Google+ Raúl Acosta: El peronismo pierde simbolismo

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El peronismo pierde simbolismo

El peronismo perdió lo simbólico 
  Quiroga Hugo: entrevista con Bigote Acosta para La vereda de enfrente. 04/09/13

-Hoy publiqué una nota en La Capital sobre el valor de lo simbólico en las sociedades. Pero como yo no soy un especialista en eso, lo único que hice es hacer referencia desde eso que toco de oído a algo que toco más de oído que es el valor de las emociones. Planteando lo siguiente: Salta y Oroño es un referente, de aquí en adelante, imposible de evitar para el comportamiento de la ciudad, de los actores políticos y básicamente de sus habitantes. Y se me ocurrió decir -y acá está el atrevimiento- que finalmente Mónica Fein, la intendente es una suerte de viuda, porque asumió, primero con líos, siempre con entereza, y finalmente con afectos y abrazos de los demás, asumió que la ciudad había sufrido algo que hay que superar y hay que manejars de aquí en adelante. Dos preguntas o puntos. Uno, esto de quiénes se hacen cargo de decir con el pecho “estamos en esta situación”. Y segundo, lo simbólico, para una Argentina donde el peronismo es tanto, de qué manera puede "correlatarse" con lo político.

Frente a hechos como el ocurrido en Salta y Oroño, que es una catástrofe, una tragedia, evidentemente hay que buscar responsables. Y generalmente se buscan responsables por los lados que no hay que buscar. Acá a los responsables hay que buscarlos, en este caso, en la empresa privada y en el Estado. Porque el Estado es quien controla, quien otorga concesiones o admiten privatizaciones. Por lo tanto, en control siempre la responsabilidad es del Estado. Con mayor razón, y es mucho más claro aún, en el caso del accidente, que también es una tragedia para una familia, del parque de diversiones. El Estado es responsable, y todavía no ha renunciado ningún funcionario, lo cual no está bien. Porque hay una responsabilidad política, más allá de cuestiones técnicas, de la justicia, hay una responsabilidad política, hay un responsable que es funcionario, a lo mejor de segunda o tercera categoría, que tendría que haber renunciado ya, de entrada. Entonces, yo creo que vincular lo simbólico es fundamental en la organización de la vida de una sociedad, lo simbólico es fundamental en el desarrollo de la política, y lo simbólico también nos permite comprender el mundo. Yo diría que existe un orden simbólico que es la base de la sociedad.
Nosotros no podemos entender el mundo sin ese orden simbólico. Hasta en la Biblia, decir que Adam y Eva, la manzana, el pecado, en ese momento tenían una alusión simbólica, pensando que esto tiene muchísimos siglos. Entonces, lo simbólico juega un peso fundamental en el desarrollo de la política, en la compresión de cuáles son las coordenadas que orientan al desarrollo de una sociedad, a las estrategias políticas. Por tanto, es algo muy simbólico lo de Santa y Oroño. Ahí no se puede construir ningún edificio.

-Bueno, yo lo ubicaba –para dar más amplitud a mi delirio- con algo parecido a lo que le sucedió a la región con el rosariazo. Después del Rosariazo, cuando se lo revalorizó, todos estaban cerca, todos habían tenido alguna actitud, porque había un hecho básico: todos los que estaban vivos podían referenciarse, hasta geográficamente, en el Rosariazo. Y ahora todos comienzan a referenciarse, hasta geográficamente, diciendo “yo estuve, yo oí tal cosa, yo tengo un pariente”. Esto es la ciudad, más allá del dolor específico, que es intransferible e inalienable, tomó a esta tragedia de la clase media como un eje para que de aquí en adelante algo se haga. Y creo que lo que vos estás diciendo en un aporte fundamental. Plantear un edificio allí no sé si es fácil.

Yo creo que ahí no se puede construir nada. Se puede hacer una plaza, algo que se representativo de lo que fue esa tragedia. Pero ahí no se puede construir un edificio. Y ese es el valor simbólico, que tiene que ver con tu nota, lo de las emociones. Porque una ciudad es una comunidad, y una comunidad que está compuesta por el sentir de la gente, por el sentir de los ciudadanos. Y ahí es cuando se demuestra que realmente existe una comunidad que comparte cosas que son comunes y que hay determinadas situaciones que afectan emocionalmente a los vecinos, a los ciudadanos, y que esas situaciones nos están diciendo “somos una comunidad”, porque todo el mundo quedó afectado, más allá de la distancia, de que haya habido parientes o víctimas, todo el mundo ha quedado afectado, conmovido, por esa tragedia. Eso nos está diciendo que hay un sentir compartido. Ese sentir compartido es lo que conforma esas fibras más íntimas, interiores de una sociedad, que no son tan visibles salvo e momentos de este tipo, que son tan contundentes, tan fuertes.

-Sobre esto te provoco, trasladémoslo a la política. La sociedad, que se maneja tanto con lo emotivo y mucho menos con lo racional, y que maneja con lo simbólico y con símbolos que son imposibles de mover –como tuvimos a Evita, que ahora está perdiéndose-, en ese sentido, el peronismo ¿está perdiendo valores simbólicos?

Sí, el peronismo está perdiendo valores simbólicos. El kirchnerismo se encargó de hacer perder muchos de los valores simbólicos. Recordemos que la figura de Perón no aparece casi, aparece más bien la de Evita. En los actos públicos, es decir, hubo toda una primera etapa donde se hablaba de del pejotismo, de destruir al pejotismo digamos, al viejo peronismo que estaba muy apegado a la liturgia peronista, a los símbolos del peronismo, y entonces no se cantaba la marchita, la foto de Perón aparecía menos, aparecía un poco más la foto de Evita, porque se tiene la imagen de Evita más popular, más revolucionaria. Pero Cristina más aún, es la encargada de disminuir el valor de los símbolos del peronismo. A pesar de que tanto Néstor como Cristina hayan tenido que valerse de los viejos peronistas para poder gobernar. La Argentina yo creo que electoralmente es un país peronistas, hoy por hoy uno no tiene más que contar los votos de las distintas facciones del peronismo, si uno suma todos los votos de los distintos peronismos, Argentina es un país peronistas, electoralmente peronista. Ahora, ahí lo simbólico empieza también a desaparecer.

-La pregunta sería esta entonces: si nos ponemos de acuerdo, lo simbólico está desapareciendo, y con lo simbólico desaparece la emoción, sin lo simbólico no hay fe, y si no hay fe no hay partido político, no hay propuesta, no hay nada. La pregunta es esta: ¿qué hacemos con una Argentina en dónde los símbolos se están yendo a la miércoles?

Ese es un problema. Yo creo que también lo que está en juego es la identidad política del peronismo, que está vinculada a lo simbólico. Un Frente Renovador, como el de Massa, incluye a gente de Macri, puede incluir a gente de Duhalde, de distintos sectores, pero también puede incluir a gente de Massa pero de la vieja UD; es decir, ¿dónde está la identidad política ahí? Está mucho más endeble. No sólo en el peronismo, también en el radicalismo. Antes alguien con orgullo decía “yo soy peronista”, y eso era una identidad política, “yo soy radical”, “yo soy socialista”. Y eso eran identidades políticas. Eso cada vez más está debilitándose. Y tiene que ver también con la crisis de los partidos. Por tanto, el problema tuyo es un problema de buena parte del mundo.

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