Google+ Raúl Acosta: Cabaretero #UnaDeSalUnaDeArena

domingo, 8 de enero de 2017

Cabaretero #UnaDeSalUnaDeArena



Publicado en el diario La Capital, 08 de enero de 2017

Domingo 8 de enero. Junto al mar. El espectáculo que presenta Pachano se llama “Flowers” pero es simplemente (nada mas, nada menos) un espectáculo de cabaret. Un resto, nostálgico, de una historia que estamos perdiendo: el cabaret.

Tronador Concert. Flowers. Anibal Pachano. Andrea Ghidone.Alejandra Perlusky , Beto Mena y elenco.
  
La referencia a la película Cabaret y a ese excepcional coreógrafo y bailarín (Bob Fosse) es directa. El espectáculo comienza con un remedo de Joel Grey y su canción: “Bienvenidos”. No está el bailarín y cantante y es necesario advertirlo ya mismo: no está Liza Minelli.
  
En un punto del espectáculo  se asiste a un ensayo feliz de un  pasado que no quiere desaparecer. Aníbal Pachano amagando bailar es como “el Diego”, que arma partidos a beneficio para jugar a la pelota y su abdomen no le quita magia ni  sortilegio. No termina allí  la similitud; como Maradona este Aníbal Pachano hace todo bien menos hablar. Y como “el Diego”…¡habla! Su discurso anti K y muy PRO Cambiemos está fuera de sitio. El espectáculo sucede en un Cabaret. Debería entenderlo pero algunas cosas Pachano no las entiende.

Es, al cabo, un viejo cabaretero feliz de recibirnos en su casa. Un sitio con historia. Vamos, un cabaret. Suman 180 las localidades para apreciar el espectáculo. Un estilo rococó, cuidado, minucioso, recibe a los espectadores. El vestuario, la disposición de acomodadoras, de introductores al espectáculo es parte de la puesta. Hasta las columnas, tan necesarias para la edificación como molestas para la visual, remiten a un escenario chiquitito donde la coreografía debe resolver con creatividad lo que se le niega: espacio.

Tal vez deba insistirse en un punto inefable: la banda sonora. Los empalmes, el encastre de una pista que es el eje insustituible de Flowers. Elogios. Chapeau. Solo por eso conviene visitar el espacio frente al Torreón. El sonido, las canciones, pero básicamente esa banda de sonido que no tiene descanso, que sube y sube la apuesta. Allí está el eje. Listo.

Los dos esquicios del cómico, el “Beto Mena”, cumplen su objetivo. Su desarrollo como “El traductor” recibe, en aplausos, una respuesta completa y ese es el objetivo de un cómico que, menos mal, no hace catarsis (“stand up”, esa espantosa enfermedad de los ladrones de escenarios) sino que su libreto cómico fue trabajado y alcanza lo que se propone: cubrir el espacio del cabaret con el otro costado: la risa.

Mujeres, bailes, brillos y sugerencias y un cómico que sostenga el espectáculo para cambiar brillos por mas brillos y sugerencias por mas sugerencias. Receta clásica. Su segundo esquicio, el del “Baño público”, es completo, redondo, identificable para cada uno de los espectadores y eso se nota en los aplausos.
Ya con su primera canción (Amapola, un clásico revitalizado que acepta todas las visitas dignas) Alejandra Perlusky se recibe de puntal del show.
Aceptar que Pachano quiera cantar y cante es parte del juego de un cabaret y su dueño. Que la bailarina quiera sentirse joven e insista en pasos de baile mas cercanas al Gym  y el Crosfit que a lo que pide el escenario del cabaret es parte del juego al que asistimos (en cualquier cabaret) pero nadie perdona una mala canción. La señora Perlusky nos salva de la decepción y termina sorprendiendo. Es un punto altísimo del espectáculo.
  
Hay una reflexión para incluir en la mismísima historia del espectáculo. Pachano es parte de una revalorización del show, del “Tap”, de las “coreos” tan ajustadas como minimalistas. En el gesto del cuidadoso perfil con el que termina cada participación está el secreto. Anibal Pachano es un perfil del show en Argentina. En la revisión que Flowers oferta una conclusión. En el Cabaret la cuestión de género no existe. Existe el género. Flowers es eso: género cabaret. Del de antes. Del bueno.

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