Por Raúl Bigote Acosta
Nota de opinión publicada en diario La Capital el día miércoles11 de marzo
Se avecinan días en que las definiciones van a estar más claras, habrá menos bruma o habrá menos escondites, más luz. Hay elecciones.
La señora presidenta ha terminado de sacarse, si le faltaba hacerlo, algún ropaje conciliador. Chau. La señora presidenta es la jefa de un sector de la política argentina que tiene una posición cercana a un régimen.
Su discurso de despedida de la Presidencia, delante de sus diputados y su barra brava, es un significante muy claro. El yo perpetuo.
No es un sistema democrático liberal, de consenso y debate y más consenso el que ilusiona a Cristina, es un Estado unificado, con algunas cuestiones democráticas y otras de régimen. Insistencia: el general Perón obliga al voto y no han roto esa barrera. Menos mal. Intentos hubo.
Los regímenes están ordenados piramidalmente. Hay una cabeza y hacia abajo todo se resuelve según un orden dado. Es por eso que ella puede retar al titular de la Corte Suprema de Justicia y opinar sobre el Poder Judicial entero o el Poder Legislativo en su totalidad. De hecho retó a la CSJ sentada como "jefa" en reunión magna del Poder Legislativo, siendo titular del Poder Ejecutivo ¿Hace falta algo más? Tres tiros con un reto. Olvidó Boudou, pero eso es otra cosa.
Me extrañan algunas omisiones de los analistas y críticos del discurso. En toda la perorata insistió, no hubo oportunidad en que no dijese "es política de Estado". Cuando uno dice "es política de Estado", lo que quiere decir es "esto, si yo me voy, el que sigue tiene que continuarlo o es un traidor". Su tono era el de los pastores. Es palabra de Dios. Amén. Es palabra de Dios. Amén.
No se puede contradecir un pastor, sino para qué estás ahí. "Andáte".
Es lo que pasaba en el Congreso. Los que estaban ahí estaban de acuerdo. Y si no, andáte.
La democracia no es palabra de Dios. Y las cuestiones que suceden en tiempos de CFK no son todas políticas de Estado. Si hay políticas de Estado, enunciémoslas. ¿Cuáles son?, ¿cuáles fueron?, ¿de qué modo se resuelven?, ¿cómo se continúan? Políticas de Estado; pero ay... de qué Estado.
Hay dos o tres definiciones del Estado a las que hay que apuntar. Una es el "Estado de bienestar". El Estado de bienestar fue una bella utopía, sobre la segunda mitad del siglo XX, de cualquier sistema democrático. Los países centroeuropeos soñaron con eso. Les estalló. El Estado de bienestar es donde se apunta, donde se quiere llegar. Estar bien; en el bien estar.
Hay después un Estado ausente, que es la imputación hacia lo más recóndito del liberalismo, lo más concentrado del liberalismo, que deja al Estado chiquitito. Hay un Estado ausente y ejem... una tiranía del mercado.
Hay, para seguir con este esquema, un Estado omnipresente, en donde todo es el Estado; es Orwell. Moscú, Cuba, Venezuela. "All inclusive". El Estado maneja todo, desde cuántos pañales para pibe hasta cuántos rollos de papel higiénico para limpiarte la cola te llevás. Todo lo maneja el Estado. Es omnipresente.
Y después hay un fracaso como herramienta de discusión. El fracaso es el Estado fallido. Macri, en su nueva lección de teoría política, tomó esto. El Estado fallido. El Estado fallido, al que hace referencia Macri, es el Estado del régimen que comanda Cristina. Lo peligroso es si, del Estado fallido, como lo diagnostica Macri, se pasa a un Estado ausente, como es la acusación para con los liberalismos. Los teóricos de Macri ya saben esto, él está diciéndose peronista. Creo en la justicia social, creo en la equidad, creo en la movilidad ascendente que ustedes, los peronistas, perdieron. Cree en el Estado paternal. Amén.
La jefa, CFK, ahora tiene el 55 de los votos en el legislativo, podemos suponer que va a terminar, pasado octubre del 2015, con un 35 por ciento de la representación legislativa. Núcleo duro del Estado fallido. Cuidado. Nada podrá hacerse en la República Argentina, desde el 11 de diciembre de 2015, sin hablar con el grupo kirchnerista.
Que bello regalito al habitante. El Estado omnipresente convertido en Estado fallido que nunca llegó al Estado de bienestar y que no podrá ser Estado ausente. Ni Dios permita. Amén.
Pregunta básica: ¿quién comanda el kirchnerismo?, ¿quién comandará? Una sola persona: Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner.
La repregunta obvia es: ¿dónde va a estar Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner el 11 de diciembre? Comandando el núcleo duro de sus seguidores. Ella va a estar en el Parlamento. Entiéndanlo de una buena vez. Ella va a estar. Porque no hay otra jefa que la jefa. Su tarea será dinamitar al Estado liberal.
A CFK le da lo mismo Scioli, que Massa, que Randazzo, todos representantes del peronismo bonaerense. Le da lo mismo, porque la jefa no es un delegado del peronismo bonaerense. La jefa es ella. ¿Contra quién va a ejercer la jefatura? ¿Contra quién? Contra el único que le garantiza que ella va a ser jefa de la oposición. ¿Quién le garantiza a Cristina que ella va a ser jefa de la oposición? Mauricio Macri. Los otros candidatos serían una continuidad liviana, donde su jefatura se iría diluyendo y eso no está contemplado: "Es política de Estado".
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