Jodimos al kirchnerismo por izquierda

Jorge Altamira en La Vereda de Enfrente. 



-¿Lo encuentro en campaña, Altamira?

Y, qué le va a hacer. Al pie del cañón.

-Pedí charlar con usted porque leí los otros días una nota de la señora Beatriz Sarlo –tan permanente en la contemporaneidad como yo y como usted-, y lo mencionaba lateralmente y hacía, a mí modo de ver, un elogio, hablaba de su coherencia. Entonces se me ocurrieron dos preguntas. Una es esa, la coherencia. ¿Cuesta mucho en Argentina ser coherente?

Mire, ser coherente es una dificultad para todo el mundo. Imagínese todo el mundo ser coherente en la vida. La vida es muy compleja, para qué hablar de la política, y tratar de que en el curso de esa vida uno logre realizar sus aspiraciones, sea fraternal con el otro es muy difícil, no es sencillo. Uno tiene presiones internas, una formación psicológica que viene de la primera infancia, incluso anteriormente. Y en el plano de la política eso ocurre en mayor medida. En el curso de mi vida ha habido cambios históricos enormes, de la Guerra Fría a ahora…

-Yo soy del 44, Altamira.

Entonces estamos formando un dúo.

-Entiendo de qué está hablando.

Sí, yo lo quiero decir para que entienda el más joven. Yo, cuando era adolescente, los adultos seguramente habían vivido experiencias de lo más disímiles, pero yo como adolescente todavía no las había vivido. Entonces es una cosa que uno va descubriendo con el tiempo. Imaginate, mi padre vivió la crisis del 30., la Guerra Mundial y el peronismo; o sea, eran giros absolutamente fenomenales. Pero uno después lo tiene que vivir. Y entonces en estos casos, cuando se trata de la lucha política, hay que estudiar; y no sólo estudiar los problemas científicamente sino también ser muy riguroso con la experiencia. Por eso la idea de que a veces, que creo que se desliza en el artículo, de poner un signo igual entre coherencia e inmutabilidad no es lo mismo.

-No, no es lo mismo.

Es al revés. Para ser coherente no se puede ser inmutable, porque hay que acompañar el proceso de la realidad. Y en realidad lo que son inmutables son nuestros políticos. ¿Sabe por qué? Usted tiene un radical, usted tiene un peronista que sigue siendo un peronista a pesar de Cristina Kirchner, Néstor Kirchner, de Duhalde, Menen, de la alianza con la UCD, usted tiene políticos que siguen pensando lo mismo; los radicales Alfonsín, De La Rúa y siguen pensando lo mismo. Y estos que parecen flexibles, y que nadie les adjudica inmutabilidad porque están todo el tiempo cambiando de posición para acomodarse a circunstancias son, efectivamente, inmutables.

-Sobre esto, admítame una broma: alguien que como usted, estoy seguro, no tiene una relación muy clara con la Iglesia y con la fe, sino todo lo contrario, el slogan de un milagrito para Altamira, me resultó muy bueno.

No, pero fíjese una cosa. Yo sigo con mucho cuidado las evaluaciones que cada uno hace del nuevo Papa y nadie dice nada nuevo, en cambio yo de entrada marqué que había un interés de marcar una ruptura, porque cuando uno analiza el gravísimo estado de descomposición de la Iglesia y en particular el grave estado de descomposición social en los cuales una multitud católica mayoritaria, o tiene una gran importancia, yo anticipé este tipo de cambio que sorprendió a todo el mundo. Inclusive, dije “el Papa tiene una visión de que hay una gigantesca crisis del capitalismo, como la tenemos nosotros en el Partido Obrero: la diferencia es que él procura advertir a las clases dominantes que no prosigan por este camino porque la van a pasar mal y el Partido Obrero le procura advertir a las clases dominadas para que se organicen porque, de lo contrario, se va a descargar con una gran furia, mayor a la actual, esta crisis capitalista. Es decir, tenemos dos audiencias diferentes, pero no ha habido un Papa que…

-Es que no ha habido un Papa jesuita.

Bueno, ahí tiene. Los jesuitas vienen de un partido político.

-Y de construcción de poder. Poder terrenal.

Hemos escrito legión de artículos en prensa Obrera sobre los distintos pensamientos y manifestaciones del Papa. Ahora, es cierto que creo que, cualquiera sea la audacia que el Papa quiera exhibir, el problema que enfrenta no tiene solución porque tendría que haber un desmantelamiento…

-La otra pregunta es la siguiente. Lo buscaba porque me parece que la voz suya es importante para este tema: el tema que plantea la señora Carrió y el Golpe de Estado porque dos facciones peronistas de están peleando por lo que siempre pelearon, que es el poder. A mí me asusta la señora Carrió, se lo confieso.

Yo creo que el partido de Carrió es especulativo y oportunista, porque no apunta a hacer un diagnóstico correcto de la situación sino a atacar los rivales del peronismo, aprovechando la circunstancia de que el peronismo vive un proceso de desintegración extraordinario. Hoy al peronismo, cuando uno lo compara con el movimiento histórico que nosotros conocemos como peronismo, hoy ha quedado reducido a una etiqueta. Ahora, de otro lado, es evidente que el gobierno enfrenta la posibilidad de una crisis mayúscula, en particular por el tema económico, porque es un tema económico incontrolable en los últimos días. El gobierno ha tomado medidas muy graves, ha llegado a acuerdos con cuatro empresas que litigan en Argentina para pagarles lo que reclaman esas empresas en el CIADI, que son 4 mil millones de dólares, ha revierto el canje con los fondos buitres y pretende arreglar con ellos, y esa es otra tanda de miles de millones de dólares, y la deuda externa es impagable como lo prueba el hecho de que ellos han tenido que imponer el cepo. Entonces, van a estar obligados apegar un virón, profundamente antipopular, y eso va a provocar una crisis política. Eso es indudable. Peor a ningún protagonista hoy lo veo interesado en propiciar un golpe.

-La otra pregunta, hoy leí la nota de deportes de La Nación sobre el huracán del 74. Me une una antigua y extensísima relación con el flaco.

Es rosarino como ustedes.

-En la nota esa lo mencionan a usted. Y está muy buena la anécdota de usted con Ubaldini. Permítame que la sintetice al aire: dice Fernández Moores que Ubaldini se encuentra con Altamira y, dice Fernández Moores en el relato, que el modo de romper el hielo que encuentra Ubaldini es decirle a Altamira “Vos tenés la misma cara de triste que yo porque sos hincha de huracán”.

En realidad rompió el hielo porque dice “¿en qué podríamos llegar a un acuerdo con al violencia que hay entre la CGT y el Partido Obrero?”, y entonces, yo ya pensando en el fútbol, le tiro –pero no le dijo que estamos hablando de fútbol- “quizás haya algún punto en que podamos llegar a un acuerdo”. Y +el me responde “vos debés ser hincha de Huracán”. Y entonces yo, que me quedé muy sorprendido porque no tenía nada que ver con lo que estábamos hablando, le dijo “¿Cómo se te ocurrió?”, y entonces dice “tenés la cara triste como la mía”.

-¿Cómo vienen los números? ¿Metemos uno, dos?

No, estamos en un plano nacional con la expectativa de meter cinco. Pero no le hablo desde el triunfalismo, que lo reniego total. Estuve la semana pasada en Mendoza y tenemos intenciones de voto del 15%. Después de haber sacado el 7% en las PASO y el 3% en 2011. Entonces podemos llegar a tener un diputado. Lo mismo en Salta, en la capital de Salta estamos en un 18% de los votos. En la capital de Córdoba, otro lugar donde pretendemos conseguir una diputada en este caso, estamos ene l 10 y subiendo. Y luego tenemos a ciudad de Buenos Aires y la provincia. La provincia podría llegar a conseguir dos diputados nacionales por el Frente de Izquierda. Así que estamos en una lucha importante, porque instalar la izquierda en el Congreso de la Nación en un escenario…

-Permítame una mala palabra. Si instala la izquierda a la que usted hace referencia le va a joder la vida a muchos kirchneristas, que creen que son de izquierda.

Ya es una impresión de que se la jodimos. Se la digo fácil, el kirchnerismo, desde que asumió, buscó coactar a todas las organizaciones de izquierda, lo ha hecho con los movimientos sociales, lo ha hecho incluso con diputados como Victoria Donda, Libres del Sur, etcétera, que estuvieron en el gobierno de Kirchner hasta el año 2006, 2007. Nosotros, comprendiendo el carácter de este gobierno, marcamos esta profunda delimitación. Y hoy estamos en pleno ascenso, cuando ellos están en proceso de caída muy importante. Entonces es una victoria política que tiene un alcance incluso para el conjunto de América Latina, donde hay experiencias similares a la de Argentina.