Agustín Monteverde -economista- en La mañana Entera
-Primera cuestión. Hablan de que se va a devaluar, no se va
a devaluar, que el dólar sí, que el dólar no. y la verdad, como dijera el viejo
Perón, “¿quién ha visto un dólar?”. El dólar no cuesta 9 pesos. Si el dólar
está 14, para decir una cifra más o menos, devaluarlo sería subirlo más allá,
pero blanquearlo a 14, ¿sería devaluarlo?
La devaluación ya se hizo, y no me estoy refiriendo a
la devaluación que se hizo en enero del 2014. Me estoy refiriendo a la desvalorización
de la moneda, que no se muestra, que no está reconocida ni en el tipo de cambio
oficial, pero tampoco en el tipo de cambio paralelo. Porque el tipo de cambio
paralelo también está intervenido. Es decir, ninguno de esos dos valores
refleja el valor mercado. Y esto es muy sencillo. Yo creo saber quién está
dispuesto a vender a 9,50: creo que nadie.
Es más, yo querría también poner al descubierto una falacia.
Una de ellas dice algo así como que, como se fumaron las reservas, porque
literalmente se han acabado las reservas propias del Banco Central, y de hecho
están usando dólares que no son del Banco Central, que son de terceros y exigibles
en el corto plazo, como se han acabado las reservas, no se puede liberar el
mercado cambiario. Y yo les digo lo siguiente: ¿cómo piensan manejar el precio
de una mercadería que no tienen? La única forma de poder incidir en el precio
de una mercadería es si se tiene. Si no se tiene, no se pude incidir. Es decir,
la devaluación ya ocurrió cuando se descapitalizó el Banco Central, se lo vació,
cuando nos quedamos sin reservas, cuando gastamos a todo ritmo, los fondos
públicos, en exceso. Para que tenga una idea, estamos hablando de que el déficit
que va a representar prácticamente da 30% de los ingresos genuinos. O sea,
habría que subir 30% los ingresos para que no hubiera déficit.
-Esto que está sucediendo, porque te tomo la palabra, lo
gane Macri, lo gane Scioli al cargo, es lo mismo. El lío va a pasar. El lío
está pasando.
Exactamente. Ni más ni menos. Cualquiera sea el que triunfe,
cualquiera sea el equipo económico, más tarde, más temprano, esto llega ya inevitablemente,
y en un plazo corto. Porque ya no hay forma de sostener la fantasía. La fantasía
se está sosteniendo, en este momento, a costa de destruir literalmente el país.
Porque lo están, realmente, liquidando.
-Voy a dar un ejemplo que es muy clásico en los borrachos. Los
borrachos dicen: “lo que me cayó mal es esa última copita”. Y antes se había
tomada diez botellas de tintos. ¿En qué momento se produce en Argentina el quiebre
como para decir “de acá en adelante, venimos barranca abajo”? en algún momento
tuvimos plata, recibimos, fabricamos ese milagro de la balanza de pagos dada
vuelta, le hicimos un corte de manga a la CEPAL, la materia prima era más
negocio que la computadora. ¿En qué momento se pudrió todo?
Claro que había plata. A ver, tengamos en cuenta que el
señor Lavagna se hizo cargo del Ministerio de Economía en un momento… ahora
pasó a ser el salvador y hay que entender que Lavagna entró en un momento en
que manejar la economía era un uva. ¿Por qué? Porque se habían llevado todo
puesto y la economía argentina, en ese momento, entonces, merced a lo que había
ocurrido, teníamos un dólar súper alto, un dólar también distorsionado pero que
fomentaba las exportaciones enormemente; no teníamos que pagar al exterior nada
porque estábamos en default; la tasa de interés, además de todo, estaba prácticamente
en 0% en el mundo; y la soja subía con una fuerza inusitada. Bueno, todas esas
cosas son las que se fumó el kirchnerismo.
-¿Pero cuándo nos estrellamos contra la pared? ¿Cuándo se
resquebrajó la cristalería y no la pudimos pegotear más?
Yo distinguiría dos cosas. Una, el momento de quiebre donde
ya uno dice se acabó, estamos vendiendo pedazos de campo, acabo de vender el
último. Ese es un momento. Pero lo que sí quiero marcar es que el día que
empezamos a vender pedazos de campo, ahí ya estábamos mal. Y eso ocurría tan
temprano como mayo de 2003. Es decir, desde el mismo momento en que comienza el
gobierno de Néstor Kirchner, el momento que lo aplaudían, muchos colegas míos,
incluso aquellos que son economistas ortodoxos optaron por acompañar sin quejas
lo que estaba ocurriendo. Ya en ese momento se comenzaba a cometer tropelías.
¿Por qué? Porque el modelo se basaba en gastar lo que se había encontrado. Es decir,
el señor Néstor Kirchner abrió la puerta, se encontró con plata y dijo: “vamos
a disfrutar”. Y este modelo a Argentina no le sirve. Argentina, lo que tiene
que hacer, es trabajar, crecer, generar riquezas antes de ocuparnos de gastarla.
Ahora, el otro momento de quiebre ocurrió prácticamente con la llegada de Cristina
Kirchner al poder.
-El compañero Néstor pegaba dos gritos y simulaba. Y esta mujer
pega dos gritos y no disimula. ¿Cómo fue?
Lo que pasa es inteligencia, la habilidad, la astucia de
Néstor Kirchner no la acompañó a Cristina, que creo que expresa sus complejos
de inferioridad, de que la vean.
-Agustín, te la hago más fácil. A la compañera Cristina, hay
un Agustín Monteverde (Kicillof) que la engaña.
No tiene la más mínima idea de la economía, pero tampoco
diría que la cuestión es el engaño. Es que prefieren vivir en su propia
fantasía. Se han encerrado en su propia fantasía. Acá hay algunas dosis de
enajenamiento, hay dosis de ignorancia, de incompetencia, de corrupción, y
también de malicia.
-Esto último me preocupa mucho. Cierro con un comentario. Tuve
oportunidad de estar cenando en Rosario con el compañero Helio Jaguaribe, que es quien decía “Argentina
está condenada al éxito”. Pero esa es la mitad de la frase. Está condenada al
éxito si va en cadena con Brasil, etcétera. Y Elio decía: “El problema de
Cardozo es que no sabe nada de economía, y un presidente que no sabe nada de
economía es esclavo de alguien que sabe la regla de tres”.
Además hay algo, la economía siempre sabe hacer la regla de
tres. Es decir, uno con la economía puede hacer lo que le guste, pero solamente
durante un tiempo. En algún momento, la economía se toma revancha y ajusta
solita. Ese momento, ya estamos en el umbral.
-Te saco de esto y te llevo a un terreno un poco más loco,
que es el terreno específicamente de actores políticos. La compañera Cristina,
¿vos crees que va a votar a Scioli?
Tengo serias dudas. Y a su vez, el compañero lancha tiene un
problema también muy serio. Él tiene un gran dilema. Si pretende separarse del
kirchnerismo, que sería lo necesario para poder aspirar, casi te diría para
mantener los votos… Porque la situación de Scioli es particularmente compleja,
después de la derrota moral, como la que
tuvo el 25 de octubre, ya de eso es muy difícil volver, y es muy probable que tenga
una erosión de votos. Para aspirar tan solo a mantener o acrecentar un poco,
tendría que distanciarse del kirchnerismo, que fue en el momento en que empezó
a dar esas repetidas muestras de sumisión, que le empezaron a entrar las balas.
Recordemos que a Scioli no le entraban las balas hasta hace un año y medio
atrás.
-Creo que la bala más grande se llama Aníbal.
Por supuesto. Pero estar acompañado por Zannini no es
precisamente una gran ayuda. Los discursos de la señora no son una gran ayuda. Las
cuatro cadenas al hilo y cosas por el estilo no configuran realmente el mejor de
los entornos para poder llegar bien a una elección. Ahora, si él corta hilos
con el kirchnerismo, sabemos el tamaño de la factura que le puede llegar. Y si
no cortó el hilo con el kirchnerismo, está condenado a seguir perdiendo votos. Porque
realmente ese es el lastre que él tiene, lo veo en una situación muy compleja.
-Volvamos al origen. El dólar verdadero, ni negro, ni blue. Para
calcular cómo compramos glifosato y cómo vendemos la bujía, ¿a cuánto está?
Nunca me he escapado del tema del dólar. Lo que sí, siempre
es sostenido que uno no es el que le tiene que poner le número. Lo que yo puedo
decir es si tiene lógica o no y hacia dónde va.
Te voy a decir algo, que creo que es importante. Se ha
sostenido, incluso aspirantes serios al ministerio de Economía con Mauricio Macri,
que el dólar estaría en la situación intermedia entre el tipo de cambio oficial
y el blue. Bueno, yo lamento disentir con esa posición. Creo que el tipo de
cambio de equilibrio, es decir el valor donde la oferta se encuentra con la
demanda, lo veo por encima del tipo de cambio blue. Y te voy a dar dos razones.
En primer lugar, se trata de mercados intervenidos ambos; es decir, todos saben
que el tipo de cambio vale lo que vale porque el gobierno, a través de mesas
amigas, de dos cooperativas ligadas a La Cámpora, ha estado volcando dólares
correspondientes a declaraciones juradas de importación, con lo cual ahí quiero
ver qué va a pasar el día de mañana en los estrados judiciales. Ahora bien, no
es solamente la única forma con que se ha intervenido; todos sabemos que el
régimen de dólar ahorro permite que la gente compre en la ventanilla del banco
y camine una cuadra y venda en el mercado marginal. Con lo cual, el tipo de cambio
blue, de por sí, vale menos que lo que valdría en una situación normal. Y estos
dólares que estamos reventando, repito, ya ni siquiera son del Banco Central. Esa
situación no va a poder persistir.
-Nos tocaría hacer como los gallegos, prender la luz y
organizarnos.
Tal cual. Es un poco así. Y te agrego la otra, que es, si
vas a los fundamentales de esto, cuando vos te encontrás con la cantidad de
esos que hay en la economía y la cantidad de dólares que hay, la cuenta es rápidamente
que sobran pesos y dólares no hay. Yo no veo motivos para que el tipo de cambio
quede por debajo del valor del blue actual.
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