Más autonomía municipal sí

La reforma Constitucional puede esperar

Miguel Lifschitz en La Vereda de Enfrente

-Tres puntos específicos. El primero: están diciendo Rosario capital del país. Para mí es un globo de ensayo y algo de eso ha dicho usted, ¿no es así?

La verdad que cuando la Presidenta en Santiago del Estero habló trasladar la Capital me pareció una idea alocada y más en un gobierno que ya está terminando su ciclo. Y ahora esta propuesta de que sea Rosario la Capital me parece también descabellada, porque no tiene nada que ver con la realidad, con las circunstancias que está atravesando el país. El proyecto de estas características creo que ya no se piensan en ninguna parte del mundo, hay cosas más concretas, más inmediatas que hacer. Si queremos pensar en una Argentina más federal sería más sencillo distribuir mejor los recursos tributarios y darle lo que les corresponde a las provincias,

-Ahí me gusta más. Creo que el federalismo viene por ahí.

Por supuesto. Creo que el tema de la capital es, finalmente, un tema simbólico. Lo importante es cómo se distribuyen los recursos y que nivel de autonomía económica y política tienen los gobiernos nacionales. Por allí vamos a empezar a enderezar las cosas y a corregir mucho los problemas estructurales que tiene La Argentina.

-Miguel, la otra pregunta es referida a lo que podría denominarse independencia de Rosario o autodeterminación, o las comunas liberadas. Esto vienen discutiéndose hace mucho. La autonomía mu8niciapl. Y la mitad de los políticos dice que se puede sacar por ley y la otra mitad dice que se requiere una reforma constitucional. Pero creo que lo importante es dejar plantada una bandera sobre este tema. Y usted es el próximo gobernador de la provincia. Es interesante lo que usted piense sobre esto.

Yo he trabajado siempre por el tema de la autonomía. Desde que era Intendente. Y me parece que todos coincidimos en que la forma más correcta, más sólida de otorgarle la autonomía a los municipios es a través de una reforma constitucional. Pero también soy consciente de que encarar en Santa Fe una reforma constitucional parece una tarea casi imposible, por lo menos lo ha sido hasta ahora. Con lo cual yo también iría a algunos objetivos más inmediatos, más modestos pero más efectivos. Por ejemplo, reconocer –no sé si por ley pero de hecho- mayores facultades y competencias y descentralizar recursos a los municipios.

-¿Cuáles serían algunos de estos recursos?

Creo que ya el gobierno de Antonio Bonfatti ha dado comienzo a través de la ley de Obras Menores, que es una ley que distribuye recursos entre los municipios para realizar obras de infraestructura que realizan directamente los gobiernos comunales, a través de lo que se llaman obras delegadas, que son convenios que hace la provincias para que los municipios directamente desarrollen esos proyectos. A través de la descentralización de los recursos de vivienda social, para que también los municipios puedan encarar esos proyectos. Me parece que se puede hacer mucho en ese sentido simplemente con voluntad y decisión política.

-De obras Menores, que es una ley que viene de gobiernos anteriores cuando, en algún momento, hasta se autorizó el 50% de esa provisión para cada municipio para el pago de sueldos, o sea, gastos corrientes, porque eran épocas duras. No sé cómo está actualizado eso, pero si a eso se le suma el fondo sojero no era una mala plata. Ojalá se distribuya de modo autónomo eso.

Es muchísimo dinero. Hoy son más de 300 millones de pesos que se distribuyen todos los años entre todos los municipios y comunas, excluyendo Rosario y Santa Fe de manera bastante injusta, en nuestro caso, pero muy útil para el resto de las comunas que con eso desarrollan programas de obras realmente importantes. Así que a través de estas cosas se pueden resolver muchos problemas. Yo a través de los años y de la experiencia soy partidario de medidas efectivas, de corto plazo, que resuelvan los problemas y no tantos proyectos faraónicos que finalmente quedan sólo en los anuncios.

-Hay otro tema por el cual tengo un metejón, que es el de la regionalización y entender Rosario como una Región y no como una ciudad con ciudades dormitorios cercanas. Esto lo hemos conversado muchas veces, siempre de pasadas. Pero usted viene de la ingeniería y la ingeniería tiene en Rosario una tradición, que es la de entender esto como una región. ¿Cuál es su opinión hoy sobre esto?

Yo, por supuesto, usted sabe que comparto absolutamente su visión. Creo que hoy estamos retomando aquella idea de una gran región metropolitana a través del Ente de Coordinación Metropolitana que está generando 24 municipios y comunas de toda la región y de distintos partidos políticos. Y yo tengo una gran expectativa, en el caso de que me toque llegar a la gobernación de Santa Fe, en utilizar esta herramienta del Ente de Coordinación Metropolitana para poner en marcha verdaderas políticas y estrategias de descentralización en materia de proyectos, de obras e inversiones a través de este órgano multimunicipal, supramunicipal, donde podemos realmente desarrollar gestiones absolutamente innovadores desde el punto de vista del pensamiento integral de la región.

-La última refiere a una cuestión nacional que nos atañe por reflejo. Durante el año 2013 se estima que Rosario, era la capital del narcotráfico, el narco socialismo, tantas barbaridades se dijeron. Y en estos días, le diría que la semana pasada y esta, se están empezando a conocer cifras de mortalidad en CABA, en conglomerados del conurbano bonaerense que realmente asustan, que llevan el tema a otra escala: este no era un problema de Rosario sino de la sociedad. ¿Cómo está viendo esto que es, para darle un título, el blanqueo de la desgracia en otros lados?

Realmente con preocupación, porque, como dicen, mal de muchos consuelo de tontos. Creo que esto está mostrando la dimensión y la gravedad del problema. Si hubiera sido sólo de Rosario y de Santa Fe, la solución hubiera sido más sencilla, más fácil. Pero estamos ante un problema de escala nacional que repercute lógicamente con mayor presencia en los grandes conglomerados urbanos, y Rosario no es la excepción, pero que tiene una presencia en todo el territorito. Y creo que esto nos marca o nos indica, con toda claridad, que hace falta una política nacional que las provincias debemos actuar con toda energía, tenemos que purificar nuestros sistemas policiales, reformarlos, hacerlos más eficientes, ninguna duda, pero que necesitamos también de una estratégica nacional porque le delito se corre de una provincia a la otra. Hay organizaciones que son interprovinciales, incluso que tienen pie o una pata en otras regiones del mundo, y necesitamos nosotros coordinar esfuerzos con todos los niveles del gobierno.