Publicado en diario "La Calle", de Concepción del Uruguay, 204de diciembre de 2016
Mas claro que el agua. Democracia y
corrupción son diferentes, pero no antagónicos. Pertenecen a dos esferas de
significantes diferentes. Uno a la conducta colectiva. El otro al
comportamiento individual. Solo en los sitios con excesivo autoritarismo la
corrupción excede lo individual y alcanza el nomenclador colectivo. De ése
sitio no se vuelve fácilmente.
Es necesario que se aclare, en
Argentina, una cuestión que apunta, básicamente, a las definiciones. Qué quiere
decir democracia y que significa corrupción.
Dos personas, un periodista y un
entrevistado, dos panelistas debatiendo, el café de amigos en la sobremesa, las
cátedras de ciencias políticas (cuando los profesores son animosos y no
obsecuentes) suelen caer en la trampa de creer que se habla de democracia y
esta es única. La historia muestra que no es lo mismo para la guerrilla y sus
herederos, para los milicos y sus excrecencias, para radicales, peronistas,
socialistas, comunistas y otros costados del arco partidario. La misma palabra
en la misma geografía y universos que ni siquiera son paralelos, simplemente
antagónicos
Para algunos los partidos políticos
ya no definen una forma de democracia, que sólo es distinta a la de las
asambleas populares por el sufragio universal. Allí también hay que buscar el
gen de la corrupción. Corrompiendo el voto (como en el fondo oscuro de La
Matanza) se corrompe la democracia y se entremezclan los significantes.
Existen países, comunidades,
gremios que se ponen la cucarda de la democracia y tienen apenas asambleas
trasnochadas donde, entre pocos y de guapos, se toman las decisiones que
afectan a muchos. No hay voto secreto, universal, obligatorio en muchísimas
organizaciones de la sociedad. Apenas sobreviven, esquivas, por decisión legal.
No se puede, si no se ejerce, exigir la democracia en la vereda de enfrente.
Claro que la democracia no es el
voto, o no solamente el voto; también los pactos consagrados, esto es: las
leyes tienen o deberían tener un valor cerrado, sin discusión. No es lo mismo
para todos los que viven en Argentina. Porque no hay una democracia, hay
varias.
Cuando un intendente, un legislador hace
la excelsa defensa de “el caballo”(según poema de Juan Gelman) mi mas claro
deseo es mandarlo a que sea intendente de una población cubana y/o legislador
de esa asamblea general. Así deberá justificar a los burócratas generales
cubanos que pactaron (un caso, hay tantos…) las líneas y las frecuencias de
viajes aéreos a la isla hasta que los secuaces de Fidel se enojaron por la
repartija y cambiaron de generales y de agencia y aquella, tal vez una agencia
rosarigasina que manejaba el tema, tuvo que emigrar al mundo K. Con la
lección de corrupción burocrática bien aprendida.
¿Hay democracia en el mundo de Fidel?
Hay gobierno popular…? es necesario el fusilamiento para que exista la
igualdad…? ninguna de estas respuestas sirve para algo si se mira la película
isleña, cuando se complica es cuando, mas allá de una camiseta con la cara del
Che, se pretende entender Argentina con ése patrón de democracia y ese nivel de
corrupción. La isla nunca fue democrática tal como la entendemos y siempre fue
corrupta, como bien lo sabemos íntimamente. En la isla convivieron la justicia
revolucionaria y el manejo arbitrario de los dineros públicos. Ni mal ni bien.
Así fue y decirlo hace bien a “la conciencia revolucionaria…”
Debemos indagar, también mirarnos,
indagarnos. De qué modo aceptamos la democracia. Evadir impuestos es una
definición de la sociedad y la democracia es un acto permanente. El argentino
es evasor, las leyes son blandas en este tema y no es sencillo explicar que
quien evade esquiva los modos mas naturales de recaudación. Se va contra la
sociedad si se evaden impuestos pero ¿es eso antidemocrático? Si.
No hay teoría más iluminada que las
prácticas de la democracia. ¿De cual? El fútbol es tan ilustrador, tan
ejemplar. Si es en nuestra defensa no es penal, en el área de ataque cualquier
ofensa es un penal más grande que una casa.
Es en los deportes donde, a
regañadientes, aceptamos leyes externas a nuestras ganas. La pelota fuera de la
cancha o dentro del arco no pueden discutirse. No pueden discutirse mucho.
Injusticia argumentamos. Pero la realidad no acepta apelaciones. El gol es
inapelable. El out ball es visible a distancia y la pelota fuera la entienden
todos, mejor: la aceptan todos.
Aquellos que, por su condición de
feroces asesinos, están en la cárcel, tienen una visión y un comportamiento
distinto para la existencia, la vida del otro, del vecino, del hermano. Ellos
entienden claramente la pelota fuera en un partido de fútbol. Cuando los sacan
a pasear sin importarles las muertes, los juicios, las condenas el mensaje es
sencillo: no hay pelota fuera, no hay límites en la cancha. No hay límites para
el juego. Si juegan a robar y matar podemos imaginarnos cuál es el mensaje que
toman para el próximo juego.
El caso Kicillof es único. No cobraba
el penal y ahora quiere que cobren todos adentro. Fue una cosa y sin alteración
genética es otra cosa. Si fuiste referí bombero no podes jugar de 9 goleador.
Es de muy HdP. De boludismo paisajista, de país de morondanga. Eso.
El sistema de una persona un voto y
el voto obligatorio define cuestiones pero no se encuentra documento alguno que
sostenga que da derechos, apenas otorga funciones, mandatos, deberes para con
la sociedad. Repetimos: deberes. Se asumen responsabilidades temporarias, de un
contrato social que sostiene como base la custodia de valores consagrados. Los
pronombres absolutamente posesivos, me quedo, te doy, te quito, no respondo, te
ignoro. Te investigo y denuncio públicamente, condenándote, pertenecen a una
forma muy caprichosa de entender el poder delegado.
¿Desde cuando y porqué una
presidencia decide los dineros que llegan a las provincias? Desde la posesión
del dinero. Es una forma particular del poder si se cree que los dineros
públicos tienen nombre propio y asiento en una chequera personal. Es evidente
que es otra la democracia y las leyes para el gobierno central. Al menos no es
la de quien esto escribe. Pero se entiende lo que hace. Hace lo que quiere y lo
que cree. Las leyes que aún están escritas, sin confirmación si rigen o no,
definen la alternancia en el poder, fijan límites temporales e impedimentos;
algunos definitivos. Quien cree que el poder desciende de Dios y debe ejercerlo
en su nombre cree en el poder infinito y no debe dar explicaciones. Eso nos
sucede. No hay ministros de una democracia, hay sacerdotes de una religión. Y,
por supuesto, tribunales de la Santa Inquisición. Vamos, que reprisamos la
historia de la papisa Juana.
Ni Fidel es democrático ni lo fue
alguna vez.
Ni la democracia se resuelve con
corrupción y chequeras de gobernadores , senadores y jueces ni el Parlamento,
que ya fue una Banelco y una escribanía puede ejercer el mandato general en el
nombre de dios, el IVA y el mínimo no imponible. Dejate de joder Felipe. Dejate
de joder Pitrola. Dejate de joder Michetti.
Gobernar es otra cosa. Se que salir
del mundo K es traumático, pero elegir el ahorcamiento de la sociedad para
demostrar la ineptitud de los CEOS del PRO no nos lleva ni a Calayfte ni a
Anillaco ni a Puerto Madero. Nos acerca insensiblemente a Costa Pobre, nuestro
verdadero país.
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