Google+ Raúl Acosta: "Ya no hay forma de sostener la fantasía"

sábado, 7 de noviembre de 2015

"Ya no hay forma de sostener la fantasía"

Agustín Monteverde -economista- en La mañana Entera



-Primera cuestión. Hablan de que se va a devaluar, no se va a devaluar, que el dólar sí, que el dólar no. y la verdad, como dijera el viejo Perón, “¿quién ha visto un dólar?”. El dólar no cuesta 9 pesos. Si el dólar está 14, para decir una cifra más o menos, devaluarlo sería subirlo más allá, pero blanquearlo a 14, ¿sería devaluarlo?

La devaluación ya se hizo, y no me estoy refiriendo a la devaluación que se hizo en enero del 2014. Me estoy refiriendo a la desvalorización de la moneda, que no se muestra, que no está reconocida ni en el tipo de cambio oficial, pero tampoco en el tipo de cambio paralelo. Porque el tipo de cambio paralelo también está intervenido. Es decir, ninguno de esos dos valores refleja el valor mercado. Y esto es muy sencillo. Yo creo saber quién está dispuesto a vender a 9,50: creo que nadie.

Es más, yo querría también poner al descubierto una falacia. Una de ellas dice algo así como que, como se fumaron las reservas, porque literalmente se han acabado las reservas propias del Banco Central, y de hecho están usando dólares que no son del Banco Central, que son de terceros y exigibles en el corto plazo, como se han acabado las reservas, no se puede liberar el mercado cambiario. Y yo les digo lo siguiente: ¿cómo piensan manejar el precio de una mercadería que no tienen? La única forma de poder incidir en el precio de una mercadería es si se tiene. Si no se tiene, no se pude incidir. Es decir, la devaluación ya ocurrió cuando se descapitalizó el Banco Central, se lo vació, cuando nos quedamos sin reservas, cuando gastamos a todo ritmo, los fondos públicos, en exceso. Para que tenga una idea, estamos hablando de que el déficit que va a representar prácticamente da 30% de los ingresos genuinos. O sea, habría que subir 30% los ingresos para que no hubiera déficit.

-Esto que está sucediendo, porque te tomo la palabra, lo gane Macri, lo gane Scioli al cargo, es lo mismo. El lío va a pasar. El lío está pasando.

Exactamente. Ni más ni menos. Cualquiera sea el que triunfe, cualquiera sea el equipo económico, más tarde, más temprano, esto llega ya inevitablemente, y en un plazo corto. Porque ya no hay forma de sostener la fantasía. La fantasía se está sosteniendo, en este momento, a costa de destruir literalmente el país. Porque lo están, realmente, liquidando.

-Voy a dar un ejemplo que es muy clásico en los borrachos. Los borrachos dicen: “lo que me cayó mal es esa última copita”. Y antes se había tomada diez botellas de tintos. ¿En qué momento se produce en Argentina el quiebre como para decir “de acá en adelante, venimos barranca abajo”? en algún momento tuvimos plata, recibimos, fabricamos ese milagro de la balanza de pagos dada vuelta, le hicimos un corte de manga a la CEPAL, la materia prima era más negocio que la computadora. ¿En qué momento se pudrió todo?

Claro que había plata. A ver, tengamos en cuenta que el señor Lavagna se hizo cargo del Ministerio de Economía en un momento… ahora pasó a ser el salvador y hay que entender que Lavagna entró en un momento en que manejar la economía era un uva. ¿Por qué? Porque se habían llevado todo puesto y la economía argentina, en ese momento, entonces, merced a lo que había ocurrido, teníamos un dólar súper alto, un dólar también distorsionado pero que fomentaba las exportaciones enormemente; no teníamos que pagar al exterior nada porque estábamos en default; la tasa de interés, además de todo, estaba prácticamente en 0% en el mundo; y la soja subía con una fuerza inusitada. Bueno, todas esas cosas son las que se fumó el kirchnerismo.

-¿Pero cuándo nos estrellamos contra la pared? ¿Cuándo se resquebrajó la cristalería y no la pudimos pegotear más?

Yo distinguiría dos cosas. Una, el momento de quiebre donde ya uno dice se acabó, estamos vendiendo pedazos de campo, acabo de vender el último. Ese es un momento. Pero lo que sí quiero marcar es que el día que empezamos a vender pedazos de campo, ahí ya estábamos mal. Y eso ocurría tan temprano como mayo de 2003. Es decir, desde el mismo momento en que comienza el gobierno de Néstor Kirchner, el momento que lo aplaudían, muchos colegas míos, incluso aquellos que son economistas ortodoxos optaron por acompañar sin quejas lo que estaba ocurriendo. Ya en ese momento se comenzaba a cometer tropelías. ¿Por qué? Porque el modelo se basaba en gastar lo que se había encontrado. Es decir, el señor Néstor Kirchner abrió la puerta, se encontró con plata y dijo: “vamos a disfrutar”. Y este modelo a Argentina no le sirve. Argentina, lo que tiene que hacer, es trabajar, crecer, generar riquezas antes de ocuparnos de gastarla. Ahora, el otro momento de quiebre ocurrió prácticamente con la llegada de Cristina Kirchner al poder.

-El compañero Néstor pegaba dos gritos y simulaba. Y esta mujer pega dos gritos y no disimula. ¿Cómo fue?

Lo que pasa es inteligencia, la habilidad, la astucia de Néstor Kirchner no la acompañó a Cristina, que creo que expresa sus complejos de inferioridad, de que la vean.

-Agustín, te la hago más fácil. A la compañera Cristina, hay un Agustín Monteverde (Kicillof) que la engaña.

No tiene la más mínima idea de la economía, pero tampoco diría que la cuestión es el engaño. Es que prefieren vivir en su propia fantasía. Se han encerrado en su propia fantasía. Acá hay algunas dosis de enajenamiento, hay dosis de ignorancia, de incompetencia, de corrupción, y también de malicia.

-Esto último me preocupa mucho. Cierro con un comentario. Tuve oportunidad de estar cenando en Rosario con el compañero Helio Jaguaribe, que es quien decía “Argentina está condenada al éxito”. Pero esa es la mitad de la frase. Está condenada al éxito si va en cadena con Brasil, etcétera. Y Elio decía: “El problema de Cardozo es que no sabe nada de economía, y un presidente que no sabe nada de economía es esclavo de alguien que sabe la regla de tres”.

Además hay algo, la economía siempre sabe hacer la regla de tres. Es decir, uno con la economía puede hacer lo que le guste, pero solamente durante un tiempo. En algún momento, la economía se toma revancha y ajusta solita. Ese momento, ya estamos en el umbral.

-Te saco de esto y te llevo a un terreno un poco más loco, que es el terreno específicamente de actores políticos. La compañera Cristina, ¿vos crees que va a votar a Scioli?

Tengo serias dudas. Y a su vez, el compañero lancha tiene un problema también muy serio. Él tiene un gran dilema. Si pretende separarse del kirchnerismo, que sería lo necesario para poder aspirar, casi te diría para mantener los votos… Porque la situación de Scioli es particularmente compleja, después de la derrota moral, como  la que tuvo el 25 de octubre, ya de eso es muy difícil volver, y es muy probable que tenga una erosión de votos. Para aspirar tan solo a mantener o acrecentar un poco, tendría que distanciarse del kirchnerismo, que fue en el momento en que empezó a dar esas repetidas muestras de sumisión, que le empezaron a entrar las balas. Recordemos que a Scioli no le entraban las balas hasta hace un año y medio atrás.

-Creo que la bala más grande se llama Aníbal.

Por supuesto. Pero estar acompañado por Zannini no es precisamente una gran ayuda. Los discursos de la señora no son una gran ayuda. Las cuatro cadenas al hilo y cosas por el estilo no configuran realmente el mejor de los entornos para poder llegar bien a una elección. Ahora, si él corta hilos con el kirchnerismo, sabemos el tamaño de la factura que le puede llegar. Y si no cortó el hilo con el kirchnerismo, está condenado a seguir perdiendo votos. Porque realmente ese es el lastre que él tiene, lo veo en una situación muy compleja.

-Volvamos al origen. El dólar verdadero, ni negro, ni blue. Para calcular cómo compramos glifosato y cómo vendemos la bujía, ¿a cuánto está?

Nunca me he escapado del tema del dólar. Lo que sí, siempre es sostenido que uno no es el que le tiene que poner le número. Lo que yo puedo decir es si tiene lógica o no y hacia dónde va.
Te voy a decir algo, que creo que es importante. Se ha sostenido, incluso aspirantes serios al ministerio de Economía con Mauricio Macri, que el dólar estaría en la situación intermedia entre el tipo de cambio oficial y el blue. Bueno, yo lamento disentir con esa posición. Creo que el tipo de cambio de equilibrio, es decir el valor donde la oferta se encuentra con la demanda, lo veo por encima del tipo de cambio blue. Y te voy a dar dos razones. En primer lugar, se trata de mercados intervenidos ambos; es decir, todos saben que el tipo de cambio vale lo que vale porque el gobierno, a través de mesas amigas, de dos cooperativas ligadas a La Cámpora, ha estado volcando dólares correspondientes a declaraciones juradas de importación, con lo cual ahí quiero ver qué va a pasar el día de mañana en los estrados judiciales. Ahora bien, no es solamente la única forma con que se ha intervenido; todos sabemos que el régimen de dólar ahorro permite que la gente compre en la ventanilla del banco y camine una cuadra y venda en el mercado marginal. Con lo cual, el tipo de cambio blue, de por sí, vale menos que lo que valdría en una situación normal. Y estos dólares que estamos reventando, repito, ya ni siquiera son del Banco Central. Esa situación no va a poder persistir.

-Nos tocaría hacer como los gallegos, prender la luz y organizarnos.


Tal cual. Es un poco así. Y te agrego la otra, que es, si vas a los fundamentales de esto, cuando vos te encontrás con la cantidad de esos que hay en la economía y la cantidad de dólares que hay, la cuenta es rápidamente que sobran pesos y dólares no hay. Yo no veo motivos para que el tipo de cambio quede por debajo del valor del blue actual. 

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