Google+ Raúl Acosta: El faltazo de los líderes

miércoles, 19 de agosto de 2015

El faltazo de los líderes

Por Raúl Bigote Acosta

Nota de opinión publicada en diario La Capital el día miércoles 19 de agosto


La Región Rosario está sin líderes populares que no se discutan. Los representantes políticos (actores de primer grado) no aparecen con tal característica.

Los actores políticos de segundo grado, entre los que se incluye a los periodistas, como a otros referentes sociales, no comportan un imán sin discusiones. Atraen, pero no tanto como para eliminar la contradicción. El relator no es esencialmente actor.

Los actores políticos de primer grado ponen luces. Los de segundo grado relatan y ayudan o critican los actos de los primeros. A veces un actor de segundo grado sube al escenario principal. Siempre trae peligro. La sociedad convive con el conflicto, el peligro y los equívocos. Se avanza con los fracasos. Al menos se debería avanzar.
La sociedad donde nos movemos fabrica ídolos, pero los liderazgos comportan otra relación con la sociedad. Una idolatría no es lo mismo que una conducción a cargo de un líder. Maradona fue un ídolo. Es el mejor ejemplo. Debemos admitir que esto, a veces confuso, lleva a los equívocos que mencionamos y muchos terminan siguiendo a un ídolo. Es duro el topetazo cuando se advierte el yerro.

En Argentina estamos chuecos. El defecto de construcción, como animales sociales, proviene del siglo XX, tal vez antes. Un discurso antes que una idea. Una orden antes de un debate. Una pirámide como la organización social mas conveniente.

Los ejércitos tienen esa característica. En ellos el jefe es el líder y confiarles el mando es confiarles la vida. Las organizaciones políticas en Argentina, desde 1930 en adelante, pero con toda seguridad desde el 17 de octubre de 1945, se comportan de ese modo.

Algunas de estas organizaciones demoraron, tal vez disimularon mejor la adecuación, pero hoy todas tienen igual mecánica.

La demostración mas notoria es de las izquierdas, tan divididas en caciques y caciquejos comarcales, históricos o mediáticos, que cualquier explicación sobre el pensamiento se reduce a diferencias y caprichos, vanidades y egoísmos. Un atropello a la razón diría Enrique.

En la Región Rosario el último gran líder fue Horacio Daniel Usandizaga, que se consumió en si mismo. Un poco Gualberto Venesia (usó su 15 por ciento real de votos por muchos años) ; otro poco Héctor Cavallero, que personalizó una idea partidaria y finalmente Hermes Binner que, como sugiere la lectura de Hobbes, con la claudicación de su candidatura nacional ofertó la yugular. La referencia a los lobos, la manada y el comportamiento de los machos jefes, no es arbitraria.

Hobbes, además de indicarnos que eso somos: lobos, que por esa razón nos comemos, refiere al comportamiento de la manada. Detrás de un jefe. El lobo solitario, tan claro en la metáfora, no junta voluntades y sin estas, las voluntades, no hay votos.

El de Binner no fue un caso típico. En la pelea por la jefatura, al verse perdidos, entregan la yugular a otro lobo mas joven y de hecho: ganador. Eso no sucedió. Simplemente renunció.

El peronismo de la provincia tuvo proyectos (intentos) de jefe de manada, pero la sola presencia de Reutemann en los años 91/92 definió las cosas. Obeid fue un lobo sustituto que, además, entregó la yugular a Néstor Kirchner, a quien no le importaba la manada santafesina. No eran sus genes, si se dispersaban tanto mejor. Bueno, sucedió.

Daniel Scioli y CFK, ofertando a Omar Perotti y Marcos Cleri; Mauricio Macri ofertando a Carlos Reutemann y Anita Martínez, y Sergio Massa ofertando a Romagnoli y Grandinetti son, en rigor, tres jefes de manada trotando en territorio santafesino (y "rosarigasino") como propio.

Tal vez Omar Perotti se pueda convertir en jefe de esta manada, acaso Reutemann conserve los colmillos. A Romagnoli no se lo oyó aullar todavía ¿y Binner?

En octubre algo quedará en pie y mucho se desmoronará. Dos jefes dentro del Senado y dos fuera.

Weber ayudaría a interrogar al futuro ¿Llegará un líder carismático con la capacidad de generar entusiasmo? ¿Tendremos uno hereditario?

Poco importa: "Lo único que puede distinguir a un líder es que tenga seguidores: sin seguidores no hay líder".

Mas allá del acto eleccionario deben sumarse, para la pregunta, a Bonfatti, Lifschitz, Corral, Barletta, Boasso, Henn, Galassi, Di Pollina, Luis Rubeo, Ramos, Giustiniani, Fascendini, Suckerman, Fein, Anita, Grandinetti, Javkin, Schmuck, Poy, algún Bielsa.

Los líderes importados (los candidatos presidenciales lo son) deslumbran. Los actores de segundo grado (todos, eh, todos) con algún rol, mas o menos secundario, mas o menos protagónico, esperan que empiece la obra.

Despista a detractores y aplaudidores la indefinición. Con un líder presente todo es mas fácil. Se critica y/o se aplaude.

Aquí apareció la complicación perfecta. Los actores políticos de segundo grado, con periodistas y "oeneges"a la cabeza, ocupan el lugar de los verdaderos líderes de la polis, que con su faltazo obligan a la pregunta ¿crecerán hasta ocupar el centro del escenario?

Octubre no es solo un mes. Es una prueba.

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