Editorial de La Vereda de Enfrente
Voy a hablar de las elecciones
P.A.S.O, Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, que se desarrollaron
ayer en la provincia de Santa Fe.
Para que nos entendamos, vamos a dividirlo por agrupaciones.
Primero, el Frente Progresista Cívico y Social. El Frente
progresista Cívico y Social perdió. Hay una interna que era entre Lifschitz y
Barletta. La ganó Lifschitz. Lifschitz iba con Fascendini, que es NN en el sur.
Barletta iba con Malaponte, que es del sur y es NN en el sur, no lo conocía
nadie, no lo conoce nadie. Y el papelón más grande allí, en ese sitio, es el de
Giustiniani, que era Senador nacional y perdió a cuatro a uno. Un papelón. Pero
lo cierto es que si Giustiniani no se presentaba a una interna para pelear por
un carguito, el 11 de diciembre se iba a su casa, porque no lo quieren para
nada el resto de los socialistas.
La otra interna del Frente Progresista Cívico y Social era
para la ciudad de Rosario. Convengamos: la peor intendente desde la democracia
hasta ahora es Mónica Fein. No ha habido un intendente peor. No ha habido. Es por
eso que cada cien personas de Rosario que votaron, 80 no la votaron, 81 porque
tiene 19. No la quiere nadie, y mucho menos los propios. Javkin, en las
seccionales del centro, que se corresponden con 27 de Febrero y Avellaneda, le
ganó. El núcleo vivo de la ciudad no la quiere a Mónica Fein. Y las razones son
que, hasta ahora, no ha sido una buena intendente, por dos o tres argumentos. El
primero, nunca ha sabido comunicar ella personalmente; la gente que tiene
comunicación, antes y ahora, son verdaderamente inútiles para comunicar, muy
malos para comunicar, y los secretarios, que deberían ser los espadachines, han
sido pésimos, excepto Fernando Asegurado, a quien los periodistas cada vez que
llamamos responde, el resto son IPS, inútiles todo servicio desde el punto de
vista de la comunicación. No sirven para nada. Y por tanto, no ayudaron, para
nada, a Mónica Fein. ¿Cuál es la otra cuestión? Mónica Fein fue una especie de
pacto de no agresión entre los dos o tres que querían otro candidato a
intendente –recuerdo que estaba Lamberto, que estaba Zamarini y que estaba
Clara García-, consolidaron y fue Mónica. No sirvió para nada.
¿Cuál es el problema mayor del Frente progresista Cívico y
Social? Que Rosario es la nave insignia del Socialismo. En el resto de la provincia
pueden pactar con los radicales, porque son los radicales los que son
intendentes o presidente comunales, acá no puede pactar con nadie y tiene que
ganar. Porque si el Socialismo pierde en Rosario perdió para siempre. Y la
enseñanza de las PASO es que a los socialistas se les puede ganar, básicamente,
por errores del Socialismo.
Después viene la otra cuestión, para las otras listas. Pero quiero
detenerme en lo siguiente: el mejor candidato a concejal, dentro del Frente
progresista Cívico y Social, fue María Eugenia Schmuck, que fue suelte,
Ghirardi no le sirvió para nada. Acaso como una nota de qué es lo que pasa con
Ghirardi. Fue concejal, fue funcionario, estuvo cerca del problema de la
policía, los pasaron a problemas de las vecinales y las comunas, vuelve al
Concejo. Es un testimonial donde está. Ghirardi es un tibio. Y Mónica precisaba
un fuerte ahí. No lo tuvo, para nada. Creo que la persona fuerte ahí es María
Eugenia Schmuck. Pero bueno, allá van esas cosas, allá van.
El Frente Progresista Cívico y Social no ganó. Y la peor
performance es la de Mónica Fein. Deberán revisar muy ben que hacen personalmente.
Personalmente. Tengo dos o tres ideas, pero estamos haciendo un análisis de las
elecciones y no cabría que hacer para curar a los heridos.
El otro es el Frente para la Victoria. Del Frente para la
Victoria, lo primero que hay que decir es que en las elecciones anteriores en
la provincia de Santa Fe, cuando Bonfatti le ganó 660 a 630 a Del Sel, Agustín Rossi
sacó 330 mil votos y fue un papelón. Esta vez, Perotti saca 330 mil y fue un
campañón. Deben revisar los adjetivos los peronistas kirchneristas, porque con los
mismos votos que Agustín Rossi fracasó dicen que Perotti triunfó.
Perotti fracasó también. Perotti fracasó rotundamente. Y el
vice de Perotti volverá a sus funciones, que es acompañar a Julio De Vido en el
Ministerio más cuestionado del grupo Kirchner, el Ministerio de Obras Públicas.
En el Frente para la Victoria además hubo otra cuestión: iba
como candidato a Diputado un socialista, Cavallero; una diputada nacional camporista
kirchnerista, como la señora de Casilda, una muy buena mujer; y Luis Rubeo. Lograron
entrar los tres. Pero está claro que van a ser minoría. Está claro que van a
ser minoría. No se puede pensar ya en el peronismo como la mayoría que disputó
el gobierno desde la Legislatura con Bonfatti. No se puede pensar eso. Y de
hecho, no se piensa.
El PRO tiene la siguiente característica: los que votaron a
Anita, la votaron porque la querían, no disputaba interna con nadie, por lo
tanto es llamativo la cantidad de votos que tiene, son muchos y muy buenos. Lo
que debe preguntarse el rosarino es: ¿Anita puede ser intendente? Hoy, si las
elecciones fueran finales Anita es Intendente. Vamos a pensar que estamos en
presencia de candidatos que tienen siglo XXI, Mónica es del siglo XX, está
retirándose. Y esta cachetada fue muy fuerte. No sé cómo sus equipos de campaña
resolverán este tema, porque los equipos de campaña de Mónica Fein, los que
están en funcionamiento, han fracasado todos. Todos.
Debajo de Anita, lo que apareció es hasta qué punto la falta
de identidad tiene importancia en las elecciones. Roy López Molina, en la
provincia de Santa Fe, era un pibe prácticamente desconocido. Peleaba la
primera diputación provincial contra Antonio Bonfatti, gobernador en ejercicio,
con carteles y fotos en toda la República Argentina. Contra eso peleaba Roy
López Molina. Y contra Giustiniani, Senador nacional; y contra Cavallero, el
legendario socialista que puso la nave insignia del Socialismo en la ciudad de
Rosario, que después se motivó para ser nave en la provincia. Contra eso
peleaba Roy López Molina, con 29 años. Salió vivo, pero nada más.
El que ganó fue Bonfatti. ¿Cómo no va a ganar Bonfatti? Primero,
las encuestas, sobre diciembre y enero, daban 70% de intención de voto a
Bonfatti si era nuevamente candidato a gobernador. Todos lo votaban. Bueno, lo
vieron en una boleta y lo votaron. Cómo no lo van a votar. Cómo no lo van a
votar.
En la misma boleta estaba Lifschitz. Y fíjense la diferencia
entre Bonfatti y Lifschitz.
El PRO está en condiciones de ser gobierno en la ciudad y
gobierno en la provincia. ¿De qué depende? De que siga esta inercia. ¿Qué es
inercia? Una fuerza que mantiene las cosas en el punto que estaba, si están en movimiento
en movimiento, si están quietas, quietas. Están en movimiento hacia allá. Si todo
sigue igual, Anita es intendente y Del Sel es gobernador.
¿Qué tiene que pasar para que no? Bueno, ya vamos, porque el
Frente para la Victoria, con el 20% de los votos, es uno de los que decide. ¿Se
van a juntar los peronistas del Frente para la Victoria con los peronistas que
están en el PRO Peronismo? Si se juntan, esto se gana en un viaje; si no se
juntan, esto se hace más difícil.
¿Qué lo puede hacer que no se junten los peronistas con los
peronistas? Una orden de Cristina. Cristina, como todo el mundo sabe, es aliada
del Socialismo, y el Socialismo es aliado de los Kirchner. Han votado todo en
Legislatura, son aliados. Esa alianza, que es la que hizo bailar la polca a
Mónica con Berni, no le funcionó a Mónica, ¿le va a funcionar a Lifschitz? No lo
sé, pero no tiene otra el Socialismo que decirle a Cristina: “Cristina, vení y
salvanos”. Si el Socialismo le toca el timbre a Cristian, no sé qué puede pasar
en la provincia. No lo sé, porque Cristina tiene una muy buena intención de
voto. No es candidata, pero es como Bonfatti. Bonfatti no puede ser gobernador,
Cristina no puede ser presidente. Cristina tiene el 40 de intención de voto. Si
Cristina dice “lo quiero a Lifschitz y la quiero a Fein”, el kirchnerismo va a
estar haciendo lo que corresponde: cumplir con el pacto de los progresistas.
¿Lo hará? ¿No lo hará? No lo sé. Lo que sí sé es que yo no voto Kirchner, por
lo tanto, si yo quisiera votar al Socialismo y el Socialismo se alía con los
Kirchner, yo no voto Kirchner. Esa decisión no está en nuestras manos. Está en
las manos de una táctica para las elecciones y una estrategia para los próximos
cuatro años.
Porque, ¿cuál es el otro punto? si gana Del Sel, y se va Lifschitz
y se va el Socialismo de la gobernación, la gobernación vuelve al peronismo, y
cualquier otro peronista puede ser gobernador, del rango que sea. Si sigue el
Socialismo, nunca más le peronismo es gobernación. Nunca más. Nunca más porque
después vuelve Bonfatti, que tiene buena intención de voto, después vuelven
todos los que pueden ser. Y ya viene la otra generación.
De modo que el peronismo tiene que pensar muy bien qué hace.
El Frente Renovador es la otra cuestión. Cualquiera sabe que
los votos que colectó Grandinetti son votos que podrían haber ido a Anita. De hecho,
los votos que colectó Grandinetti de ningún modo irían a la Fein. De ningún
modo irían a la Fein. De modo que si hay que sumar los del centro hacia el
peronismo, los votos de Grandinetti, que es una de las sorpresas, no tenía
piso, no tenía data, apareció con 40 mil votos, esos votos son puros de Massa. Massa,
lo único que tiene puro es Grandinetti, porque está viciado de nulidad lo que
hizo con Bussi, con la piecita de atrás, eso no sirvió para nada; y el par de Sergio
Massa, que es Cachi Martínez, que es tan Diputado nacional como Sergio Massa,
le ganó como correspondía, a Buzzi, porque es un hombre que está en la política,
tiene partido, no tenía una piecita de atrás con fracasados del reutemismo,
como tiene Bussi, y tuvo además la constancia de un política y Bussi no tiene
la constancia de un político. Bussi tiene un nombre. No alcanza. En la
política, además del nombre, hay que actuar, y Bussi no actuó. De modo que
Sergio Massa, que tiene una buena intención propia de nombre, tiene como propio
un desarrollo político en la ciudad de Rosario. ¿Con quién se va a aliar Massa?
Supuestamente se va a aliar con el peronismo, cualquiera sea, contra Macri. Pero
en la provincia de Santa Fe no hay peronismo cualquiera sea contra Macri, la
mitad de los votos peronistas ya están con Macri porque ya están con Del Sel. En
esa jugada, que es territorial y extra territorial, no es que no me meto, no sé
cómo lo va a resolver. La vez que, para la provincia, Massa tuvo que resolver
para su cosecha con alguien de la provincia, fracasó. Porque a la única persona
que Reutemann le dio una foto, tres en realidad, fue a Massa. Y Massa nunca más
le dio bola y Reutemann se fue. No se puede culpar a Reutemann de esto. De modo
que la gran esperanza que es Sergio Massa, que es un 50 años, como Grandinetti,
que es un 50 años, como Javkin, que es un 50 años, y que son los que tienen 30
años más de política, tendrá que revisar qué hace en la provincia, tendrá que
revisar qué hace Grandinetti. Yo creo que si Grandinetti y Anita Martínez sale
de milonga juntos la ciudad es de ellos. Y si Anita Martínez, que es la gran
electora, le dice a Javkin “vení” y a Grandinetti “vení”, se llevan puesta la
ciudad. Pero puesta a la ciudad. Y se la llevan puesto a Anita, que es sub 40,
y los otros muchachos, que saben manejar una computadora, que saben manejar un
teléfono, una Tablet, que saben manejar el siglo XXI. Anita sabe manejar el
siglo XXI, Javkin también, Grandinetti también. Mónica Fein no sabe manejar el
siglo XXI. Es más que evidente. Mucho más que evidente.
¿Qué nos queda? Nos queda Suckerman. Suckerman es positivo,
porque Suckerman, como el resto de los kirchnerista, no existe sin Cristina. Cristina
no vino a darle un beso a Suckerman, ni va a venir. Lo que consiguió Suckerman,
lo consiguió peleando contra estos tanques. El tanque caído, que es Mónica, el
tanque en crecimiento, que es Anita, y los otros dos muchachos.
Bueno, allí están. Eso es lo que hay. ¿Qué nos queda? Nos queda
Boasso. ¿Qué hubiese pasado si Boasso era candidato a Intendente contra una
Mónica Fein que tiene el 20% de los votos? ¿Qué hubiese pasado? I don’t know, Darling.
No lo sé querida. Lo que sí sé es que le juntó votos al Midachi. ¿Cuántos? no
muchos, no los que se esperaba. Porque los votos totales del Midachi no son
mejores que aquello votos que tuvo, están ahí. La performance de Boasso es
mucho mejor que aquella de Salomón, que fue una performance insípida, incolora,
inodora. Pero los votos de Boasso entran a tener fuerza desde hoy, porque con
Boasso el radicalismo está identificado, es un radical. Y en la República Argentina,
Sanz –en realidad Morales, Sanz y Aguad-, pero Sanz es el jefe de Boasso. Y Sanz
tiene un arreglo con Macri; y Sanz puede venir a la provincia de Santa Fe y
decir “hola”, y juntar dos , tres, cuatro o cinco radicales más a quienes el Socialismo
nunca premió bien. Porque esa es la otra cosa a decir: ¿qué radical conoce
usted en la intendencia de Mónica Fein con un cargo de secretario activo,
positivo, pulenta, que tenga vida? Nada. ¿Qué radical conoce usted en el gobierno
de la provincia de Santa Fe con un cargo pulenta, activo, un ministro de gobierno
radical, un ministro de economía radical, un ministro de Educación radical, un
ministro de Cultura radical, un ministro radical importante? El Socialismo
nunca se lo dio. Por varias razones. Primero porque los capacitados son los
socialistas, los radicales son medio ineptos para conducir, han chocado cada
cosa que le han dado. Y la otra, porque si son ineptos el Socialismo desconfía.
En esa desconfianza, el radicalismo es como el peronismo. Cuando huele poder,
se acerca. Está más cerca del poder Macri, Sanz que Margarita Stolbizer. Porque
después de 14 de junio, el Frente progresista Cívico y Social le tiene que
decir: “Margarita, te queremos; Margarita te queremos”. Y el eco se va a sentir,
porque están ene l 8%.
Los radicales que sigan en el Frente Progresista Cívico y
Social tendrá que tener chapitas y cargos en la ciudad de Rosario y en la provincia
de Santa Fe, porque afuera poco y nada. De modo que en lo que oferte el Socialismo
para que todos los radicales sigan dentro del Frente progresista Cívico y
Social está la salvación de Lifschitz. La salvación de Mónica, yo no la
conozco. Tengo una idea, tengo una idea muy clara, pero no es motivo de
análisis, es motivo de consulta.
Besos en la frente. Cuídense.
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