Google+ Raúl Acosta: El boleto no es redondo

martes, 2 de enero de 2018

El boleto no es redondo

Publicado en el diario "El Litoral", el 2 de enero de 2018

Si bien en muchas ciudades el boleto papel, aquel de tantos años y tantos colores no existe o queda como residuo de otros tiempos y otros colectivos urbanos, el ejemplo alcanza. No están redondas las cuentas del boleto urbano en Rosario. El TUP. Transporte Urbano de Pasajeros existe en Rosario y, de modo claro, en todas las ciudades que crecieron mas allá de la bicicleta y la caminata de la escuela al almacén de ramos generales, la iglesia, la comuna y el hospital.

En la ciudad de Santa Fe, sobre 1956/57/ 58 se delineó un nuevo sistema, al principio cooperativo, que trajo nuevas unidades y recorridos “estudiados” ya que el “de donde vengo y donde voy” en las ciudades es decisorio para que todo marche bien. Eran las “lineas 16 y 17” o 60 y 61. Hace tantos años… Después se fueron los viejos colectivos, reemplazados, vino el chau a los tranvías y empezó una convivencia pacífica entre municipio y concesionarios. Se le suma, claro está, el gremio.

Rosario tuvo el mismo proceso, el sistema cooperativo que se fue concentrando. Llegar a la realidad fue solo cuestión de ti9empo.

Hoy en Rosario conviven transportes municipales, ahora afortunadamente unificados. Consagran la suma de los abandonos privados y resabios de antiguas empresas estatales. Los abandonos privados, sin castigo a los empresarios que quiebran y siguen con mucho dinero, es una cuestión que alguna vez se debería investigar mas concienzudamente.


En la ciudad del sur se mueven entre 600 y 800 mil pasajeros por día. Las calles, se sabe, son arterias y de cómo circulen esos colectivos urbanos por las arterias será de bueno el fluido o aparecerán taponamientos, yerros, infartos y coágulos. La ciudad circula por sus calles y el TUP es el vehículo mayoritario.

Malas ordenanzas, por permisivas, han dejado calles donde circular con automóviles particulares y públicos las vuelve fabricantes de estrés, nerviosismos y mala vida. El derecho consagrado de los automovilistas sostiene que ellos pueden llegar con su auto a la puerta de la escuela, la tienda, el almaceén, el súper y la casa de la tía donde comerán este mediodía. El derecho consagrado de los choferes es parar donde quieran y arrancar como se les antoja y el derecho de los empleados municipales es no observar las infracciones de tránsito. Hay mas. El derecho consagrado de las empresas aseguradoras del Transporte Público es no pagar siniestros. Esa nebulosa entre choferes, culpas y tribunales pone las cosas en el destino de la angustia primero y el olvido después. La suma es un estropicio ciudadano, cotidiano y de difícil solución.

Estos temas, que aquí se mencionan como rosarigasinos, pueden suscribirlos los observadores de cualquier ciudad grande y / o mediana. El sistema está desvencijado en todas partes. Una cuestión no invalida la otra.

En Rosario se debería (el condicional es muy necesario) ejecutar una novísima licitación que dividió la ciudad en tres sectores, con líneas troncales, laterales, suburbanas, modernas, con sistemas inteligentes de recaudación (tarjetas, teléfonos, chips) y fenomenales intenciones. Varias veces se anunciaron, pero como sucede donde hay milanesas, la comida se anuncia, hasta que aparece la verdad de la milanesa

La verdad de la milanesa
El 2018 encuentra a Rosario sin saber qué hacer. Una empresa llamada (“los mendocinos”) con supuestas amistades con Cleto Cobos, Cambiemos y varios mendocinos influyentes, debería empezar ya a conformar su tercio de unidades, la toma de choferes (traspaso de cargos del estado y/o el otro concesionario) presentar sus unidades, promocionar sus  servicios y alentar el eje. El eje es que el trasporte público eficiente desaliente el uso del automóvil particular. Los buenos dicen 400 mil, los malos 700 mil autos circulando por Region Rosario un día de febril actividad. Son muchos. El periodismo no es ni buerno ni malo. Hay un exceso de patentes otorgadas, si todos los autos patentados circulan una cámara en cualquier esquina céntrica registrará choques, insultos, trompas que se adelantan y el estrés creciendo hasta el anochecer. De lunes a viernes.

El 2018 encuentra al otro tercio (llamado “Empresas de Bermúdez” tratando de reconstituirse como tal, abandonando unidades, reciclando otras y poniendo sus colectivos a jugar donde corresponde. Le han dado la quincuagésima oportunidad de hacer dinero con un servicio del estado brindado por privados.

Es tradición que cuando una de las líneas otorgadas en concesión no tiene superávit la “devuelven”. Se ha rogado, de todos los modos posibles, que en los pliegos de licitación figure una cláusula que asegure al Estado el cobro del lío que le arma (se le armó varias veces) cuando abandonan líneas que, en rigor, son pasajeros que van al laburo y no encuentran el cómo al quebrar las empresas. Nada es seguro en este tema. Ojalá.

El otro tercio es del Estado. La Mixta y la SEMTur ahora son una sola.

Las une el gremio de choferes. La UTA. Y el asunto este del costo del boleto, donde la milanesa empieza a endurecerse.

La milanesa redonda
El boleto de TUP en cualquier lugar del país, con la fórmula polinómica que suma desgastes, sueldos, amortización de costos y etcéteras esta resumida: 20 pesos. Cálculo al 1º de diciembre de 2017 A la cancha de Colón, al fondo de Echesortu o a Puente Saavedra en Santa Fe, Rosario o Buenos Aires ese es el costo mínimo a afrontar.

En los primeros años del kirchnerismo un robo (tengo de esto la íntima convicción y, además, hay juicios tramitándose) se realizaba porque el estado “subsidiaba” a los empresarios en el precio del combustible. Demasiado combustible gastaban todos. Después se corrigió, en parte. Se subsidia boleto vendido. Algo es algo pero ay, ay, ay. No es el mismo subsidio para el pasajero proveniente de Puente Saavedra, de Echesortu o de Barrio Santa Rosa de Lima.

Sin subsidio el boleto costaría, según cálculos de diciembre de 2017 lo dicho: 20 pesos. Podría ser así y exigir todo lo que tienen los transportes modernos en cualquier ciudad moderna del mundo. No en Argentina.

Con el subsidio nacional para “Rosagasario” de parte del gobierno nacional, con un aporte ”chico” de la Muni y un aportecito (re chiquitito) de la provincia, el boleto en Rosario costaría 14 pesos.

Los mas aventurados sostienen que lo pondrán a la venta en 11,50. Y que las empresas privadas deberán hacerse cargo de la diferencia. Já. Las empresas dicen: Okeys, okeys pero… menos frecuencias, menos empleados, unidades viejas, no molesten con los horarios y las líneas que van hasta el fondo de los barrios para buscar 2 pasajeros no irán mas…

Las cuentas no salen redondas con el boleto, ahora tarjeta, ahora tarjeta inteligente, ahora tarjeta nacional. No salen redondas. En Buenos Aires, donde vive Dios y María Santísima, el boleto costaría, todavía no es seguro, costaría 8 pesos en este trimestre, un día de estos.

De Puente Saavedra a Echesortu, a la cancha de Colón, hay diferencias. De ida y vuelta.

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