Publicado en el "Mirador Provincial" el 9 de junio de 2017
Vivir en el sur siendo hincha de Colón de Santa Fe me libera de una de las presiones mas feroces de los pagos rosarigasinos. Decidir sobre los problemas financieros de leprosos y canallas, la verdadera pasión regional, que aflige a las casas centrales porque son otras camisetas y otro merchandissing. También otro rating en partidos televisados. No todo es Boca o Ríver. Al menos en Rosario. En Santa Fe igual.
Estar “out” de la pasión de canallas y leprosos sirve para mirar, por lo tanto, el narcotráfico, los sicariatos, las barras bravas que manejan jugadores e instituciones desde la vereda de enfrente. “Ojos que no ven”… acaso tates y sabaleros sean parecidos en drogas, corrupción y asesinatos, pero mi corazón (sabalero, raza, claro) late en calma porque no son 157 km de autopista los que separan las ciudades. Son medios periodísticos diferentes para sociedades diferentes.
El ejercicio de la distancia se traslada, todo es cuestión de práctica, a la siguiente encrucijada pasional. La política partidaria. En este siglo XXI a la política frentista que, sin embargo, remite a los partidos mas tradicionales de la zona y del país.
Hay una certificación horaria. Miguel Lifschitz es gobernador porque lo decidieron los radicales. Miguel Torres del Sel (el Midachi) no es gobernador porque los votos radicales le fueron negados. Perdió por menos de 500 votos en un conteo interruptus. No hay contrafactismo posible, pero creo que a la provincia le vino bien Lifschitz y es una incógnita en el cielo el Midachi Gobernador. ¿Y Dady Brieva al poder?
Jorge Boasso, transcurriendo sus 20 años de concejal rosarigasino, es de origen radical, con un entrecruzamiento ético que a muchos sigue sin convencer (es Ejecutor Fiscal, gana un buen montón de dinero con eso, que está del lado de allá del mostrador) es el dirigente de origen radical con mas votos posibles en el sur. También con un altísimo grado de rechazo y lo dicho. Nunca será Macri. Como nunca fue Binner pese a integrar sus listas y así sucesivamente. Cuando integra una lista ya todos saben que sus prioridades siempre son personales. Anuncia una interna. Avales y listado los proveerá el protoperonismo. No hay radicales de fuste que lo acompañen. El radicalismo está con Macri pero no con Boasso. Y Boasso proclama que está con Macri pero no con los Jefes de la UCR. Un radicalismo que sigue integrando de modo efectivo el FPCyS. El gobierno de la provincia de Santa Fe enfrentado ideológica y conceptualmente (Macri es un porteño unitario) pero no metodológicamente con el gobierno nacional. Cambiemos es un frente político informe, una ameba que engloba y engloba indiscriminadamente. Muchos no creen que el radicalismo del sur acompañe a Boasso. Pero tiene sus votos y sus alianzas como sus amistades en sitios impensados. Una interna es un ejercicio de lucha y dolor, un desgajamiento al que los radicales están, en sus sadomasoquismos, acostumbrados. Los radicales deberían contener a Boasso.
Cualquiera sabe que el último gran elector del socialismo fue Hermes Binner. Suyos fueron los votos reales. Hermes Binner está en retirada. No hay todavía un remplazo con su olfato. Es Binner quien, en su momento, eligió Bonfatti y después a Lifschitz (alguna vez contaré sobre un 19 de enero por la mañana, el lunes siguiente al asesinato de Nismann y la decisión de atrasar un sondeo) como eligió a Enrique Estévez partidariamente para la conducción provincial y eligió a Alicia Ciciliani para la continuidad en la diputación nacional. Binner es el mismo que no quiso Acueductos y otras OP con Odebrecht. Le dijo a los K que no los quería, que desconfiaba. Binner y Reutemann (pese a enconos personales) entendían una provincia independiente de las decisiones unitarias. Y de ciertos negociados impropios. En el fondo se parecen. El socialismo tiene problemas de remplazos en Rosario y de continuidad por las disputas internas. La gran encrucijada del socialismo es la trascendencia. Esa es la tarea de Bonfatti, su titular nacional. Un partido de cuadros que espera el relevo generacional y ve que ocupan su espacio progresista con disparatadas alianzas populistas a las que deben acercarse ya que, ay, Cambiemos es la Centro Derecha democrática a la que, ay, ay, ay, se acerca su socio histórico: el radicalismo.
La infidelidad conyugal y la frentista es similar. Barleta y la Copes son pruebas de la traición. Entraron como diputados por el FPCyS y brindan con Cambiemos. Con la probanza la infidelidad se convierte en causal de divorcio. El divorcio viene y será doloroso. Anuncio. No será igual, en noviembre de 2017, ni la provincia ni la ciudad de Rosario en términos de Poder Ejecutivo.
Jorge Obeid abrió la tranquera y entraron los K. Nunca fue un dirigente con riñones o con visión estratégica. Creció a la sombra del lole y no supo despegarse criteriosamente. Reutemann o De la Sota no lo hubiesen permitido. Fijarse en Córdoba. Con Obeid los K entraron a saco en la provincia y la destrozaron políticamente. El peronismo tiene a un natural del norte , Agustín Rossi, como el eje sureño. Tiene sus votos. Será diputado. Divide aguas. La contradicción del peronismo es elemental. Tiene senadurías provinciales (11 sobre 19) intendencias, comunas y concejalías, tiene senadores nacionales (2 sobre 3, casi los tres…) y tiene diputados provinciales y nacionales como para una milonga importante. Perotti y Sacnum, los dos senadores, no bailan juntos. Agustín Rossi suma el 17% de amor y el 73 de rechazo en los votantes. Omar Perotti (senador) no pega el grito para la unidad. Tal vez estén esperando que pase la carroza. El peronismo se debe una charla para saber si la vocación de poder los lleva al mando o prefieren carguitos, chequeras y pasajes.
Las encuestas de mayo, las verdaderas, las que no se muestran, hablan de dos grandes electores en la provincia. Macri y Lifschitz. Uno tiene la influencia nacional. El otro la influencia provincial, legislativa y municipal.
Conclusión: El radicalismo en etapa de partición, el socialismo en pleno recambio y el peronismo en mitad de peleas intestinas. Lascontradicciones siempre atrasan. La provincia atrasa porque tiene una posición federal y es muy mala pidiendo favores como aliada incondicional (unitaria, quise decir unitaria). Já. Los federales en un país unitario. Ya se sabe…
No hay comentarios. :
Publicar un comentario