Google+ Raúl Acosta: Correr las cucarachas, no mata a las cucarachas

martes, 30 de junio de 2015

Correr las cucarachas, no mata a las cucarachas

Laura Etcharren en La Vereda de Enfrente



-Pandillas y narcos maras, un fenómeno que avanza en Argentina. Hay sectores de la policía que actúan como una banda más. Bueno, pero en una de esas, hay que actuar como una banda más y seguir la lógica de las bandas.

Sí, sería seguir la lógica de las bandas como para poder contenerlas, acorralarlas y que caigan. No salir a disputarse los territorios y el mercado del menudeo. Son cosas distintas.


-Hay dos preguntas que tengo que hacerle. Las dos referidas –que no lo tomen a mal los que escuchen- los insectos. Hace muchísimo tiempo, peor muchísimo tiempo, las moscas y los mosquitos tenían unos minipelos hasta el borde de las patas. Y como los insecticidas de superficie, tocaban esos pelitos, terminaban infectándolos y se morían. Y la naturaleza le fue quitando esos pelitos del borde de las patas y ya no era posible que se muriese mosca alguna. Esto es, la naturaleza reacomoda para la supervivencia. Y la otra cuestión, también referida a esto, es -le pasa a cualquiera en estas ciudades- uno saca todas las cucarachas de este edificio y dice “las matamos”, y no, mentira, se fueron por las cloacas al edificio de al lado, donde había menos insecticida.

Sí.

-Las dos cuestiones vamos a ponerlas en el narcotráfico. ¿De qué modo se regeneran para no tener las patitas con pelusa y quedar intoxicados de legalidad y leyes? ¿Y de qué modo se escapa, que es la otra teoría, de estar afanando y haciendo desmadres en Rosario y se van a San Nicolás –porque en Rosario vino gendarmería- o viceversa? ¿Qué sabe usted de eso?

Lo que hay que tener básicamente en claro, es que no se puede, ninguna política de seguridad seria, está basada en el desplazamiento de la violencia o en el desplazamiento del delito. Que eso es lo que ocurre en muchas provincias. No vamos a puntualizar con el tema de Rosario porque lamentablemente los rosarinos creen que es algo en contra de los rosarinos, cuando en realidad uno trabaja a favor de toda la sociedad, porque uno n o es rosarino pero la verdad que uno realmente estudia y trata de informar para, bueno, tratar de sobrellevar todo lo que es este tema y darle herramientas a las persona que no tienen acceso, como tenemos por ahí los investigadores, a cuál es el tema. Aclaro: la ciudad Autónoma de Buenos Aires no está exenta de todo este tema. El problema, bueno, la ciudad de Buenos Aires tiene su seguridad sentada en la policía metropolitana, con lo cual el menudeo sigue sin ningún tipo de problemas su curso; y en Rosario, más precisamente en la provincia de Santa Fe, hay un desplazamiento. Es decir, que así como las cucarachas de un edificio se van a otro, los narcos se van de una localidad a otra localidad, de una ciudad a otra ciudad. En eso están basadas las políticas de seguridad.

-Eso no soluciona nada.

Bueno, pero por eso mismo. El desplazamiento no soluciona nada, por eso no hay ningún tipo de contención del narcotráfico. La presencia de Gendarmería fue puesta en un momento, luego se sacó, ahora la vuelven a poner. A ver, es como que una ciudad esté custodiada por Tom y Jerry. Hay una gran simulación de lo que es, como si fuesen un desembarco en Normandía y después resulta que parecen dos balseros que fueron, qué se yo, por el río y se bajaron. O sea, es poco seria la política de seguridad. Y lo que hay que entender es que está muriendo mucha gente al respecto. Y están muriendo niños. Murió un soldadito en Rosario de 12 años. Murió un niño, que quedó en medio de un tiroteo, en el barrio de San Agustín en Santa Fe Capital. O sea, mueren niños en la provincia de Buenos Aires. Según datos de información, según fuentes que yo tengo, hay un montón de casos que no se están denunciando. O sea, hay una gran impericia, una gran desidia. Y siempre todo eso termina siendo funcional al delito. Razón por la cual tenemos un problema. Si no existe una verdadera política de seguridad, que tiene que entenderse, que la prevención es seguridad. Si no hay un avance sobre el narcotráfico, es imposible terminar con todas las miserias que trae este gran flagelo, que es mundial pero que en Argentina llegó, nos atravesó y no es que nos está avanzando, ya está instalando. Lo que sí nos están avanzando son las maras, que una miseria delictiva que trae también este flagelo del narcotráfico. Realmente, no son noticias agradables para dar, pero mientras que no haya un plan de seguridad, una bajada de línea nacional y que cada provincia tenga su política de seguridad focalizada en, digamos, el delito más predominante, que si bien es el narcotráfico, pero tiene su grueso, hay lugares donde hay más homicidios que otros, hay lugares donde los niños están más expuestos que otros, la prostitución es más aguda en el norte del país que en el centro. Razón por la cual hay muchas cosas para hacer. Es imposible pensar que el lugar que ocupaban las economías regionales, en crisis o abandonadas, hoy las está ocupando el narcotráfico.

-Sobre esto, déjeme que le haga una pregunta. Vamos a seguir con la naturaleza y cómo la teoría darwiniana del delito hace que se reacomoden. Está la policía, aun las personas afligidas como usted, ¿actualizadas con la nueva técnica que tienen para esconder la plata, para lavar, para penetrar la sociedad? ¿O nosotros vamos atrás hasta que descubrimos el nuevo sistema, cómo nos penetran?

A ver, lo que podemos saber los investigadores, lo que pueden saber los periodistas, lo sabe la policía, lo saben los gobiernos. Esto no es ajeno a nadie. Lo que pasa es que no hay una decisión política para terminar. Ni siquiera para terminar. Tenemos que ser claros: con el narcotráfico no vamos a terminar en cuatro años, ni en cinco, ni en seis. Al narcotráfico lo vamos a tener que empezar a contener, porque nosotros ya estamos en la etapa del lavado del dinero, como usted bien decía, que es la reinversión de la ganancia de la venta de las sustancias. Y no en la hotelería, que es una forma ya muy simple de lavar dinero, acá también está el fútbol implicado, tenemos lo que es la industria inmobiliaria, tenemos el juego. Tenemos los casos de corrupción, no hay transparencia. O sea, hay un aparato reproductivo de marginalidad sostenido en planes sociales que se convirtieron en la variable y no en el complemento. No hay educación. Ahora sale una noticia de que los aspirantes a la policía comunal, municipal, de Mar del Plata no aprobaron el examen de lectura y escritura. Es vergonzoso. Y son esas policías las que después terminan dentro de la fuerza y terminan siendo funcionales al caos, porque ninguna policía seria, ni desde la moral, ni desde los valores, ni desde la estrategia, se puede conformar en meses. Se necesita de una rigurosidad. Pero para eso se necesita una decisión política. Una cabeza, jun presidente, un Estado, una política de Estado de avance sobre el narcotráfico, para después poder plantear una lucha contra el narcotráfico a nivel regional, pero sin simulacros. No como están haciendo Bolivia y Perú, que simulan estar de acuerdo en la lucha contra el narcotráfico y están haciendo un desplazamiento, porque a nosotros nos sigue ingresando cocaína, porque la dejamos ingresar, desde Bolivia.

-No se me enoje.

No es que me enojo. Pero quiero ser enfática, y aprovecho el programa de usted, que es de Rosario. No tengo nada contra Rosario, no es nada contra Rosario. Yo soy porteña y es el mismo problema en la Ciudad de Buenos Aires. La única diferencia es que en Rosario se planteó todo el tema de que hay una primera banda narco con perfil de cartel. Pero lejos de tener una animosidad con ninguna provincia, porque somos parte del mismo flagelo. No hay ninguna provincia que esté exenta del tema del narcotráfico. La diferencia es que lagunas están en un proceso de contención y otras en un proceso donde lo siguen forjando a través de las impericias, por un pacto con el poder narco que parece que no terminar porque terminaron quedaron rehenes del poder del narcotráfico. Del cual no se sale tan fácil.

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