Google+ Raúl Acosta: Uno tiene que tragarse muchos sapos..

jueves, 5 de junio de 2014

Uno tiene que tragarse muchos sapos..

Entrevista a Luis Alberto Romero para La Vereda de Enfrente


-Arranco con una anécdota. Permítamela. Un periodista lo entrevistó, cuando el boom de la literatura latinoamericana, en Ezeiza volviendo de un viaje, a Jorge Luis Borges; y le preguntó –un movilero a Borges-: “¿Qué opina del boom de la literatura latinoamericana?”, y Borges le contestó a lo Borges: “Mire –con ese lenguaje tan característico y ese tono de voz tan particular- yo conozco escritores cubanos, conozco escritores colombianos, hasta conozco un escritor boliviano, latinoamericanos no conozco”. La pregunta para usted, teniendo esto como plafón: ¿quiénes son los intelectuales nacionales y cuál es el pensamiento nacional?

( Risas) Es un concepto inventado, como tantos otros conceptos, porque en el mundo intelectual uno está siempre elaborando estas categorías. Entonces, no está mal que alguien haya pensado esto. El problema es qué cosa le pone, qué contenido le pone a esta idea de que hay un pensamiento nacional. Y la idea, que es una idea que viene del siglo XIX, que no fue inventada en Argentina precisamente, es que hay naciones y que cada nación tiene una esencia única, intransferible, que emana de su territorio, de su folklore, de sus tradiciones, y que finalmente se traduce en una forma de pensar. Por ejemplo, los alemanes estaban convencidos de que había una forma de razonar alemana y que esa forma era incompatible con la francesa. Entonces en Argentina hubo intelectuales que tomaron esa idea, que la leyeron en libros alemanes y franceses, y se dijeron “en Argentina ha de haber un pensamiento nacional”, más o menos parecido al famoso ser nacional.

-Claro, le iba a decir que finalmente vamos a caer en Fernández Arregui.

Exactamente. En esa idea de que hay un pensamiento nacional y que, simultáneamente, hay un montón de gente que vive en el mismo país y que piensa y que tiene pensamiento pero como no se ajusta a esa esencia nacional, ¿qué es? Es extranjero, es extranjerizante, cosmopolita. Porque no hay término medio, o se es nacional o se está en contra.

-Ahora, usted me dice que en el siglo XVI, XVII no sucedía, pero que si en el siglo XVIII, XIX aparecía alguien que dijese “vamos a tener nuestro propio pensamiento y manejarnos con él”, a lo mejor no es que lo entienda, puesto en ese contexto y en ese mundo, en ese alrededor, pero estamos en el siglo XXI. Lo que usted dice, y escribió en La Nación, dio la vuelta al mundo en 10 minutos. ¿Cómo hacer para tener un pensamiento nacional?

Cada vez es más difícil, pero usted ve que en el mundo, pese a la internacionalización, hay muchos grupos que quieren… Digamos, están los catalanes, que quieren tener un pensamiento catalán y una lengua catalana, y los chicos tienen que hacer un esfuerzo enorme por aprenderla. Yo creo que ninguna cosa se inventa en Argentina, no somos los únicos que tenemos esa deformación. Yo honestamente creo que es una deformación y una limitación, y el origen de una antagonización muy desagradable, que es dividir al país en nacionales y antinacionales.

-¿Qué hacemos si no pensamos como el comisario Forster supone?

Un pequeño comentario: yo no creo que Foster esté en la figura de comisario ni pretenda ser el comisario, ni tenga tiempo ni herramientas para serlo, me parece que esto más bien forma parte de hacer un poco de preparación para las elecciones. Pero en el fondo, a la vez, la persona que puso que puso este título, ordenamiento estratégico, ya suena a militares ¿no? O suena a perón.

-Bueno, estamos en un proceso cincuentista y setentista. Las dos cosas.

Sí. Entonces, yo no le quiero decir que nos van a mandar al campo de concentración, pero nos van a denigrar así como se denosta a tanta gente hoy, con seguridad.

-Fíjese cómo la vida acomoda a circunstancias de almanaque, que yo creo que no las han supuesto. 4 de junio:" día de jornada redentora", decía la marcha del 4 de junio de 1943, esto que es Farrel, el grupo GOU y el arranque del coronel Perón.

Yo no me he dado cuenta de la fecha, pero realmente es absolutamente simbólico. Fue el momento culminante de esta idea, cuando el gobierno militar puso la enseñanza religiosa en las escuelas. Efectivamente, 4 de junio. Tiene toda la razón.

-Usted me dice, y es cierto, que Forster no da la talla para ser comisaría. Pero vamos a jugarlo por lo absurdo. Yo soy el Bigote Acosta, soy nacido en el 44, todavía sobrevivo en los medios de comunicación, y vienen y me dicen: “va a ser director técnico del seleccionado argentino de fútbol”. Yo me niego, me gusta el fútbol, pero yo me niego. Si vienen a decir que se necesita un comisario para el pensamiento estratégico, yo digo que me parece que Forster debería haber dicho que no. Pero eso supongo yo.

Sí. El problema de la política es que cuando uno adhiere a un movimiento, a un partido, tiene que tragarse muchos sapos. Yo supongo que Forster no es el nombre que más me habría gustado para esta secretaría, pero adhiere, en general, a esta idea de que existe un pensamiento nacional y una esencia nacional. Su formación filosófica viene de ese lado. No para ser un comisario, pero sí porque cree que el Estado tiene que intervenir para crear la corriente de opinión favorable al movimiento gobernante.

-Si vamos a los años 30, y la República de Weimar y demás, ambos sabemos que una de las primeras cosas que cierra el pensamiento de Hitler es la Bauhaus, que era el pensamiento libre en las plásticas, ¿no? O sea que lo primero que hace un comisario del pensamiento es cerrar los sitios donde se piensa.

Sí. Pero recordemos que ese fue el comienzo de un régimen que estableció un gobierno de terror durante 12 años, y esta es la secretaría de un gobierno que se va a ir dentro de 15 meses.

-¿Eso no lo vuelve ridículo a esto?

(Risas) Absolutamente. Esa es la palabra. Es ridículo, sí.

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