Google+ Raúl Acosta: María Giaraudo en La Mañana Entera

sábado, 8 de agosto de 2015

María Giaraudo en La Mañana Entera

La Presidente de Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) visitó La Mañana Entera




-¿Qué es AAPRESID?

Es la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa. Un grupo de productores la crearon hace 25 años preocupados por el deterioro que tenía los suelos en ese momento y empezaron con una técnica revolucionaria que cambió miles de años de agricultura, de labranza, por la siembra directa, que es no laborear más el suelo, dejarlo cubierto con los restos de la planta que no se cosecha, que no sirven comercialmente.
-Los rastrojos.

Los rastrojos se reparten sobre el suelo y este suelo cubierto queda protegido del agua de lluvia, de los vientos, de las excesivas temperaturas, de las bajas y altas.

-Y de la quema.

Sí. Factor fundamental.

-Las veces que charlé con el ingeniero Truco este tema, el punto era este. Está bien, fenómeno, la quema, y detrás de la quema las lluvias que arrastraban y se llevaban lo poco que quedaba de componentes biológicos, con la siembra directa, que es arar sobre esta basura orgánica, hace que la basura orgánica quedara y fuese nutriente para la planta nueva o la semilla nueva. Pero también queda para los bichitos, y por eso ha aumentado la cantidad de fertilizante y de vacunas para las plantas, porque los bichos también quedan multiplicados. ¿Cómo se arregla eso? Porque termina siendo carro, porque le ponen tantas vacunas –para que entienda cualquiera- a la nueva planta que no sé hasta qué punto no termina siendo antieconómica. ¿Esa ecuación cómo da?

En realidad es al revés, porque lo que hace la siembra directa, como usted bien decía, todos esos rastrojos que quedan sobre el suelo, van alimentando al suelo. Se van descomponiendo por la cantidad de microorganismos y de micro vida que hay en ese suelo. Entonces, no sólo que van enriqueciendo el suelo sino que van dejando nutrientes disponibles para los cultivos. Al mismo tiempo que ese suelo tiene mucha más capacidad de almacenar agua para guardarla y darla después, cuando los cultivos la necesitan. Y por otro lado, además del avance tecnológico que implicó dejar de tocar el suelo, dejar de laborearlo para generar toda esta situación que estábamos describiendo –que no es, ni más ni menos, que volver a la naturaleza-, se desarrollaron paralelamente otros avances tecnológicos de la mano de la ciencia, donde la biotecnología tiene una rol fundamental. Y la biotecnología nos está ayudando a que tengamos que usar cada vez más fitosanitarios, que son esas vacunas que usted dice que tenemos que ponerles a los cultivos, y eso nos ayuda a que todo el paquete de siembra y producción que proponemos sea cada vez más amigable con la salud humana a y el medio ambiente.

-AAPRESID se constituyó –esto lo digo yo y ella seguro lo va a negar- en un eje para dialogar con los productores y con los poderes políticos, teniendo en cuenta que de este modo, al tener que entender distinto y asociarse distinto para el laboreo, para trabajar el suelo, también se termina conversando distinto con el resto de los actores de la sociedad. Y AAPRESID es de un peso específico importante. ¿Cómo es la relación con los poderes políticos que, en muchos casos, sólo quieren tomar un poco de la ganancia? Ha sido el eje del señor Louesteau y del kirchnerismo. Desde entonces yo no sé si han logrado un diálogo o sigue siendo un yuyito, como decía nuestra actual Presidente.

Bueno, nosotros creemos que pagamos caro el no haber participado políticamente. Nosotros estábamos convencidos que, como institución técnica, no era nuestro rol. Y entonces estábamos muy focalizados en seguir desarrollando y mejorando tecnologías, pero sin esa participación. Y después de la 125, el conflicto campo con gobierno en 2008, fue un golpe durísimo. Y la mejor lección aprendida fue esa: hay que participar, hay que ocupar sillas vacías, que dejamos vacías durante mucho tiempo.

-Al final termina con la vieja estrategia: territorio que uno no ocupa, lo ocupa el enemigo.

Y después se paga caro. Y cuando uno no ocupa los lugares, no tiene después derecho a reclamo, porque no los está ocupando. Entonces aprendimos también a que cada reclamo había que acompañarlo con propuestas, que es el espíritu también de nuestra institución. Y empezamos a transitar un camino de varios años de participación en política pública. Y últimamente lo acentuamos aún más participando con otras organizaciones en los grupos de los candidatos presidenciables para acercar propuestas y trabajar en el diseño de ellas. Y con el gobierno de turno trabajamos también, por más que no tenemos los resultados que necesitamos, nosotros siempre decimos que somos productores de alimentos y energía, y no sólo para Argentina sino para diez veces Argentina. O sea, gran parte del mundo espera de nosotros, y no podemos ser tan irresponsables de esperar a un gobierno que tenga ideas parecidas a las nuestras, como para poder sentarnos. Al contrario. Así que es camino lo estamos haciendo ya hace un tiempo y profundizándolo.

-Hay una cuestión. Cuando apareció la soja, por el 70, 80, los iniciadores hablaban de la gruesa que tenía esa semilla, esta planta, que le permitía desarrollarse en sitios un poco más inhóspitos, y que permitía correr las fronteras del cultivo hacia zonas en donde, precisamente por correr la frontera, podía venir una civilización más amigable. Sin embargo, con el tiempo las políticas de Estados, malvadas, y ustedes, que encontraron que la diferencia entre costo, flete, semilla y demás no les resulta productivo, no extendieron esto. Y no hay soja de peso ni en Santiago del Estero, ni en Chaco, ni en Formosa, como podría ser, que es una economía inhóspita o una planificación no realizada, comodidad de plantarla sobre Funes, porque seguro que va a andar bien. ¿Qué es?

La verdad que todas esas economías, más regionales, necesitan también de una planificación, porque no sólo son los cultivos, los commodities, que hacemos siempre, soja, trigo, maíz, sorgo, cebada, sino que también hay un montón de otras producciones. Por ejemplo, en el norte del país la producción de chía, que quínoa, hay un mundo que espera de esas producciones, pero al estar en una país donde no hay estrategia en ese sentido, no hay una certidumbre de las reglas que vamos a tener a mediano plazo, todas las decisiones son muy cortoplacistas, muy coyunturales, y lamentablemente para la zonas más alejadas de los puertos, como usted decía, esto prácticamente se hace inviable. Porque con mercados intervenidos, como los que tenemos ahora, sobre todo en los dos principales cultivos, que son trigo y maíz, que son los cultivos que más nos ayudan, primero que tienen una incidencia directa en los que es alimentación y producción de energía; y segundo, son los cultivos que más nos ayudan a mantener los suelos productivos. Nosotros, en la apertura de este congreso, hicimos un llamamiento muy grande a esa concientización, porque nosotros decíamos “estamos felices inaugurando un congreso donde, una vez más, rompió record absoluto de participación”, y al mismo tiempo tenemos productores en todo el país manifestando la gravedad de la situación que estamos viviendo. Y la impotencia que genera esta situación es que, realmente, con reglas diferentes, con políticas acertadas, podríamos estar con tranquilidad en todo el país. Porque, justamente, para ese avance de la frontera agrícola que usted mencionaba, se han desarrollado nuevas tecnologías que tiene que ir dentro de un paquete tecnológico que no incluye sólo a la soja, sino que son sistemas integrados donde la ganadería también tiene un rol fundamental para que este negocio sea estable y no acompañe la fragilidad de esos ambientes.

-¿A qué atribuye que el gobierno de turno haya estado ignorante de esto? ¿Lo atribuye a un sesgo ideológico o a incapacidad de aprender? ¿O incapacidad de enseñar de parte de ustedes? No me diga “porciones iguales”, porque son culpas concurrentes, pero se me hace que cualquiera que escucha que la rotación de la tierra, que extender la frontera, que manejar una regulación impositiva para incentivar, son obvias, alguna relación con ideología tiene que haber.

Nos llama la atención, porque la verdad, como usted dice, no es que ganamos los productores solamente. Gana el país entero con una política adecuada en la agroindustria. Porque aparte tenemos mucha incidencia en el desarrollo de las comunidades del interior, que hoy están cayendo destrozadas una tras otra. Y la verdad que da muchísima impotencia. Seguro que nosotros tuvimos desaciertos, y no tenemos problemas en asumirlo y restaurarlos, pero por eso no nos cansamos de decir que seguimos con la esperanza. Muchos nos dicen “esto no va a cambiar”. Bueno, nosotros no podemos dejar de pedirle al gobierno actual que por favor revierta la situación. Nos quedan cinco meses todavía en el campo con este gobierno, cinco meses donde se toman importantes decisiones que afectan a todo el país. Y ojalá tengamos decisiones diferentes de las de hoy. Y si no es así, el que acceda en diciembre, no sólo que tiene que revertir esta situación urgente, sino que nos va a encontrar a nosotros el 11 de diciembre golpeando la puerta para querer ocupar lugares, ofrecernos y ponernos a disposición para trabajar juntos.

-¿Con qué otros sectores de la producción tiene ustedes diálogo o que estén bailando la misma milonga que ustedes?

Dentro de la comunidad nuestra agroindustrial, con todos. También empezamos un camino d reunión. A veces hay crisis, hay que caer en profundas crisis, como la que estamos en este momento, de coyuntura política económica, como para darnos cuenta también y asumir esos errores. Estábamos muy divididos, teníamos muy poca acción conjunta. Y también recorriendo camino con gremiales, otras organizaciones técnicas, criadores de raza. Y últimamente con la Cámara de Maquinaria Agrícola también. La verdad que en AAPRESID teníamos muchísimo vínculo, le debemos muchísimo a la Cámara, a los fabricantes, desde el minuto cero en la difusión de la siembra directa masiva. Y después creció todo, tanto la industria de la maquinaria como la adopción de la siembra directa y la necesidad de desarrollar nuevas tecnologías, que perdimos un poco del camino junto, del trabajo conjunto. Lo estamos recuperando. Y en ese sentido, también la realidad que viven los fabricantes de maquinaria agrícola es dramática, cuando el mundo, no Argentina, necesita de los fabricantes avanzadísimos en la tecnología desarrollada en la maquinaria en Argentina.

-Si en algún lugar ponen siembra directa con la maquinaria de acá es como se puede resolver. Me parece que ustedes están medio borgianos, los está uniendo el espanto. Porque cuando teníamos un PBI de 6 puntos arriba, tanto acá como en Bolivia, Paraguay, en todos los lugares, ni los productores, ni los de las máquinas, ninguno se daba bolilla con el otro. Da resultado ahora porque en vez de 600 es 200, en vez de vender 100 máquinas venden de casualidad 20; y el gobierno también le empieza a dar bolilla porque no tiene de dónde recuadra y exprimirlo. Así que yo no creo que tengan políticas en conjunto, sino que tiene miedo en conjunto. Para una política en conjunto deberían desarrollar eso, una política en conjunto, y no un susto en común.

Lamentablemente tengo que aceptar que sí. Por eso lo primero que aclaré es que a veces hay que caer en crisis profundas para darse cuenta de los errores. Y esperamos que esto termine siendo una lección aprendida. Y que no vuelva a ocurrir y volvamos a cometer los mismos errores. Creo que nos dimos cuenta que estar desunidos es un error enorme, y que esto no sea nada más la unión de la problemático y el espanto, sino que sea algo que venga para instalarse. Nosotros, desde AAPRESID, estamos convencidos que eso debe ser así y que, como agroindustria, debemos tener una unión enorme para tener una incidencia enorme también en las decisiones del país, porque creemos, por supuesto, que no somos la principal actividad pero sí creemos que, con toda la potencia que tenemos, podemos ser un brazo de ayuda enorme para que arranque el país y para empezar la reconstrucción país. Queremos hacerlo, estamos a disposición y estamos disponibles para hacerlo.

-Hay un barcito, en el centro, frente a la aduna. Era febrero o marzo, por ahí, cuando la 125. Y estaba sentado ahí, en la vereda, y me pone un correíto: “¿cómo está el tema en Rosario?”. Y yo contesté: “se están juntando, yendo para el Monumento”. Era el primer día de ese tema. Y me dicen: “¿poco o mucho?”. Entonces dije: “para mí es mucho”. Entonces me llamó por teléfono: “Bigote, ¿en serio está sucediendo eso? Entonces está todo mal, porque si están puteando frente al Monumento es porque no están organizados en algún sitio para putear políticamente; y si están puteando en el Monumento, desorganizados, pero espontáneamente puteando, es porque estos –referido a los Kirchner- están haciendo las cosas mal. Y si estos están haciendo las cosas mal, del único lugar de donde se puede sacar guita para hacer algo, es que está todo mal y no nos vamos a poder arreglar fácil. No te olvides que quieren llevar a 42 la carga impositiva. Es de loco, Bigote”. Y charlamos, y era con el Lole Reutemann, cuando los peronistas, en general, estaban bancando lo que decían sobre eso, y los socialistas votándola. Ninguna estaba a favor de esta situación en donde se exprimía con un porcentual impositivo muy grande, que se podía haber resuelto en ganancia, con el compañero Lousteau, que es el mismo que ahora pegó la vuelta completa. ¿Hay alguna política posible que resuelva, no digo drásticamente, que usted diga “estas son las tres cosas que hay que hacer ya”? ¿Cuáles serían las tres medidas a resolver ya? Las que usted considere las prioritarias.

Hay tres medidas urgentes que son de sentido común, ni siquiera tienen que tener mucho análisis. Número uno, dejar de intervenir los mercados, eliminar los famosos roes de absolutamente todos los productos, porque no sólo que interfieren y favorecen justamente a los que teóricamente el gobierno dice no querer favorecer, perjudican a los extremos de la cadena, que somos los productores y los consumidores. Eso es fundamental. Y la segunda medida es eliminar retenciones en trigo y en maíz. La verdad que esto un problema enorme, y sobre todo ahora, con la baja de los precios de los commodities. Y está muy encaminado, así que sería nada más que algo muy rápido, que es que avance la ley de fertilizantes. Y ahí los productores rápidamente podríamos recomponer la situación de rotación de cultivos y empezar a reponer nutrientes, y ya arrancamos otra vez mejorando la producción y mejorando la calidad de nuestros suelos.

-Esas son las medidas fundamentales. Sobre eso le hago una pregunta, porque no sé si, con lo que le voy a preguntar, se está resolviendo esto que creo que es un problema. Pasa lo siguiente: usted fabrica un grano de trigo y ese grano de trigo lo vende –doy cifras ideales- a un dólar de 10 pesos que, con la retención, se hace 6 pesos; pero cuando usted va a comprar los fertilizantes o resolver un tema de semilla, ni siquiera es el dólar de 10 pesos, es el dólar de 16 y el dólar negro. Entonces, usted compra a valor de peso local, porque así se lo transfieren, lo paga 16 el dólar al remedio, pero cuando vende a 10, que en realidad es 6. Esa trampa, ¿se puede arreglar?

Eso realmente es fatal.

-¿Y por qué no dicen que ese es uno de los problemas?

Lo que pasa es que ese problema es muy complejo, porque también solucionando ese problema, hay que tener en cuenta a toda la sociedad argentina. Y, como siempre, la solución de estos problemas, que para nosotros es fundamental, perjudica al rango que está en mayor pobreza y en peores condiciones en el país. Entonces iba después a eso, porque nosotros necesitamos ponernos en marcha. Creemos que poniéndonos en marcha nosotros y recuperando productividad, podemos mejorar la situación nuestra, particular, para seguir invirtiendo y haciendo las cosas bien, empezando a promover un poquito el desarrollo local en las comunidades. Y después vienen, después de estas tres medidas, este tipo de medidas, pero que necesitamos que sean con mucho trabajo de análisis y de diseño, para no engrandecer ese lamentable y tremendo porcentaje que tenemos hoy en el país, con un 30% de pobreza.

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