Bárbaro: con esta gente no

Julio Bárbaro en La Vereda de Enfrente

- Hay una frase de Argentina, muy común, que podría servir como introducción y como eje: ¿cómo podemos arreglar esto?

Básicamente, para mí, saliendo de la fractura social, del odio, de la soberbia y asumiendo que cada uno tiene un poco de verdad, una parte de la verdad, y que somos necesarios todos para poder resolver nuestros conflictos.

- Pero eso sería pedir que todo el mundo charle con todo el mundo, que cada uno ponga un pedacito de la verdad final. ¿Es posible eso con este gobierno?

Me parece que el gobierno ya dijo que no. Anoche escuchaba un programa de televisión oficialista y ellos decían que, por ejemplo, los policías se sublevaron porque había una mano negra, y después hay una mano negra que hace subir el dólar. Siempre el mal espera y la virtud está en ellos. Casi me da un poco de vergüenza, porque hace 10 años que gobiernan, ya podrían haber pintado las manos de blanco. Me parece que no asumir el fracaso o la incapacidad es triste.

- Sobre esto todo el mundo sostiene lo mismo: no sé si se va a llamar concejo económico y social o se va a llamar ‘personas que tienen ganas de que esto ande bien’, pero sentarse frente a una mesa es la única salida más o menos grata que nos queda.

Es la única. Pero en lo esencial, o el gobierno es capaz de asumir eso o nos somete a todos a un resentimiento que sólo cargan ello. Yo siento que han tomado lo peor de los 70 y tenemos que esperar hasta el 2015 para superar ese conflicto que podíamos haber superado con sabiduría en aquellos tiempos.

- Estás en Rosario para un encuentro y en él se evocará a Estévez Boero.

Todo lo que estamos diciendo Guillermo lo planteaba siempre. Decía que el diálogo es la única salida, uno tiene que tener conciencia que en el otro hay parte de razón siempre, que juntos es la única forma de superar los conflictos, que podemos demorar o no pero la historia nos va a llevar por ese rumbo. Guillermo fue un constructor, él le dio al socialismo una solidez que no tenía, que estaba dividido en mil pedazos. Fíjate que la democracia cristiana, que en aquellos tiempos tenía más presencia que el socialismo, no encontrón un Guillermo Estévez Boero para reintegrarse a la política. Y en ese sentido creo que recordarlo es encontrar un camino de salida que hoy necesitamos.