Sergio Berensztein en La Mañana Entera
-Hay un concepto de Sergio que importa. Él dice: El Estado, como trinchera, readaptando prácticas de los 70, el kirchnerismo, en el Estado, reemplazó el poder del proletariado, la fuerza, por la tropa rentada; sería un modo de limitar al próximo gobierno. Ayer me preguntaba, y traslado la pregunta: ¿pierde el peronismo o esto que está armando es por si las moscas, pero de cualquier manera piensa en ganar?
Yo creo que el peronismo se siente con chances de ganar, por eso se está reorganizando, está tratando de redefinir la estrategia de cara a las PASO, sobre todo está este debate en cuanto al número de candidatos que deben participar. Me parece que está tratando, la Presidenta y el peronismo, de ordenar un poquito la tropa para ver cuál es la estrategia más adecuada. Yo creo que hay una confusión igual, con respeto por las personas, pero creo que en la ciudad de Buenos Aires el problema no fue la cantidad sino la calidad de los candidatos. Y me refiero sobre todo a su inserción en la opinión pública.
-Ahora, sobre esto, estoy parado en Rosario, que es una ciudad en donde el peronismo hace mucho tiempo que no es primera línea, y en una provincia donde en el 2007 Obeid entregó la provincia a un modo de elección diferente y la perdió, y se hace muy difícil recuperarla. Así que no estoy en un territorio peronista, aún cuando los votos peronistas son muchos. Pero la pregunta es esta: hasta qué punto, cuando la compañera Cristina dice “usen la humildad”, ¿en realidad no está alardeando de lo que le falta? Porque si hay algo que tiene el peronismo es que, por exceso de personalísimo de cfk, no tiene dirigentes, o tienen 20 por lo que no tiene ninguno bueno.
Son peronistas, Bigote. Acordémonos de la frase famosa de Perón: “primero la patria, después el movimiento, después los hombres”. Obviamente siempre fue al revés. Entonces creo que tampoco en eso Cristina fue muy original, aunque obviamente, le comentaba a un colega tuyo, seguida después de esta frase me llama un amigo oficialista, peronista tradicional, y me dice: “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago, ¿verdad?”
-Pero el problema en cuestión es que, si esto se hiciese en una interna del club Sacachispas, bueno, vaya y pase. Peor estamos hablando de la República Argentina y el siglo XXI.
Yo te diría, a ver, de fondo, lo que se está debatiendo acá, es, si gana el peronismo, cuál es el rol que va a tener Cristina. Ese es uno de los debates importantes. O sea, luego de tratar de identificar la mejor estrategia para ganar la elección, creo que en la gente del peronismo está esta tensión, no menor, porque la Presidenta está buscando protagonismo. Lo hace obviamente con alguna estrategia electoral que todavía no está blanqueada. Pero yo creo que es casi obvio que va a ser candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires. Y lo hace también, refiriendo a tu comentario original, tratando de colonizar al Estado, tratando de coaptar agencias públicas, de forma tal de obstaculizar el gobierno de quien gane, sea o no un presidente de su partido.
-Yo recuerdo, en esto te voy a avasallar con mi vejez, que en su momento, tanto Antonio Cafiero como el Hipólito Jesús Paz, como el mismísimo Albino Gómez, eran los infantes de Evita y de Perón, 52, 53, 54, pero eran los jóvenes que avasallaban a una generación que se estaba yendo. Lo que me parece es que en la entidad intelectual de Antonio Cafiero, contra la entidad intelectual de Larroque, hay diferencia. Pero que usaran a mocosos no está fuera de las leyes del peronismo.
Y lo mismo ocurrió, recordemos, esto Perón lo hizo en la década del 70, con alguno de los que están ahora en el gobierno. Ojo, había jóvenes de izquierda y también de derecha. Y ambos Perón los utilizó muy inteligentemente para fortalecer o reposicionarse en la era política argentina. Así que tenés razón, no es nuevo. Seamos también, en ese sentido, amplios y plurales, porque el radicalismo también utilizó jóvenes en múltiples oportunidades.
-La Coordinadora. Mirá todavía anda dando vueltas el Coti Nosiglio por ahí. Los que sobrevivieron están todos en la lucha por tener poder
Claro. Entonces, lo que yo veo acá es que hay un proceso de selección. No sé si son los más aptos o los más fuertes. Tal vez los más flexibles los que terminan sobreviviendo.
-Yo creo que la flexibilidad ha sido uno de los ejes, pero la cuestión final sería esta, me resultó muy interesante ese concepto de que uno de los núcleos centrales es cómo se comparta en el 2016 la señora Cristina y cómo se comporta el peronismo con ella. Pero la otra cuestión es: ella, ¿va a estar en una fracción del peronismo o en un peronismo que, sumando fracciones, sería mayoría parlamentaria y va a hostigar a cualquier gobierno si no es el propio?
Mirá, eso va a depender obviamente de la estrategia que desarrolle el eventual presidente. Si fuese Massa sería más fácil reconstituir el peronismo bajo su liderazgo, a pesar de su juventud; si fuese Macri, ahí viene el gran enigma, cuán pragmático, abierto, heterogéneo, plural, diverso va a ser el gobierno de Macri, qué clase de coalición va a crear desde la presidencia. Y ahí pensemos un poco más conceptualmente, al margen de las personas, siempre es difícil armar coaliciones de gobierno estables con regímenes presidencialistas. Mirá lo que está pasando a Bachelet en Chile. Lo que el pasaba incluso a Dilma en Brasil.
-Sergio, quiero remitirme a una frase excepcional que dijo Pepe Mujica, que más allá de sus cosas, por allí la emboca. Él plantea que uno de los grandes problemas que se le apareció a la izquierda es la corrupción. Él sostenía, con esa brutalidad, están robando plata que no tienen ni tiempo material para usarla, ¿para qué lo hacen? Y el planteo es este: Bachelet, Dilma, con el debido respeto por ellas dos, la compañera Cristina, posan de centro izquierda y de progresismo, y terminan complicadas en asuntos de choreos, como dice el tango.
Pero ellas son víctimas del sistema. O sea, lo reproducen y al mismo tiempo es un sistema que ellas no pueden, obviamente, modificar. Son parte, lo heredaron y al mismo tiempo están casi obligadas a reproducirlo porque, lamentablemente, esa es la lógica del funcionamiento de un sistema político que ha perdido el rumbo hace mucho tiempo, y tiene a la corrupción como una de las fuentes, mirá que curioso, no solo del funcionamiento sino de sus sustentabilidad. A ver, el sistema político argentino, democrático, es horrible lo que voy a decir, pero se armó a imagen y semejanza del viejo sistema de pentapartido italiano, que tenía también a la corrupción como una de las fuentes de consenso entre los partidos que protagonizaron la transición hacia la democracia de Italia.
-Esto es terrible, porque vamos al ejemplo de la chilena, cuando volvió dijo “vamos a armar una nueva alianza, vamos a plantearnos una nueva mayoría”, y en esa nueva mayoría la revolución en el tema educativo, en el tema impositivo, en el tema laboral, y terminó con un lio de corrupción que hizo rajar a todos los ministros, a su hijo. Pero allí hago una salvedad: asumió que su hijo había choreado y resolvió en consecuencia. No estamos en las mismas condiciones.
Totalmente de acuerdo. Algo para un pie de página, ¿no?, respeto a la cuestión chilena. Influye naturalmente la caída del precio al cobre, que es el motor de la economía chilena. Es decir, no solamente tenemos allí un problema político y serio, que lo hay, sino que aparte un problema económico de fondo. Y hay una segunda cuestión que me parece estructural e interesante sobre todo para contrastar con Argentina de los años 60, y es que hay una nueva clase media que irrumpe en la vida pública, que está tratando de tener un espacio, que demanda bienes públicos, y la sociedad chilena, sobre todo los empresarios, no están acostumbrados a semejante ruido, semejante desorden. Y creo que Chile se está reacomodando a esa nueva situación. Es el triunfo al capitalismo: cuando te va bien tenés estos problemas, que la gente quiere participar.
-Bueno, cuando leía que buena parte de las manifestaciones lo que querían era una educación gratuita, uno decía “de qué estamos hablando: Argentina de 1918”.
Exactamente. Esa Argentina de oro, moderna. Mirá, el desarrollo trae conflictos, y los estancamientos muchos más. Así que tenemos que estar preparados para lidiar con esta incertidumbre.
Mirá, eso va a depender obviamente de la estrategia que desarrolle el eventual presidente. Si fuese Massa sería más fácil reconstituir el peronismo bajo su liderazgo, a pesar de su juventud; si fuese Macri, ahí viene el gran enigma, cuán pragmático, abierto, heterogéneo, plural, diverso va a ser el gobierno de Macri, qué clase de coalición va a crear desde la presidencia. Y ahí pensemos un poco más conceptualmente, al margen de las personas, siempre es difícil armar coaliciones de gobierno estables con regímenes presidencialistas. Mirá lo que está pasando a Bachelet en Chile. Lo que el pasaba incluso a Dilma en Brasil.
-Sergio, quiero remitirme a una frase excepcional que dijo Pepe Mujica, que más allá de sus cosas, por allí la emboca. Él plantea que uno de los grandes problemas que se le apareció a la izquierda es la corrupción. Él sostenía, con esa brutalidad, están robando plata que no tienen ni tiempo material para usarla, ¿para qué lo hacen? Y el planteo es este: Bachelet, Dilma, con el debido respeto por ellas dos, la compañera Cristina, posan de centro izquierda y de progresismo, y terminan complicadas en asuntos de choreos, como dice el tango.
Pero ellas son víctimas del sistema. O sea, lo reproducen y al mismo tiempo es un sistema que ellas no pueden, obviamente, modificar. Son parte, lo heredaron y al mismo tiempo están casi obligadas a reproducirlo porque, lamentablemente, esa es la lógica del funcionamiento de un sistema político que ha perdido el rumbo hace mucho tiempo, y tiene a la corrupción como una de las fuentes, mirá que curioso, no solo del funcionamiento sino de sus sustentabilidad. A ver, el sistema político argentino, democrático, es horrible lo que voy a decir, pero se armó a imagen y semejanza del viejo sistema de pentapartido italiano, que tenía también a la corrupción como una de las fuentes de consenso entre los partidos que protagonizaron la transición hacia la democracia de Italia.
-Esto es terrible, porque vamos al ejemplo de la chilena, cuando volvió dijo “vamos a armar una nueva alianza, vamos a plantearnos una nueva mayoría”, y en esa nueva mayoría la revolución en el tema educativo, en el tema impositivo, en el tema laboral, y terminó con un lio de corrupción que hizo rajar a todos los ministros, a su hijo. Pero allí hago una salvedad: asumió que su hijo había choreado y resolvió en consecuencia. No estamos en las mismas condiciones.
Totalmente de acuerdo. Algo para un pie de página, ¿no?, respeto a la cuestión chilena. Influye naturalmente la caída del precio al cobre, que es el motor de la economía chilena. Es decir, no solamente tenemos allí un problema político y serio, que lo hay, sino que aparte un problema económico de fondo. Y hay una segunda cuestión que me parece estructural e interesante sobre todo para contrastar con Argentina de los años 60, y es que hay una nueva clase media que irrumpe en la vida pública, que está tratando de tener un espacio, que demanda bienes públicos, y la sociedad chilena, sobre todo los empresarios, no están acostumbrados a semejante ruido, semejante desorden. Y creo que Chile se está reacomodando a esa nueva situación. Es el triunfo al capitalismo: cuando te va bien tenés estos problemas, que la gente quiere participar.
-Bueno, cuando leía que buena parte de las manifestaciones lo que querían era una educación gratuita, uno decía “de qué estamos hablando: Argentina de 1918”.
Exactamente. Esa Argentina de oro, moderna. Mirá, el desarrollo trae conflictos, y los estancamientos muchos más. Así que tenemos que estar preparados para lidiar con esta incertidumbre.
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