Google+ Raúl Acosta: Lousteau es un clavel del aire

miércoles, 8 de julio de 2015

Lousteau es un clavel del aire

Julio Bárbaro en La Vereda de Enfrente



-¿Cómo andamos?

Bien. Muy bien. Y ahora me voy a un hotel, que me prestaron un salón para dar la charla con los seguidores de Twitter. No sé si van a venir 10 o cien.

-Pero hay que hacerlas a esas cosas. Hay que hacerlas.

La pasión de uno es la política, uno no tiene ni candidatura ni cargo, pero hay gente que quiere escuchar. Y bueno, total es una cosa que uno hace al margen de tanto utilitarismo, Bigote.

-Julio, pongámoslo es estos términos: hay algunas cuestiones del cristinismo, o del kirchnerismo y esta monarquía atenuada, que yo no sé si van a pasar. La pregunta en concreto es: el 11 de diciembre, este poder, ¿va a estar o va a tender a menguarse?

No. a menguarse. Desde ya. El mismo Scioli, con toda la bronca que yo le tengo a Zannini, que es oscuro a la luz. Yo digo siempre que estuve 8 años con los Kirchner, cuatro en llano y cuatro en el gobierno, y nunca lo vi a Zannini, porque no es lo mío, se ocupa de otros temas. Y no es la política la pasión de Zannini. Pero creo que Scioli –que yo me enojo mucho pro Zannini y otras cosas, Scioli no es lo mismo. Digamos que yo creo que el kirchnerismo es una mediocridad con pasión. Si le sacamos la pasión queda la mediocridad al desnudo. Y en el fondo tienen esta idea de perseguir disidentes. A mí me persiguieron, me denunció el botonazo de Verbitsky. Digo botonazo porque tengo 73 años, me crié en esto. Y es un tipo al que siempre vemos en el oscuro lugar, ¿no? Y después ejecutó, para lastimarme, lastimando al Estado, este mediocre, oscuro de Julián Álvarez. Pero ayer yo fui por lo de Cabral. Yo conozco a Cabral de toda la vida. Es el que, cuando había que sacar un preso, cuando había que firmar un hábeas corpus, ahí no estaban ni Zaffaroni, ni los Kirchner, ni los Verbitsky. Ahí estaban los Luis María Cabral.

-A ese tipo están rajando porque quería hacer algo según su concepto, su idea.

Además de la mejor escuela del derecho. Una vida formada, un militante. Eso es lo mejor del progresismo argentino. Tener la misma escuela que puede ser Mujica o Tabaré. No es de la escuelita que pueden ser los Kirchner, que en esas etapas, yo creo y vos también, estaban en otros menesteres. ¿O no?

-Sí, menesteres que eran de verdad oscuros. Me quiero detener en una cuestión. Confío más en Scioli, pero además confío en una institución, que es la de presidente. El híper presidencialismo argentino pone en un sitio mucho menor al vicepresidente. A no ser que se enferme Scioli.

Bigote, yo digo que Scioli, el curso más largo de su vida que hizo, es el de congelar vicepresidentes congelados. El docente era Néstor Kirchner. Algo habrá aprendido de eso.

-Además hay un ejercicio protocolar que lleva a que ni siquiera están en el mismo despacho ni la misma geografía, el presidente y vice. Tenés que ser muy pavote para que, a un presidente, lo maneje un vice. No hay mucha escuela de eso.

Cuando yo hago memoria de dónde lo mandó a Scioli, Néstor, en la casa de Gobierno, al fondo… Pero, por otro lado, ya hoy empiezan a aparecer los sciolistas, los que nombran cada vez menos a la presidenta. Los que fueron menemistas, los Pichetto ¿no?, es un sciolista de la primera hora.

-Sobre esto, a mí no me gusta hacer mención con nombre propio a colegas, pero debo hacerlo. Hay una nota de Joaquín Morales Solá que me molesta, y te digo por qué. Yo estoy en contra de todas las cosas de prepo que ha hecho Cristina cantándose tres belines en la Constitución, las leyes, etcétera. Y la Constitución de la ciudad de Buenos Aires dice que con menos de 50 hay ballotage. Entonces, si vos querés que Cristina, cuando hace las cosas mal, sea castigada, bancate que Macri –o Rodríguez Larreta- bancate que tiene que haber un ballotage.

Vi la nota. Tenés razón vos, y coincido con vos. Lo que pasa es que, en una confrontación gobierno-oposición, lo de Lousteau parece difícil de entender para nosotros.

-Imposible de entender, pero bueno. Ahí está.

Una pregunta que sí me hago. Para el futuro político de Lousteau, ¿esto lo va a ayudar o no? se me ocurre que el tema central, legalmente, todos tienen derecho a hacerlo, casi la obligación; en otro, en una sociedad que está en una pulseada muy grande, esto parece una discusión de otro país.

-Te voy a sacar de esto. Imagínate una geografía de una casa chorizo, con la galería súper larga. En esa galería, en la que yo me crie en Santa Fe, mi vieja tenía 74 macetas –las regaba yo-, y contra la pared había colgado dos pedazos de tronco, y allí se crían dos claveles del aire, que en realidad eran orquídeas. Eran claveles del aire porque, como su nombre lo indica, no tenían raíces sitio a tierra. Lousteau es un clavel del aire.

El clavel es colorado y la orquídea nuestra, la amarillo, es la patito.

-Esa tenía mi vieja. Pero eso no tiene sustento ni raíz, Julio. Es una bella flor, ¿dónde está el pasado y futuro partidario? ¿En quién?

En eso estamos de acuerdo. Y me parece que lo importante acá es cómo nos vamos acercando al final del kirchnerismo, cómo enfermedad del peronismo y de la política. Porque es una enfermedad. Agarró una sociedad débil, sino no podría haber pasado.

-Yo creo que buena parte de lo sucedido en el 2001 y demás concluye con esta señora. Que esta señora es el final de todo ese despiole que se armó. El final es ella. Barajar y dar de nuevo corresponde ahora.

Yo coincido y espero sacarme este hecho de encima, donde no somos adversarios sino enemigos. Ellos quisieron terminar con los demás, Bigote. Los demás estamos a punto de terminar con ellos, porque al elegir a Scioli ya estaban retrocediendo, ¿o no?

-Fue entregar las armas. Y entregar las armas a provincia de Buenos Aires, que tampoco es una cuestión sencilla de entender.

O sea que ellos empiezan a aceptar que el kirchnerismo puro, ese no da candidatos. Dan monje negro, dan intrigantes, de rasputines, ¿no? como este señor Zannini. Pero candidatos transparentes frente a la sociedad no produce.

-Este viernes presento el libro. La contratapa es tuya.

Es un honor. No me daba para contratapa. Hice unos renglones nada más, como reconocimiento a un militante a quien respeto y admiro. Militante en serio, de los que no tienen nada que ver con los cargos sino con la causa.

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