Google+ Raúl Acosta: Cristina, “Lole” y socialismo

domingo, 15 de marzo de 2015

Cristina, “Lole” y socialismo

Mirada desde el sur por Raúl Bigote Acosta



(Publicado en diario El Litoral, 15 de marzo de 2015)


“…Soy socialista sin duda, si se quiere entender por socialista la doctrina que no sacrifica ninguno de los términos de la fórmula Libertad, Fraternidad, Igualdad, Unidad, sino que todos los aúna” (Pierre Leroux)

¿Está el socialismo santafesino cerca del kirchnerismo? ¿Es este FPCyS como el de aquellos socialistas que acompañaron a Perón?¿Hasta qué punto el rechazo al PRO los unifica? ¿El kirchnerismo es el representante legal del peronismo o es un okupa?
La provincia de Santa Fe es el campo donde se desarrollaron cuestiones que los analistas porteños se niegan a ver, pese a su tremenda visibilidad.

Sobre 1990 el radicalismo entró en crisis con la renuncia de Usandizaga. El peronismo entró en crisis con los desatinos de Antonio Andrés Vanrel y Aurelio Martínez. Uno con exabruptos e inconducta civil. Los otros con delitos lisos y llanos.

De una parte la Región Rosario castigó al radicalismo y por la otra desconfió del peronismo levantando a un dirigente estudiantil socialista: Héctor Cavallero.

La provincia, que no es Región Rosario, mediante la primera versión de la Ley de Lemas, sumó mas votos peronistas que radicales. Carlos Alberto Reutemann fue gobernador.

Cuando arranca la “década del 90” la situación puede definirse. Un neo peronismo moderado, eficiente. Un socialismo estatista y eficiente. Allí se discute el poder político. El real está en el grano y en el puerto.

Para el socialismo la Salud Pública es una obligación. El 30% de los presupuestos municipales de Rosario se destina a ese sector. Hoy la “ayuda” provincial le suma un porcentual que asustaría a los liberales. Lo que cuesta vale. Es muy buena.

Para el peronismo de Reutemann la eficiencia es el eje y tanto salud como educación son vigiladas y controladas al extremo. El peronismo de la administración Reutemann no niega su condición de estatista, pero es – también – eficientista. Demasiado.

Es extraña la adhesión radical al socialismo. No piensan lo mismo. La administración de la ciudad de Santa Fe no destina dinero a salud, entiende que debe prestarla la provincia. Es un punto duro de resolver. Esquivan el tema los candidatos.

Rosario, desde los 90, resolvió victimizarse y crecer. Lo consiguió.

La provincia, en la misma fecha, decidió alambrarse y no dejar que las tres locuras nacionales apareciesen con exageración. Menemismo. Delarruismo. Kirchnerismo. Pudo hacerlo hasta el 2007. Obeid traicionó la “provincianía”. El kirchnerismo decidió sobre el peronismo. Ganó el socialismo.

El peronismo bonaerense aún hoy no tiene muchos apeaderos. Buzzi, Martínez, Perotti. Demasiado poco para el 12% del país, que eso somos. Es ése peronismo bonaerense, último bastión de la política prebendaria del siglo XX, el que no logra resolver ni el territorio extendido, ni la bicefalía en que nos movemos santafesinos y rosarinos. No entienden la síntesis a la que arribamos.

El socialismo es la cabeza de un proyecto (modelo) de provincia que debe ser frentista porque una cabeza necesita un cuerpo, tan sencillo como eso. No debe ser fácil ser el cuerpo radical del FPCyS y reconocer que es el socialismo el que piensa y ejecuta. Una mayoría parasitaria puede abrumar. El socialismo está abrumado de la molicie radical. Pero los necesita para vivir. Por eso silencia (no denuncia) que en la internacional socialista hay sillones permanentes de radicales que se unen alternativamente a Macri y/o Sergio Massa y su aventura.

En Santa Fe el peronismo es el cuerpo impostergable de la actualización del proyecto liberal del puerto de Buenos Aires. No hay Macri, ni PRO ni construcción política que no necesite, para los votos, al peronismo de centro, el mismo que sostuviera a Reutemann desde los ´90. Los delirios setentistas, las muertes, la violencia no suman votos, ni son dirigentes de mucho peso específico los que reivindican las políticas públicas de esos años.

Neo peronismo. No es casual que en el 2015 el PRO reivindique las banderas peronistas. Socialmente justo. Económicamente libre. Políticamente soberano. Se insiste: neo peronismo. El PRO convoca radicales, pero no quiere pelearse con el peronismo centrista, solo con la violencia política del grupo K.

No es casual que ambos proyectos reúnan a Hector Cavallero, Hermes Binner, Antonio Bonfatti y Rubén Giustiniani de una parte y a la figura de Reutemann de la otra.

Desde 1990 esta es la disyuntiva provincial. Dirigentes socialistas versus peronismo santafesino. El radicalismo acompaña.

¿Y la señora CFK? La viuda de Néstor Kirchner de esta provincia no sabe nada. Pero no ha tenido problemas por su ignorancia. Nosotros si.

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