Google+ Raúl Acosta: Argentina. El poder está vacío

lunes, 15 de noviembre de 2010

Argentina. El poder está vacío

El poder está vacío

El poder ejecutivo no tiene un programa de gobierno. Hasta el 27 de octubre no lo precisaba.
Los actores políticos previos a NK están terminando su ciclo, sin recambio generacional visible.
Los periodistas se acostumbraron a la confrontación antes que a la contribución. Críticos. Filosos bisturís apasionados. Hoy hay un grave faltante.
El último ejercicio de poder concentrado ha sido Néstor Kirchner. Abusó del poder concedido. Se fue. Los cambios estructurales están ausentes, apenas anuncios: distribución de la riqueza y modelo económico justicialista. La receta peronista de 1950 convertida en revancha postrera. Algo cierto: ejerció absolutamente, así fue en 1950. Lo restauró y lo ejerció. En el siglo XXI De la Rúa fue una pesadilla malvada. Chacho Álvarez una traición conciente. Duhalde un diálogo con su contradicción: digo que soy el mejor pero no puedo ni podré.
La desaparición del hombre fuerte no es una cuestión sencilla de manejar. No es una pieza de inventario. Con Kirchner había un enemigo y las cosas se acomodaban a esa relación planetaria. El poder está vacío y eso es peligroso. Galileo no sabría qué declarar.
Los actores políticos sobrevivientes están, generacionalmente, en el último aliento. Duhalde, los hermanos Rodríguez Saa, Lavagna, Das Neves, tienen un discurso conocido. Hay otro peronismo que ni siquiera tiene un discurso. Lo malo, conocido, a veces obliga y elegimos a uno que resulta el mas malo por conocer.
Fuera del peronismo no hay poder. Directamente.
La facilidad periodística que brindaba Néstor Kirchner era cercana a la que ofertaba la vieja feria de la cooperadora escolar. Tres tiros por un peso.
Pararrayos de sus propias tormentas (que él originaba, claro está) muro de todos los lamentos y libro de quejas de todos los reproches, la ausencia de Néstor Kirchner es visible en la diseminación de los insultos. El los concentraba. Ahora, en los insultos, se menciona a cualquiera, que es lo mismo que nada. Al no dirigirlos a uno, en particular, no existen, no son agentes catárticos. Eso es enfermizo. La más dura crítica hoy es obsoleta. No está preparado, cierto periodismo, para la contribución.
La ausencia de NK quitó el sujeto de los enojos. No pueden dirigirse a una persona, exagerando sus males, sus poderes, su influencia. La economía. La política. La gobernabilidad toda está, ahora, en manos de todos. Néstor lo hizo. Se murió. Por su muerte el poder está vacío y eso es muy malo. Es causal de divorcio social. Por su ausencia el periodismo tiene enfermitos semanales. Insultar crea hábito.
En la región los dueños de su propio poder son dos: Reutemann y Binner.
Para el 2011 la cifra cabalística es esta: 70. Rondan igual almanaque. Viva la longevidad. Uno u otro es lo mismo. No serán los próximos gobernadores y quien quiera llegar necesitará su beso en la frente, su palmada en la espalda, la foto sonriente y la declaración de amor. De otro modo es inútil. No han delegado el poder (que, por lo demás, no se transfiere) no se han retirado, no se retirarán.
El vacío nacional se corta en el aire. El vacío provincial está formándose.
Rubén Giustiniani muestra una buena intención de voto, existe. Antonio Bonfatti posee una muy buena, buenísima relación con Hermes Binner. Mario Barletta, santafesino, exhibe amores de estudiante. Miguel Lifschitz conduce el territorio socialista más importante, donde no armó una línea media (interna) que lo defendiese (a él). El FPCyS, en cuestiones de poder, no se sabe si en el 2011 aumentará su cuota o, en rigor, estará vaciándose por sus internas con sordina.
Jorge Obeid, también santafesino, es el principal protagonista de la mala memoria y, al igual que Juan Carlos Mercier, Ricardo Spinozzi y Daniel Germano, es devoto de San Fono. El “lole” me llama mucho, me llama poco, no me llamará nada. Cercanos al peronismo silencioso de su titular, no son ni serán candidatos sin la foto de Reutemann y el abrazo mencionado. Agustín Rossi y Rafael Bielsa ya probaron circular por la provincia sin el abrazo del senador. Desde 2007 todos vivimos con el resultado de ésa experiencia. Binner y Reutemann han hecho notar dónde está la casa del poder político. Kirchner, con su ausencia final, también. Agustín Rossi, que se aguantó los huevazos, espera que la señora lo llame a su jardín. Vive sin Reutemann. Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner es la viuda del poder. El trámite sucesorio no es fácil. Nunca fue un bien de familia. Nunca. El día a día desgasta a las burocracias que gobiernan como albaceas testamentarias. El poder real de Cristina depende del ABC del que hablaba Pound (“para romper con la Literatura hay que conocer a la literatura”) ¿Conocerá tanto como para romper la memoria de NK…?. Buena pregunta Caperucita.
La izquierda irredenta dice vieron, vieron, son peronistas, lo habíamos avisado. La izquierda progresista, que está cobrando su cuota parte, insiste: Nosotros creemos en el mal menor, vamos con Cristina, es el sol que calienta esta siesta. Con Cristina y con la CGT, no importa, Moyano es una tormenta pasajera. Je.
La derecha delirante, después de los bocinazos saludando al infarto, advierte que es cierto el nunca mas. Ni refugio les queda. Los están juzgando nominalmente. Foto y al cadalso.
La derecha disimulada sonríe y espera. Sin careta no suma una mitad. No hay golpe de estado y no hay votos suficientes. Distraer y corromper en lugar de conspirar. Así pasarán el verano. Suya es la casa del estío nacional. Riegan, en su jardín, las variables económicas. NK y CFK no las podaron. Florecieron.
El término medio, que gusta de la claridad, tiene la respiración entrecortada. El aliento agita las ventanas nasales. No hay consuelo ante la nada, el vacío, la desconfianza nacional representada por su mejor ejemplar: la inflación. El voto se define en el supermercado.
El 75% lo insultaba. El 25% confiaba, veía un mundo que los demás no encontraban tan claro. La muerte de Néstor Kirchner debería llevarnos hacia un plan de supervivencia que nadie menciona, acaso porque no existe. Nadie menciona, aún, el gobierno de coalición.
Están plantando brillantina para cosechar estampitas con su nombre. Parece fácil. No lo es. La política de los recuerdos distrae la atención necesaria. Repito: coalición nacional
Dos periodistas (porteños e infatuados) entrevistaban a un importante político esta semana. ¿Usted cree que puede crecer políticamente sin pegar un golpe en la mesa, sin enojarse…? No lo dejaron responder. La pregunta llevaba la respuesta a la que están acostumbrados. A la que quieren acostumbrarnos. Desde diciembre de 2001 hasta hoy. Sin deseos de cambiar.
En Argentina creemos que el poder es arbitrario, un grito, una imprecación y un capricho (personal). Estamos bien aprendidos de la peor enseñanza, de un reflejo colectivo. El poder nacional, provincial, municipal y familiar no se discute. Miramos el espejo con los ojos de Alicia: el poder está vacío. Con y por nosotros el poder es mortal.



Raúl Acosta
Testigo

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