Los mínimos manuales, aquellos de infancia, de primeras letras o primeros rudimentos indicaban la etimología. Demos: pueblo, -cracia: gobierno. El gobierno del pueblo. Punto. Allí deberíamos detenernos, lo que sigue siempre será confusión
El periodismo no es politología, Si buscamos en ese inmenso mar de cinco centímetros de profundidad, la wikipedia, surge un esquema. Los cientistas pòlíticos sonríen, condescendientes, y buena parte de nuestros filosofos de cabecera suelen esquivar la consigna elemental. Manejemos nuestra ignorancia en terreno conocido. “Hay democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo. Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes. Por último, hay democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios. Estas tres formas no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos complementarios.
No debe confundirse República con Democracia, ellas aluden a principios distintos, la república es el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno de la mayoría”. Así es el mínimo imponible en el tema democracia. Menos que eso no se acepta. Con eso, claro está, no alcanza.
La definición elemental es necesaria como el si de los profetas. Aclara mucho y confunde todo. La confusión basal es la posición, la acción, el destino de quien piensa distinto. La democracia no lo dice en su definición, pero permite que el voto defina a los representantes, acepta el plural, representantes y eso: representan distintos pensamientos. Los príncipes lo ignoran, las princesas parecen sordas. Las tiranías, las autocracias, los populismos. Distintas formas de una condena: pensar. Pensar distinto. El pensamiento único no pertenece a la democracia. Punto.
Cuando un gobernante dice: ” Si quiere cambiar la ley preséntese a elecciones y gane, entonces tendrá derecho a cambiar esta ley”, define su concepto. La mayoría da derechos. El que gana tiene mayoría. Legisla. Las minorías no están contemplada en la frase pública (tan en uso en estos días) Tampoco su rol. Se opone. Acompaña. Fiscaliza. Combate a la mayoría. Dudas. O tarea múltiple. Para muchos la oposición debe trabajar para ser mayoría. Debería.
Muchos saben que serán siempre minorías y su comportamiento se define por esta aceptación. Esa predestinación de partido chico, de coyuntura eterna y horizontes confusos. Terminan pidiendo un lugar en la última fila, viáticos y el derecho a aplaudir. El que sueña chiquitito tendrá minúsculos despertares.
El eje del problema de la democracia es el rol de las minorías. El concepto de las minorías desde quien gobierna y de quien es, efectivamente, “LA” minoría. Qué actividad, qué acto de gobierno le corresponde a la minoría. Más especificamente: -¿la minoría es parte del gobierno democrático?
Molestan las minorías.No saben comportarse. El elefante pisa hormigas solo porque es elefante o porque es mal bicho. Hum. Muchos políticos populistas, los autócratas seguramente, creen en el determinismo, en la ecología y en que el pez grande se come al chico. Vote a Darwin, ganaremos.
Municipio, Provincia y Nación han demostrado tres usos diferentes de las mayorías circunstanciales. Ahora, ahora mismo. La democracia es diferente en la ciudad, en la provincia y en el país.
En Abril Rosario y su co–gobierno efectivo, entre Ejecutivo Municipal y Concejo Deliberante, ha puesto en juego una fórmula. Muchas minorías hacen una mayoría circunstancial. Con 13 votos sobre 22, en una sesión inusual el Concejo decidió que se debe indemnizar a los inundados de la última catástrofe climática. El Ejecutivo municipal pensaba otra cosa. Tiembla el edificio preconcebido. Le sumó una comisión investigadora de las concesiones municipales. Tiembla el pasado.
Senadores y Diputados provinciales pertenecen a fuerzas distintas al Ejecutivo, claramente teñido de socialismo, pese a su declaración frentista (Frente Progresista Cívico y Social) En la Legislatura estas fuerzas opositoras aprobaron presupuesto y endeudamientos económicos a mediano plazo. Otro comportamiento. Declaración común. Frenar partidas y presupuestos no es justo, aún siendo opositores. Sueños tranquilos para Bonfatti and Co.
El legislativo nacional, mayoritariamente oficialista, ordenado en fila como soldaditos de plomo o párvulos melindrosos, aprueba sin cesar proyectos de ley (nunca tan parecido un proyecto de ley a un Ukase) sin atreverse a discutir lo mínimo: una coma, un sustantivo, un plural. No hay minoría que valga. Ni diálogo, ni respiración diferente.Vale cualquier texto chapucero a libro cerrado. El comportamiento de las mayorías circunstanciales sobre las minorías ha sido diferente en la muni, la provincia y la nación. Es diferente.
Los deberes y derechos de las mayorías en la democracia ha sido y es nuestro problema institucional. Arranquemos de nuevo. Desde cero. Como vamos la palabra democracia se ha vuelto maldita. Una mayoría circunstancial la insulta todas las mañanas, con decretos, reportajes y avalancha de tuiters. La democracia en Argentina parece asustada. Eso es muy malo. La democracia se define en el respeto a las minorías. Simple.
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