"De lo posible sabemos muy poco"

Editorial de La Vereda de Enfrente

"¿Cómo es posible que no sepamos cuánto dinero tiene la Presidente? ¿Cómo es posible que no sepamos cuánto dinero tiene su hijo? ¿Cómo es posible que no sepamos el paquete accionario de las empresas en donde la señora Presidente trabaja? ¿Cómo es posible que aceptemos, buenamente y sin ningún tipo de queja, que alguien vaya full time a la función pública e igual comience a acrecentar su fortuna? ¿Cómo es posible que aceptemos esto sin quejarnos? Nosotros de lo posible sabemos muy poco.


Hay una canción donde el autor, que es quien la canta, dice “he preferido hablar de lo imposible, porque de lo posible se sabe demasiado”.

Nosotros no estamos en esa condición que describe Silvio Rodríguez. Nosotros, de lo posible, no sabemos demasiado. En realidad, de cosas absolutamente posibles no sabemos nada.

¿Cómo es posible que no sepamos cuánto dinero tiene la Presidente? ¿Cómo es posible que no sepamos cuánto dinero tiene su hijo? ¿Cómo es posible que no sepamos el paquete accionario de las empresas en donde la señora Presidente trabaja, tiene acciones y le dan dineros, mucha ganancia? ¿Cómo es posible que aceptemos buenamente y sin ningún tipo de queja, que alguien vaya full time a la función pública e igual comience a acrecentar su fortuna? ¿Cómo es posible que aceptemos esto sin quejarnos?

Nosotros de lo posible sabemos muy poco.

¿Cómo es posible que sean ocupadas mil cien habitaciones y no se sepa el nombre de quienes las ocuparon, su documento de identidad, con qué pagó, si fue contado o tarjeta? ¿Cómo es posible que no se sepa?

¿Cómo es posible que no se sepa que se compraron terrenos a precio vil, porque eran terrenos públicos, por pocos pesos el metro cuadrado, y que hoy están tasados en muchísimos dólares el metro cuadrado? ¿Cómo es posible que los haya comprado alguien que ejercía la función pública y se los haya vendido otra persona que también ejercía la función pública? ¿Cómo es posible?

Es posible en Argentina, porque de lo posible no sabemos nada. Ni siquiera sabemos qué cosas son absolutamente imprescindibles en un candidato, dirigente, funcionario. Porque la honestidad (parece) no es imprescindible ni necesaria.

Está aquella lógica de comportamiento público aún inatajable: la mujer del César no sólo debe ser honesta sino también parecerlo. Acá nuestra Presidente no sólo debe ser honesta sino también parecerlo. Y nuestra Presidente no parece honesta. ¿Por qué tengo la íntima convicción de la corrupción? Porque de lo posible no sabemos nada.

Es más, el total de los legisladores kirchneristas, con mayoría de voto en Senado y Diputados, aprobó una ley por la cual sólo la primera página, la portada de las declaraciones de bienes, puede ser leida por los ciudadanos comunes. Investigarla nunca. Eso es esconder los dineros ganados. Y lo aprobaron los Legisladores. Estaban felices. Eso es complicidad.

Tengo que decir que el pueblo de la República Argentina, por medio de quien delibera y gobierna, que son los diputados y senadores, acepta que se escondan los dineros y que no sea posible saber cómo hicieron la fortuna.

Lo que sí es sencillo saber es que al 2003 los del Grupo K no eran ricos. En el 2003 tomaron el poder político. Si al 2003 no eran ricos y tomaron el poder político, que es full time a favor del pueblo argentino ¿cómo es posible que hayan hecho una millonada que está en 70, 100, 250 millones de dólares ?

Hay gente que dice que tiene 5 mil millones de dólares el grupo Kirchner. Porque lo que dicen es que el grupo Kirchner es el dueño del Cristóbal López Group, y del Lázaro Báez Group y de otros más. ¿Cómo es posible?

La canción de Silvio Rodríguez –“he preferido hablar de lo imposible porque de lo posible se sabe demasiado”- refiere, si bien a la revolución cubana, también al amor y a la necesidad de encontrarse.

Nosotros en Argentina no tenemos la revolución, tenemos la corrupción a la cubana, a la venezolana, y no tenemos más amor. Estamos peleándonos. Nosotros en Argentina no tenemos seguridad, estamos inseguros. Nosotros en Argentina no tenemos confianza en el funcionario político porque, lo sabemos, sabemos que hoy, mañana, ayer, pasada mañana, será un corrupto más. De tanto esquivar tanto corrupto vamos a votar a uno que tal vez sea un pavote insigne pero no corrupto, o lo sea poquito, solo abuse del trabajo de los jardineros. Argentina es territorio de ricino electoral.Se nos hace muy difícil vivir eligiendo cuando las cosas a elegir son todas equívocas, son todas erróneas, son todas maléficas, todas llevan hacia el mal. Todas son purgas a la democracia intestinal.

La contradicción que enferma es esta: creer, como cree buena parte de los argentinos, con la íntima convicción que yo también profeso, que nuestra Presidente se enriqueció ilegalmente es dejar de creer en la democracia y en el voto, porque es el voto el que la puso. Y uno dice “¿Cómo?, ¿votamos todos esto?”

El periodismo tiene su propia contradicción. Quien no cuenta hoy el problema de los dineros del poder, quien no cuenta hoy y se entretiene con otra cosa, o se entretiene haciéndole el chas chas en la cola a un juez, que no es de lo mejor sino de lo peor de la justicia, pero que hizo un procedimiento legal, quien se entretiene en maniobras de distracción en realidad está renunciando a su tarea. Su tarea nuestra tarea, mi tarea es contar que nuestra Presidente en el 2003 no era rica y en el 2014 es riquísima. ¿Con cuánto dinero? No lo sabemos. Y tal vez, como son las cosas en el país, no lo sepamos nunca. Argentina vuelve imposibles todos caminos.