Google+ Raúl Acosta: Una ciudad descuartizada

miércoles, 13 de agosto de 2014

Una ciudad descuartizada

Entre el progreso y la ineficiencia

Nota de opinión publicada en diario La Capital el día miércoles 13 de agosto


Rosario ya no es una ciudad, es parte de una región: la "Región Rosario". El centro de esta región es el casco ciudadano.

No se puede negar que el corredor Timbúes - San Nicolás resume los puertos granarios que resuelven los caprichos de CFK y los atrevimientos del terrible infante: Kicillof. Antes que Vaca Muerta y la entrega del futuro energético están el grano y el despojo de cada día a los productores y a la economía regional. La Nación no se cansa de expoliar; cuenta a su favor con la mansedumbre del voto cautivo.

La suma del corredor que lleva a Cruz Alta, provincia de Córdoba, como el que alcanza a Marcos Juárez por Funes y la Autopista sin terminar, también a Córdoba, conforman los carriles de una región que se asienta en esta ciudad.

Enfermos, automóviles, ropaje. Todo confluye en el eje de la región: Rosario.

Los políticos nacionales sueñan con llegar, hacer tres discursos, sacarse una foto en el bar el Cairo y decir; visité Rosario (en rigor el sueño es que los voten en la región, sumarian mas de 2.500.000 votantes si tuviesen unanimidad) El sueño suele tornarse pesadilla para muchos de ellos. Vienen llenos de ilusiones que les venden los asesores de campañas.

Desde Victoria el puente maltrecho, fruto del desquicio y la coima, trae entrerrianos a la región y termina por incluirse. Cualquiera que visite Entre Rios advierte el modo diferente del sur, integrándose a otra civilización, la de Región Rosario.

Algunas decisiones nacionales y locales buscan cambiar el eje. Una estación de trenes en San Martín al 6400 (Apeadero Sur) sirve para definir. Está mucho mas cerca del Hotel Casino City Center que de la peatonal Córdoba, la calle comercial de la ciudad por historia y pergaminos. Es un cambio. Suceda lo que sea, truchada de Randazzo y fracaso de las ilusiones locales o apertura de la estación la señal es fuerte.

Los terrenos y los edificios sobre la costa (aún los que falta ceder, como los terrenos a la Bolsa de Comercio) conforman un emprendimiento económico que supera cualquier expectativa. Están faltando los helipuertos, pero los planes los incluyen. Departamentos de 250.000 dólares se encuentran en las páginas inmobiliarias de los diarios de Miami. Y en el diario de la región: La Capital de Rosario.

Quien recuerde los terrenos bajos y salados que iban más allá del arroyo Ludueña por la vieja ruta 9 y mire hoy cómo está construido (habitado y habilitado) el corredor que ató a Funes, Roldán, San Jeronimo y Carcarañá con Rosario sabe que las viviendas definen el crecimiento. Vivir en Rosario, parte de una región, es encontrarse con servicios de salud y educación como solución de futuro. Vienen a vivir porque hay atención en salud y calidad en la educación: les queda preguntar por seguridad y acaso los frene, pero no los detiene. Hay una onda expansiva. Los agentes inmobiliarios, intermediarios de dos necesidades, han tenido en lo que va del siglo XXI un crecimiento que refleja lo verdadero: el crecimiento de la región.

Aun aquello empobrecido y descuidado, la ruta 34 con su Cenicienta: Ibarlucea, es hoy motivo de loteos y urbanizaciones.

La región pasó de la hectárea al metro cuadrado. El dinero que eso representa es difícil de mensurar. Baste saber que es mucho y crece.

Una cuestión une a ciudad y región: la imprevisión. Las cañerías que traen agua potable, las que extienden el tendido eléctrico, las que aportan gas y las que retiran aguas servidas no se corresponden con el crecimiento regional. No se corresponden o no están.

En el centro de la ciudad el metro cuadrado habitado multiplicó usuarios, pero no ensanchó el diámetro de las cañerías.

Romper y emparchar es el sistema. Descuartizar la ciudad sin piedad. Imprevisión. Edificios que usan la misma cantidad de electricidad que poblaciones enteras. No es sencillo entender el costo y el tendido. La obsolescencia y los discursos.

Tanques de agua del centro de la ciudad que solo de noche y por un hilo de agua reponen lo que tanto cuesta: el agua potable. Cualquiera sabe que debería cobrarse por metro cúbico. Cualquiera.

El lío regional con el gas es fenomenal e histórico. En San Jerónimo Sur el "obrador", que llevaba el gas hacia las zonas pobladas (década 50/60), no previó el tendido y ese pueblo esperó décadas el gas corriente. Lo que hoy sucede con Litoral Gas es consecuencia de la dejadez estatal. No hay nadie más culpable que el Estado, que acepta coimas, pone compinches y completa grillas con ineptos y/o tránsfugas políticos. Y los gremios, que saben todo y no dicen nada. En algunos casos se asocian a las trampas al porvenir.

El pavimento, la luz pública y la regulación territorial no son tales. No hay un plan regional que resuelva por dónde ir con la civilización. De qué modo extenderla. Cuál el sistema para regularla.

El crecimiento disarmónico tiene su correlato político. Cuántos concejales, con qué representación territorial. De qué modo se relacionan, por ejemplo, Villa Gobernador Gálvez y Rosario, Pérez y Funes.

Una región que crece imprevistamente no podrá defenderse. Eso sucede. Indefensa ante el porvenir la Región Rosario esta descuartizada, desde el corralito de una empresa que desarma sin saber porque, hasta los que piden libertad de altura para construir, sin que nadie los ataje. El paisaje es el del salvajismo urbano.

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