Google+ Raúl Acosta: Las Estrellas de Mar, los populares y la cultura

martes, 6 de febrero de 2018

Las Estrellas de Mar, los populares y la cultura


Este mes que pasó, enero, puso otra vez a prueba el equilibrio que da la edad versus la vehemencia que da el carácter. Soy feliz siendo Jurado de los Estrellas de Mar. Me divierten los diferentes juegos apasionados. Asisto a una obra sobre la realidad que se crea hora por hora. Una corroboración permanente de Jacinto Benavente: “los intereses creados”.

Tal vez haya que recurrir, una vez mas, al compañero Toynbee quien, preguntado sobre que es cultura, traducción mas o menos dijo: “…todo lo que no es obra de Dios es obra del Hombre y eso es Cultura…” Vamos, desde el cacharro mas primitivo hasta las manos en Altamira. No hay hechos culturales y otros no. Pueden ser diferentes los aportes. Todo suma a la evolución. Hombre. Vida. Cultura. Eso.

Acaso sea necesario insistir con el ejemplo del compañero Charles De Gaulle, a quien es imposible, ni antes ni ahora ni mañana, confundir con alguien de “izquierdas”. El viejo De Gaulle, ególatra y personalista como pocos, llegó a “La France” liberada y nombró ministro al compañero Andrés Malraux, soldado aviador voluntario de la lucha (guerra civil) por la República en España, un convencido y redomado marxista. De Gaulle confió en Malraux porque era honesto y era un hombre de las ideas. No pidió filiación política ni número de camiseta en la espalda. Pidió sinceridad y conocimiento, en ése orden. Las dos cosas. A veces los gobiernos no aprenden. Es tan claro el ejemplo.

Cada vez que se refieren a “lo popular” la inferencia es a “El pueblo”. Y este, hasta tanto se demuestre lo contrario, es el total de los habitantes que, de un modo u otro, suman a lo popular por el centro, las aristas y los arrabales. El Pueblo.  Algo tan difícil de asir que cualquiera puede mentir y decir “yo soy el pueblo”. Algo tan incalificable que se insiste:¿cómo calificamos que cosa es “popular” y cual no y en la suma se repite: todo es cultura. Mozart y el choripán.

Preguntado Albert Einstein dónde estaba y de qué modo se definía el progreso científico su respuesta fue clarísima: “por el último hombre, el que menos sabe es el que da la medida de lo que falta aprender”. Si una temporada está cubierta por espectáculos  son estos los que indican como venimos (como pueblo) en la caminata hacia un mañana inatajable y diferente.

La cantidad de gente que “tocaba timbre” indica que este sigue siendo importante, pero la máxima importancia, que supera las circunstancias de cualquier gestión, está en un punto: es un premio de la ciudad. Así debe ser. Así debería seguir. Mas allá de la única discusión posible. Los o Las Estrellas de Mar.
Escritura versus amoríos públicos
Este año, como en otras oportunidades, la verdadera diferencia estuvo entre obras de texto y esquicios armados en base al grado de conocimiento de algunos protagonistas. Elencos donde la presencia en sets televisivos durante el invierno y la primavera, mayoritariamente por temas del corazón, dio un grupo, una idea una propuesta. Constituyeron un hecho cultural. En el escenario se hablaba de esas cosas que los ocuparon en el invierno. La gente que consumió tevé de chismes era el espectador promedio. Claramente. Fue / es una oferta.

Las apuestas al texto en otro grupo. En este hubo obras centradas en una mención a Federico García Lorca y Miguel Hernández, otra a Tita Merello, una mas para Manzi un guiño a Otelo ((Othelo) a Gregorio de Laferrere, homenajes a Chico Novarro y Eladia Blázquez. Un Neil Simon. Varios Piazzolla. Una multipremiada (recomiendo enfáticamente:”asesinato para dos”) Un texto como el de Puentes de Madison. La relación Ingrid Bergman y Rosellini. Varios unipersonales magníficos, desde Pinti hasta el pibe de Segunda Princesa.

Por encima de esto un retorno importante. Sobre 249 fueron 157 las obras marplatenses anotadas. El año pasado muchos teatristas marplatenses estaban enojados con la Secretaría de Cultura y boicotearon el premio. Hubo manifestaciones callejeras y piquetes por esta definición política.  Delante mío, en una reunión de jurados, una periodista marplatense, que se bajó de la moto para venir a la reunión a renunciar dijo:” ojalá fracasen…”. Se fue dando un portazo. Las mismas autoridades municipales, provinciales y nacionales pero en esta temporada el retorno brillante de un teatro marplatense cada vez mas adulto, mas importante. En su gran mayoría todo teatro de texto. De autores. Y un año que los convenció, a los militantes políticos, que el hecho cultural es inatajable, es parte absoluta de nuestro comportamiento. Brecht es una activa porción del hecho cultural  y escribió en los escombros de un Berlín descascarándose en el 1930 y no cesó.

Los celos y los arrebatos
En lo estrictamente personal una duda que traía y que me llevo. Un espectáculo eminentemente sensorial, multi sensorial como “Fuerza Bruta” escapa a las calificaciones. Y llena salas. El espectador va al encuentro de sus emociones puras e inclasificables.
Además un verano con los oídos llenos. Los grupos musicales nominados conforman una base de instrumentistas jóvenes, muy buenos, trascendentes. Eso complace al oído primero y al futuro en todos los casos.

También corroboraciones. Aluvión de “estandaperos”. El teatro de Revistas está cada vez mas alejado del porvenir. Algunos de sus protagonistas se enojan con el jurado porque no se pueden enojar con la propia obsolencia.

Subsiste pero hay menos teatro denuncia por la terrible dictadura y mas teatro que plantea la cuestión de género y hasta la ejerce como hecho dramático. Impensado en el 2001. Las nominaciones de Mariquena del Prado y la corroboración de la nominación a Lizzi Tagliani (segundo año) como la serie de nominaciones de “El Ardor” son un indicador, Estamos definitivamente metidos en el Siglo XXI. Ojo con la curva. No comérsela. Todos los adelantos técnicos se usaron. Son herramientas, no méritos. Herramientas.

Un clásico que nos pone en la realidad es representantes creyéndose artistas, artistas enojados por la ausencia de premios a sus obras, el argumento del mucho dinero invertido como queja por el injusto olvido. Otro  clásico: “Nosotros tenemos público así que el premio no nos importa, por eso no nos anotamos…” . El clásico de los clásicos. “Nosotros somos populares, no precisamos que nos juzguen y nos premien, el veredicto es el del pueblo”…

El premio, que beneficia a una ciudad, al conocimiento que de ella se tiene, que es un estímulo a la necesidad del hombre de trascender, que no reporta dineros sino mimos sigue vivo y en los afiches dirá: Nominada / Nominado Estrella de Mar. Obra ganadora Estrella de Mar. Un cuerpo de jurados, de diferentes extracciones, secretamente y ante escribano público, votó por los ganadores, que si de evolución se trata son todos. El primero y mas importante: el espectador, el habitante de una región que provee las salas, los artistas y la intención. Las buenas intenciones. El hombre que avanza y dejando Dios afuera lo dicho: todo es cultura. Y todo es popular. Con mas o menos entradas, que es otra cosa.


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