Google+ Raúl Acosta: Los que meten miedo

martes, 3 de noviembre de 2015

Los que meten miedo

Editorial de La vereda de Enfrente del día lunes 2 de noviembre


La división entre el bien y el mal es una división, se dice, maniquea. Pero es una división en esquema, fácil de entender y de apropiar, en donde todos los que están cerca son los buenos y todos los que están enfrente son los malos. Esto de eliminar los grises no es bueno. Sucede hace tiempo en el país. Ahora se agravó.

Si en una sociedad, en tiempos de guerra, en que hay un enemigo común, todos juntos nos abrazamos contra ese enemigo común hay un contexto que explica. En tiempos de paz, dividir entre buenos, los que están conmigo y malos, los que están del otro lado, no conduce a un resultado apropiado ni feliz, porque es evidente que del otro lado están diciendo lo mismo. O van a tener que decir lo mismo. Por lo tanto, aparecen fisuras, hendiduras, precipicios o, como dice el señor Lanata, grietas.

Lo que aparece es, en realidad, para decirlo con el nombre que corresponde, la teoría de Carl Smith, de dividir entre amigos y enemigos una sociedad.

Carl Smith es un filósofo, pensador, muy leído por Perón inclusive, que leyó a otros pensadores (ingleses teóricos de la guerra) tal vez más importantes que Carl Smith. Pero la teoría smithiana, de amigo-enemigo, floreció en el peronismo. Y de hecho, es uno de los ideólogos del hitlerismo, que planteaba exactamente lo mismo: de aquel lado los buenos, conmigo; de este lado, el otro el rico, el poderoso, los malos, nuestros enemigos.

Esto, que ha sido el basamento del kirchnerismo, en esta etapa postrera de la monarquía atenuada que representa Cristina Elisabeth Fernández de Kirchner, su soberbia, sus caprichos y sus aires de reina, esto de dividir amigo-enemigo, como hizo Hitler y como hizo el primer peronismo, está siendo tomado por sectores en los que me asombra este hecho. Me asombra en sectores que se denominan pensadores de izquierda, como los de los grupos trosquistas y pro chinos, que ya han conseguido bancas en el Concejo Deliberante en la ciudad de Rosario y sostienen que Macri es el Diablo. Me asombra en gremialistas, que piden plenarios de afiliados y dicen “votemos a Scioli porque Macri es el mal y Scioli el bien”. También sectores del Socialismo, que gobiernan ciudad y provincia de Santa Fe y que dicen “votemos a Scioli, porque Macri es el mal”.

Distinto es el posicionamiento de los compañeros que están con Rodríguez Saá. Porque dicen: “es peronismo, nosotros somos peronistas, vamos con el peronismo”. Distinto es, también, el sitio donde se paran aquellos compañeros que están con Sergio Massa y dicen: “el peronista que queda es Scioli, nosotros somos peronistas, vamos con Scioli”. Así, la cuestión no es el bien y el mal, sino los primos hermanos. La Camaño le pegó una cachetada a Kunkel, un ex guerrillero, pero no insultó a Scioli / Randazzo y/o Julian Dominguez. Hay vasos Comunicantes. Los primos primeros, los primos segundos, los parientes cercanos de algún tipo, que se rejuntan en el peronismo. Bueno, eso se entiende. Es un lugar bajo el sol en el viejo tronco familiar. Felipe  Sola es el ejemplo perfecto de los que eligen tostarse siempre. No hay culpas, hay pasado. Que quede claro, no dicen que Macri es el diablo. Es otra cosa, es peronismo explícito.

Pero que los sectores esclarecidos, los que durmieron con “el Manifiesto”, volaron por Geraudy, bebieron Althuser y besan a Pickety digan que Scioli es el bien y Macri es el mal, y que Scioli es el progresismo y el avance y Macri el retroceso, indica que están comprando la teoría del bien y el mal con la que floreció Hitler, florecieron los partidos en el 1950, el de Getulio Vargas, el de Marcos Pérez Giménez, el de Ibáñez del Campo, el de Stroessner, el de Perón, el de Rafael Leónidas Trujillo, Fulgencio Batista, Rojas Pinilla. Estan comprando al loco Chávez. Es, en rigor, un retroceso  intelectual de aquellos que deben tener un pensamiento evolucionado, que me asombra. Me asombra.

Cualquiera sabe que había que tomar la sopa pero que asustar con el hombre de la bolsa, la solapa, la iguana, el hombre de la pata de palo, no servía para tomar la sopa. Servía para asustar. Y lo que  quedaba era la idea del susto. El método del susto como recurso del crecimiento. Que no es bueno. Están planteándonos que somos todos niños a punto de tomar la sopa, y que debemos tomar la sopa, Scioli es la sopa, en este caso, y va a venir el hombre de la bolsa si no la tomamos

Es, en cierto modo, un infantilismo de los que piensan eso. Pero preocupa porque muchos de los que piensan eso son gremialistas en funciones, son concejales en funciones, son diputados en funciones, son pensadores en funciones. A todos ellos les digo lo siguiente: si de verdad creen en las instituciones, si de verdad creen en las instituciones democráticas, deberían saber que la Corte Suprema está resuelta sin Macri, que el Poder Legislativo –porque la Corte Suprema es el más alto punto del Poder Judicial- ya está resuelto sin Macri; Caballeros del miedo: en cada provincia, en cada ciudad, y en la República Argentina, ya están electos los diputados y senadores. El freno, si hubiese algún corrimiento en el pensamiento del Ejecutivo, el freno lo va a dar el Legislativo, porque Macri no tiene diputados para hacer lo que se le antoje. Y me pregunto entonces, si no será una cabronada final de aquellos que nada dijeron de un Poder Legislativo que esta semana va a seguir votando leyes a libro cerrado para joder a la gente. Porque si no fuese a libro cerrado y fuese para beneficio de la gente, permitirían la discusión. Los que dicen que Macri es el diablo están viviendo en el 7 círculo y cantan aleluya. Es cruel el momento. El pensamiento libre se perdió en los balconcitos de las palmeras.

Este Poder Legislativo en manos de la monarquía atenuada que representa Cristina Elisabeth Fernández de Kirchner, no discutió nada. El que viene va a tener que discutir todo. Y aquellos que, en este gobierno de la monarquía atenuada, no se enojaron porque nada se discutió y dijeron “sí, Cristina” y votaron todo, como van a votar esta semana, como votaron desde el ingreso irrestricto hasta cualquier otra cuestión que presentó el Ejecutivo, estos mismos son los que dicen “no voten a Macri porque vendrá un desbarajuste, un ajuste y la inflación”. Ja. Ja.

Cualquiera sabe dónde duermo yo. Yo soy peronista. Pero lo que están haciendo estos muchachos, en realidad lo que están haciendo sectores e izquierda enfrentados con Macri, pensando que Scioli es el progresismo, la verdad, asusta por el futuro y desenmascara el pasado.. Y si me asusta a mí, que ya estoy curtido de varias cuestiones, si me asusta a mí, tal vez asuste a muchos. El 11 de diciembre no va a haber más sustos, el gobierno de la provincia de Santa Fe, el gobierno de la provincia de Córdoba, el gobierno de la provincia de Mendoza, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el gobierno de la provincia de Buenos Aires, no son delegaciones de la reina. Eso debería entenderse. Chau. Kaput. Se fue.

Por el fantasma de la Cárcel de Encausados debería llegar la explicación. Allí debería empezar a entenderse el porqué de querer meter miedo. Es meter miedo para quedarse con la panza llena y con la silla. Y la chequera. Y el freno en el Poder Judicial. En su pisito del Petit Hotel, comprado con malas artes, María Julia espera a Cristina Elizabet. La pelea será por una Vuiton y una Prada. Ese es el espejo que adelantó y les dio el resultado. Tienen temor de perder el reino de El Calafate. Ese es el miedo. Acaso meter miedo sea, apenas, una transferencia. Ojalá.

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