Google+ Raúl Acosta: Macri & el revisionismo

miércoles, 4 de mayo de 2016

Macri & el revisionismo





Nota de opinión publicada en diario La Capital el día miércoles 3 de Mayo

Aceptemos una definición sencilla: Tendencia a someter a revisión metódica doctrinas, interpretaciones o prácticas establecidas con la intención de actualizarlas. Eso es el revisionismo.
Aún no ha comenzado Mauricio Macri y ya están revisándose sus declaraciones, sus aciertos y metidas de pata. Lo que es esencial no se visibiliza: no se trata, repito, no se trata de un presidente con definiciones político filosóficas preexistentes. Es su índole. Toda vez que ha improvisado sobre un tema, el que sea, sus traductores han tenido que reformular el concepto. Ni la salud, el dinero, la deuda, los impuestos y/o el trabajo (salario y empleo) encuentran definiciones taxativas en MM. Hay un imaginario liberal y un reflejo empresarial que lo acompañará siempre, del mismo modo que a CFK la acompañaba su anhelo imposible: chica de la Recoleta y toda vez que tenga que discutir volverá su problema, no sabe escuchar al otro y menos, mucho menos perdonar. CFK habla en sentencia. Como los reyes y el Papa.
MM es, por la actualización de Argentina, el presidente hasta 2019 y CFK no podrá ser otra cosa, por la misma actualización, que opositora. CFK es una senadora posible en 2017 y una sospechada de enriquecimiento ilícito de por vida. Si los jueces, fiscales y testigos actúan con solvencia y libertad, tal vez la sospecha sea acusación. En el imaginario social ya es una condenada. Aclaremos: no aparecieron defensores de la inocencia por su inusitado crecimiento patrimonial. No muchos. No vehementes.
Dos acontecimientos en territorio provincial muestran otra forma de la política y, de hecho, otro presente y otro futuro. Obligan a otro revisionismo
La muerte de Antonio Andrés Vanrell uno de ellos. El discurso del tercer gobernador socialista, Miguel Lifschitz el otro. En el fin de abril la muerte del político. Apertura de las sesiones legislativas ordinarias el 1º de mayo. Ambos con entronque diferente en la ciudad capital y en todo el territorio.
En un repaso esquemático la secuencia del Vicegobernador Vanrell fue esta. Dinero que no entraba por Diputados para una trapisonda de fin de año, dinero que se sumó al que entraba por Senadores. Mal. Muy mal. Un número agresivo que era una baliza marítima tintineando en mitad de la burocracia patricia santafesina, agredida por la sola presencia de un out sider como “el Nito”, “el Trucha Vanrell”. Se sumaron administrativos improvisados e impunes, pero básicamente ineptos y el final: el affaire de los juguetes. Acusación, cárcel y condena. Antonio Vanrell, revisemos, es uno de los “Doce Apóstoles” que apoyan a Carlos Menem contra Antonio Cafiero. El mismo Menem de NK y CFK y los elogios. De Franco Macri y sus negocios y lo sustentable: del 50% de los votos argentinos. Dos veces.
Pocos reparan en un hecho: el peronismo santafesino, parapetado por la Ley de Lemas, reciclado, revitalizado, se impuso en la elección siguiente (1991 a 1995) y las posteriores hasta el 2007, cuando Hermes Binner le gana fácilmente al peronismo, luego que Jorge Obeid derogara la Ley de Lemas.
Este discurso del señor Gobernador, el 1º de mayo de 2016, ofertando el mas caro anhelo: reforma de la Constitución, junto con lo mas necesario: educación, caminos, protección, seguridad y espalda a los empresarios se constituye, la oferta, en el tercer eslabón de una cadena de mandatos que tienen un mecanismo elemental.
Un pensamiento socialista para los cuadros ejecutivos fundamentales y las fiscalías de los ministerios. Un acompañamiento radical para sostener el territorio y la grilla de la administración pública. Cuadros menores, partidos y “oeneges” minoritarios para mantener una sigla: Frente Progresista. De forma completa: Frente Progresista Cívico y Social.
Sobre 1990 Vanrell hizo que la balanza política se fuese a Santa Fe. Carlos Reutemann el imán invencible. Cuatro periodos en dos personas. Reutemann y Obeid. Fueron 16 años.
Hermes Binner, el otro imán, trajo la balanza a Rosario. Este es el tercer período.
Si Lifschitz consigue la Reforma de la Constitución (solo dos mandatos consecutivos de senadores y diputados el escollo, los mini feudos santafesinos son tan inexpugnables como antidemocráticos) la provincia seguirá proveyendo de argumentos que la ponen en distinta posición que el país.
Hoy, políticamente, hay tres fuerzas con el 30% cada una. Eso es inusual. Ninguna denuncia por administración fraudulenta en los cargos del Ejecutivo Provincial. Eso es único. Córdoba, Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma no pueden hablar del tema. Fueron, son administraciones visceralmente corruptas. En Santa fe hay un peronismo que supo ser oposición constructiva y un macrismo que solo reclama sus alícuotas en organismos extra poder. Después lo mas clásico: el cansancio de algunos actores políticos, del oficialismo y la oposición, que se niegan tanto al recambio como a la discusión interna. Mas claro: ni “pejota”, “pesepos” o macristas quieren elecciones internas. Por algo será. Cansancio de materiales. Miedo. Los une la falta de generosidad.
Revisar los ’90 en Argentina y en Santa Fe provoca asombros. De una misma matriz, el 1983, las derivaciones han sido distintas. Sus actores políticos y el comportamiento de la sociedad hacen la diferencia.

Los juguetes y el Calafate unifican. Los papeles de Panamá también. Hay algo mas que unifica al 1983, el1987, el 1999, el 2003, el 2011 y el 2015. La inflación. Allí hacer revisionismo espanta. Nada cambió.

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