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miércoles, 3 de junio de 2015

El cambalache organizado

Por Raúl Bigote Acosta

Nota de opinión publicada en diario La Capital el día miércoles 03 de junio


Terminada la Segunda Guerra Mundial una personalidad de las ciencias, el profesor Celso Furtado, visitó Europa. Aquella de la posguerra. Las reflexiones las recogió en un libro íntimo, personal, pero referido a la economía. "La fantasía organizada".

Hombre de la Cepal el eje de su viaje fue mirar como se reconstruía un continente, el de la civilización occidental y cristiana, luego del fascismo con eje en Alemania e Italia.

Daba dos señales económicas para la reconstrucción. ¿Préstamo…? Irrestricto. Todo lo que haga falta. ¿Tasa de interés…? Tasa negativa.

Fue la decisión de un imperio: Estados Unidos. España sobre el tema, y su discriminación, se formulaba en un título. "Bienvenido míster Marshall". Un filme irónico sobre el olvido de la península ibérica. La democracia yanqui no prestó dinero abiertamente a España y Portugal. Franco y Salazar las razones. Punto.
Furtado, fiel a la división que hizo la Cepal, marcaba que se sale de las ruinas, siendo país central, reformulándose en la industria.

Sociedad organizada. Industrial. Sueño posible. Sobre las ruinas el título. Una fantasía, una fantasía organizada. Europa renacería. El espíritu popular del habitante lo hizo.

En Argentina la inmigración a granel y la ciudad puerto, tan especial, consagró a dos hermanos, hijos de esos barcos. Armando y Enrique. Los Discépolo.

Uno trasladando al grotesco el realismo italiano. Inventa un género teatral. Su obra, Stefano, resume el desgarro personal. No puede el teatro nacional escapar de Discépolo.

El otro hermano buscó en sus tangos (menos de 40) la definición de ese habitante con tantas raíces como el clavel del aire. Dándole profundidad a la canción portuaria. El tango Uno es el texto básico.

Cambalache la mirada al porvenir.

Miremos aquello con indulgencia. En el 1950 dos culturas acomodándose.

El mosaico porteño, argentino, latinoamericano. Tan diferente.

Inexplicable. Europa acoplando cargas históricas. Aquí en el primer peronismo fogoso.

Parado sobre el "varguismo" (Getulio Vargas) como eje social del 1950, Furtado dice "desarrollo económico tardío del subcontinente". Asume lo que, según él, nos pasa. Analiza su realidad. Se aflije.

Sobre 1934 Enrique Discépolo escribe un tango. Se estrena en el Maipo y lo canta, por primera vez, se repite el dato, lo estrena una mujer: Sofía Bozán. No tiene tanto éxito como se supone. La "revolución del 1943" (4 de junio) lo prohíbe. Producto de ése golpe militar un coronel aparece en la política de Buenos Aires. Es su mujer, sobre 1949. quien lo reivindica. Eva Perón le pide una colaboración,

Discépolo escribe e interpreta "Mordisquito", monólogos para una apología del peronismo con los propios y "los contras". Se transmite en emisoras oficiales. Efecto colateral no deseado: sin prohibiciones sus tangos reaparecen. Cambalache se vuelve imparable. Hoy existe. Hay hasta versiones de "rock fuerte". Explica el país. Aún hoy.

Cuando refiere a que cualquiera puede considerarse un señor indica escalas sociales difusas. Un estafador internacional (¡vendió la torre Eiffel!) un cura bondadoso, una chica abusada, un mafioso deportado, el emperador loco que cambió códigos, un boxeador convertido en artista circense y el héroe nacional más directo. Todos juntos en una casa de empeños donde se revende todo cuanto se compró a bajo precio.

Leamos: "¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón! Mezclaos con Stavisky van Don Bosco y la Mignon, Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín. Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remache, ves llorar la Biblia junto a un calefón".

Encontraríamos varios (demasiados) personajes para remplazar al estafador Stavisky. Las víctimas de abuso aumentaron y los mafiosos como Chicho Grande no han sido deportados sino que se han multiplicado. Deportistas que participan del show hay en demasía.

Curas como Don Bosco hay poquísimos.

"La estructura burocrática se ocupa de ocultar las desigualdades sociales" dice Furtado criticando a la URSS". Mira para el otro lado y se pregunta: "¿Cómo defender la economía de mercado que deja a tanta gente a merced del desempleo involuntario?".

Planificando Brasil explica América el economista Celso Furtado. Da sugerencias para el subcontinente, aclara que "el Estado debe absorber costos de investigación y desarrollo" y menciona ítems estratégicos: petróleo, sector nuclear, aeronáutico, ferrocarriles, modernización de estructuras". Nótese: dice Estado. Advierte sobre el rol conservador de la inversión privada y define: "…" está aquí el mapa de posibilidades, todo tiene precio, cada cosa que se obtiene se paga con otras a las que renunciamos, el factor tiempo está en todas y el tiempo es irreversible…".

Furtado se resume: "La teorización en ciencias sociales debe ser una prolongación de la actividad política". Ese es su pensamiento concluyente. Y vuelve al Brasil.

A Discépolo lo mantiene vivo Boudou: "Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura, o está fuera de la ley". Así somos. Sol. Do.

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