Ya estamos en campaña. A las PASO le seguirán las de candidatos definitivos. De agosto a octubre el caminito estará empedrado de promesas, buenas intenciones y, como dice el refrán, acaso estemos llegando al Infierno, parte II. Los últimos años del kirchnerismo no fueron de felicidad democrática. Estos no mejoran al enfermo.
En la provincia de Santa Fe se vota por Mauricio Macri, Cristina Fernández de Kirchner, Miguel Lifschitz y José Corral, titular de la UCR. El radicalismo sufrió la abducción del grupo Macri o canjeó su pensamiento por altísimos puestos en un gobierno que no es radical ni progresista. El gobierno nacional es, esto hay que puntualizarlo, un gerenciamiento de la centro derecha argentina que accede al poder político por medio de los votos. Inusitado. Real. Nos gobierna una derecha democrática, desembozada, con vicios de construcción inatajables y muy reprochables que subió por los votos, como todos decían que nunca podría. Ja. A la izquierda tirabombas no le conviene el olvido de un hecho: los votos. El lenguaje de la oposición beligerante no es siglo XXI y redes, sino el legado de un sueño que atrasa. Ayudan a consolidar a este gobierno de CEOS, empresarios y afligidos bien pensantes que estaban muy incómodos con la monarquía atenuada de CFK. Todo suma. Todo sumó.
En esta elección una decisión de MM es ostensiblemente inconstitucional. La nacionalización del voto, de la publicidad obligatoria, es algo que ya se ha puntualizado claramente pero conviene la insistencia, el voto nacionalizado termina por definir a la Argentina como “Provincia de Buenos Aires dependiente”. Según el decreto, en rigor el mandato del gobierno de Macri sobre los MdeC y la publicidad política, el país será invadido por problemas que no le pertenecen. Todos fumaremos los avisos porteños y de La Matanza. Es cierto que esa provincia tiene un peso específico muy alto y negarlo es caminar a ciegas, pero no es el argumento para unificar, claramente volver dependientes, a todos los argentinos de ésa lucha contra los bastiones leales a CFK.
Con ésa lógica la ciudad de Rosario, el Gran Rosario (así, con mayúsculas, al entenderlo como región: Gran Rosario) mas los departamentos sureños y la relación con VGG y San Lorenzo pone a la provincia, según suma votos y economía local, regional y nacional, como rosarigasina dependiente y esto, claramente, no sucede. El aglomerado mencionado sostiene el 50% de los votos provinciales y seducirlos es ganar, electoralmente hablando, mucho poder. Se ha trabajado, según los hechos es visible, para que ése poder no exista o se encuentre considerablemente disminuido.
Los cerebros del socialismo dijeron, como primer argumento de sus decisiones, que unir las elecciones nacionales y provinciales (concejales, presidentes comunales, algunas intendencias) serviría para que los radicales (el corpus de votos del FPCyS) se quedasen en esta posición “progresista”. No sucedió. José Corral, titular nacional de la UCR e intendente de Santa Fe, decidió que el partido, orgánicamente, se marche con todo al campamento de Macri. Resultó peor de lo esperado. Muchos de sus hombres trajinan ministerios y secretarías provinciales, pero el teléfono se comunica con Balcarce 50 o el territorio de los operadores de Macri. Rogelio Frigerio. Marcos Peña. Alvarito González. Emilio Monzó y el vendaval de la walkiria: Elisa Carrió que, por primera vez, pisa territorio santafesino con exigencias, exigencias cumplidas.
Terminada esa operación el socialismo que tiene el presupuesto provincial, el legislativo, el de los entes autárquicos y el de la municipalidad de Rosario, con la indulgencia que esa sumatoria representa, tenía una salida perfecta. Hermes Binner bendice desde el palco anunciando su retiro. Antonio Bonfatti (titular nacional PSP), Jorge Henn (Radical de Santa Fe) y Alicia Ciciliani (actual diputada nacional, titular de la bancada). Los primeros con grado 100 de conocimiento en la provincia, ya que eran el binomio saliente. La Ciciliani es, sin ninguna duda, el único nombre con posicionamiento nacional y, además, grado 100 de conocimiento provincial.
Para cumplir lo que se anuncia, hasta con fanfarronería, debería ser Bonfatti, Ciciliani, Hen; para que sea verdad y no discurso para la tribuna la igualdad de género. Sobre esto detengámonos. Si el socialismo quisiese la igualdad de género debería practicarla sin esperar que se lo mande la constitución o una decisión legislativa. Son misóginos, no quieren. La única verdad es la lista. La lista, para concluir, no tiene esa composición. Luis Contigiani es un protoradical y allí su pasado, el señor Bastia es un ilustre desconocido y la Ciciliani, tercera en ese armado, con una falta flagrante a la paridad de género, parece una mamá llevando a dos grandulones al colegio. Para lo que interesa. El sur en esa lista no está representado. El sur tiene un eje. Rosario. Esa lista depende de Lifschitz, así el gobernador no lo desee. Tormenta en el horizonte. Los chicos rosarigasinos dejaron fuera a un radical (uno) para concejal y los despechados fabricaron una lista que lleva candidatos a diputados nacionales (La Schmuck y Palo Oliver) Menudo lío para el armado y además la Schmuck es rosarigasina.
El radicalismo de José Corral define su relación de dependencia con el gobierno nacional (que integra, ojo al piojo, gobierno nacional que la UCR integra) con Albor Cantard y, sin respetar la cuestión de género de uno/una, suma a Luciano Laspina, nacido y criado en Rosario, pero desarrollado activamente en Buenos Aires. Luciano no es un actor político rosarino. Suman a la nómina una decisión personal de la señora Carrió (la doctora Lehman) y el miedo a una interna y una denuncia de género en la ciudad de Santa Fe, al colocar allí a la diputada Giselle Scaglia. Rosario ausente. Se votará por Macri y Corral. Y listo.
El punto mas brillante, incandescente, la brasa encendida es el impedimento de una interna provincial del PROCambiemos con eje en Rosario. El concejal y ejecutor fiscal Jorge Boasso tenía pergaminos para pedir un lugar en la lista de diputados. No por su genio, siempre controvertido, ni por su pertenencia, junto con el Midachi, a un “casi casi” triunfo en la provincia, sino porque las internas, la lucha democrática son parte de un radicalismo que deshonró su genética. Corral no puede argumentar, seriamente, que la falta de avales deja fuera a Boasso. A Boasso lo deja fuera el miedo a perder el poder territorial y no garantizar la dependencia.
Con Cristina la cuestión es clara. Su gobierno, una monarquía atenuada, tiene votos, súbditos y enamorados y es justo que tal sea. Cuando una Ley de Lemas a medida puso a tres candidatos peronistas a competir por la presidencia Menem sumó el 25%, Kirchner el 22% y Rodríguez Saa el 12%. El 60% del pueblo votó peronismo y Menem venía de un desgaste fenomenal. Todas las razones asisten para que CFK tenga un piso del 25%. El mismo que Carlos Saúl después del desgaste. El candidato que represente al peronismo en territorio rosarigasino no podrá prescindir de CFK. Agustín Rossi está en las boletas y fue su soldado en la 125, donde definitivamente quedó fuera de consideración para la gobernación. Una diputación le espera. A la ex jueza Rodenas igual. El peronismo vota a CFK en la provincia de Santa Fe. No se habla del territorio rosarigasino. No han pensado en la foto Rossi /Rodenas/CFK pero deberían imaginarla. Hum.
Volvamos al comienzo. Se vota por MM, CFK, ML y JC; parece poco. Es todo lo que hay. El socialismo anuncia el recambio generacional y mete la pata. El radicalismo entrega banderas. El peronismo no digiere la contradicción que CFK representa. La provincia de Buenos Aires incidirá. Mucho. Muchísimo. De modo injusto y enfermizo. Ya está. Es así. Si a los medios nacionales les interesa promocionar, para esa provincia, a Sergio Masa por reflejo, no por luz propia de sus representantes, algo derramará (Sergio Masa) en la provincia. Masa es parte del conflicto, el presente y el futuro de esa provincia. En Rosario no se lo vota. Existe. Por ahora no alcanza. Los rosarigasinos están en la tribuna de ñul o central. El partido se juega en la bombonera.
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