puso a muchos dirigentes importantes en funciones legislativas y de gabinete. También se improvisó. Fue sorpresa la gobernación

Pese al susto de 1985 (Alfonsín, Changui Cáceres, la tontería del tercer movimiento histórico, el fragote de los radicales contra Alfonsín, el aluvión de votos) en 1987 asumió Víctor Félix Reviglio. La ciudad de Santa Fe se reposicionaba.

El desmadre de Carlos Aurelio Martínez y el cataclismo de Antonio Andrés Vanrell terminaron por complicar la sucesión. Corrupción, y prófugos, completito el panorama.

Eduardo Duhalde informa, en Rosario, que quiere “medir” un nombre: Carlos Alberto Reutemann. Se anuncia periodísticamente. La medición es positiva. Se lanza el candidato. Su palafrenero y fiel escudero es Carlos “Chango” Funes, que se gana su confianza.

La ley de lemas salva al peronismo. No salva a los actores políticos que no se someten al formato político de Reutemann. El básico: bajo perfil y escaso peculado. Ninguna declaración personal fuera del plato. Es duro el asunto.

Le sigue quien Reutemann decide: Jorge Obeid. Sigue su sucesión y vuelve a entronizar a Obeid. Por 16 años el asunto fue fácil. Era fácil. La ley de lemas sumaba voluntades, cada quien con su boleta y todos al lema.

La última gobernación de Obeid tuvo dos fracasos notorios, ambos políticos. Su vicegobernadora no era consecuente con él. Su decisión de suprimir la ley de lemas llevó al peronismo a la derrota. Obeid se fue a la tumba sin explicar el porqué de dos decisiones tan duras y tan ruinosas para el entramado partidario.

El peronismo de toda la provincia quedó a la intemperie. Sigue igual.

No se trabajó partidariamente por 16 años. Los cinco departamentos del sur fueron mayoría de votos y minoría de dirigentes. Reutemann no propició un congreso ni un consejo ni una comisión directiva. Obeid simplemente no fue capaz.

Cuando Obeid entrega la provincia, en el punto más alto de NK el peronismo pierde el 11% del país a manos de un dirigente estudiantil, rafaelino afincado en Rosario, secretario municipal, intendente, diputado, finalmente gobernador. Chau.

La lógica del peculado mínimo se exacerba. El peronismo muerde el polvo. El último triunfo real es Reutemann contra Binner alzándole la mano a Giustiniani (estaba 32 puntos por debajo) como candidato a senador nacional. En 2015 terminan Reutemann, Latorre y Giustiniani. Hum.¿Cantarán la Balderrama? (“dónde iremos a parar si se apaga nuestra bancaaaa”). Latorre va con Scioli, “Lole” decide solo.

El kirchnerismo complica la resurrección. Es con los K adentro o no hay dinero para las campañas. Agustín Rossi, Rafael Bielsa, María Eugenia Bielsa, Omar Perotti se sintieron peronistas kirchneristas pero no alcanzó. La provincia de Santa Fe no entendió el mensaje K del mismo modo. De los cuatro mencionados uno se retiró: Rafael Bielsa. Su hermana y Perotti (acaso una fórmula) ruegan que no les recuerden su amor por el kirchnerismo, pese a que buscan subvención con un funcionario de Casa Rosada. Sólo Rossi sigue siendo fiel a la bandera K. Así le irá. Su hermano, que era más vehemente, terminó siendo más práctico.

Una sonrisa del Midachi (Miguel Torres del Sel) desbarajustó todo. No es Reutemann, pero tiene 100% de grado de conocimiento y nada de corrupción. Es mucho. Ya estuvo a un tris de llevarse la gobernación frente a Antonio Bonfatti. Ahora no hay sorpresa, y quienes están a su lado (Fernández y Cía.) no entienden de política mediana y macro, entienden de cuidar al candidato, pero (se sabe) eso no alcanza y muchas veces complica. No olvidar. Era un exitoso cómico que encontró un billete premiado: el peronismo de centroderecha lo eligió.

Que CFK y Macri decidan sobre la política santafesina es un plus fenomenal para el socialismo provincial, que sólo tiene que conformar la grilla con los radicales y listo. Que desde una oficina de Balcarce 50 se decidan candidaturas provinciales y departamentales es, para el peronismo, una claudicación fenomenal.

Del peronismo provincial queda el núcleo duro de senadores (provinciales) verdaderos feudos por economías y trabajo territorial; y el trabajo en Diputados, sosteniendo el equilibrio entre un Ejecutivo provincial que conversa y un gobierno nacional que también conversa. Conversar es hablar de obra pública y subsidios.

Una provincia desalambrada para Macri y CFK es territorio fértil para Scioli y Massa. Todos sabemos que el peronismo es el 40% de los votos de la provincia, de cómo se reconduzcan dependen muchas ilusiones de concejalías, diputaciones, senadurías provinciales y diputaciones y senadurías nacionales. Mucha plata en juego. Si el peronismo tuviese una conducción definida, mucho poder en juego.

Las campañas cuestan y a los sectores mencionados es éso lo que se les pide. Presupuesto. Pagar la campaña por el diferencial de votos que puedan aportarle a sus candidaturas nacionales.

Fuera del desbande quedan los sub 40. Ya oirá hablar de ellos. No es casualidad que tanto Luis Rubeo como Alejandra Vucasovich (que frisan los 50 y son dirigentes hace 20 años) trabajen esa franja dirigencial. Están leyendo el futuro. Fin del desbande. Por ahora, optimistas de la camiseta.

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