Google+ Raúl Acosta: Mar del Plata no tiene límites

martes, 16 de enero de 2018

Mar del Plata no tiene límites

*Publicado en el diario "La Capital de Mar del Plata"

MDQ es ilimitada. Me refiero a la ciudad imaginaria, la que crece en la posibilidad de cada visitante y de cada habitante permanente. La ciudad del puerto, la ribera de pescadores, las piedras y las hortensias es una en la solidez de sus casas y otra diferente, ilimitada, en la visión que oferta día a día, paso a paso.
Entrar otra vez a “El Teatro Provincial” y “La nona” como a “La nona2” es satisfactorio, se paraba el tránsito en el boulevard a la entrada y la salida de los galanes. De aquel Bebán. De aquel Satur. Hubo un tiempo de ostracismo y telarañas pero como dice el tango: “siempre se vuelve al primer amor. Teatros otra vez. Otra vez aplausos.
En mi memoria aquellos esquicios disparatados de Carlitos Perciavalle y Antonio Gasalla, aún personajes en ascenso pero ya inatajables. Mar del Plata ilimitada. Empresarios y la elección: eligieron el teatro. Una apuesta que debemos advertir claramente, no es choripán, palo y a la bolsa. Es trabajo. Espacio para el pensamiento. Sólidas paredes esperando el aplauso y brindando el mensaje. Filomena Marturano, pero también el texto sobre los pacientes de “El borda”. El ensayo de homenaje a Eladia. Es grande el juego.
En algún otro lugar de la ciudad la milonga que no cesa. En el Argentino Bar no paran de bailar. Los chicos de “La Rayuela”, con fila de bandoneones, de cuerdas (ampliada con cello, contrabajo y guitarra eléctrica) y el piano para viejos tangos del 40. Cantantes y lo dicho. La pista que se usa para lo que corresponde: bailar. Los escuchan pero no tanto. Lo importante es bailar. Deberíamos reflexionar sobre los jóvenes instrumentistas. En algún lugar y de un modo que es cierto (repito a Borges en esto:” El tango crea un turbio pasado irreal que de algún modo es cierto, un recuerdo imposible de haber muerto peleando, en una esquina del suburbio”) Es de ellos el mañana y en Mar del Plata eligieron el tango. Y ése sitio, el Argentino Bar, trae el smog y la “carnacha” que se necesita para recobrar el alma de las ciudades portuarias, toda ciudad portuaria tiene los ritmos entreverados y un tango asomando en la solapa. Un tango que se baila, che.
En una sala que es una alegoría de nuestros pasados europeos, donde se enseñaba francés y ahora se enseña inglés, me refiero al teatro de un sitio de uso múltiple todo el año (Moulin Rouge, no Old Vic, qué cosa) un trompetista excepcional, una pianista rusa, una violinista… también rusa, junto al saxo, la batería, y el contrabajo avanzan sobre George e Ira Gerswin y su inatajable Sumertime, después sobre Herbie Hancock (Mister hands) para terminar con Astor, todo en tiempo de jazz – fusión, esa locura de Los Irakeres, de los Fattoruso, del mismo “Chiquito” Corea, de quien traen Spain con el concierto de Aranjuez delante, como pedía el autor. Eligieron pentagrama, estudios de conservatorio y jazz – fusión aquí, en Mar del Plata. No saben dónde llegarán. Parten de la música, ese idioma verdaderamente universal, como las matemáticas. Solo que, detalle, en la música dos mas dos puede ser 100.
Todos Mirtha
La Caviglia, una actriz, Analía Caviglia, no contenta con su Chaplin del año pasado (era sen-sa-cio-nal) trae una versión de Tita Merello que obliga a decir cosas de ella (je, por se dice de mi, no se si se entiende…) y sigue y sigue actuando… Mar del Plata y la esperanza no se limitan ni autolimitan. MDQ es un fenomenal “pum para arriba” y esa pareja que da lecciones de vida (ella y su compañero) no hacen otra cosa que decir, año tras año, que esta ciudad tiene una intensa pleamar que no se entrega.
Una ciudad donde ya he visto tres, si tres Mirtha Legrand. Una la irrepetible, aquella, la diva del teléfono blanco, que es ésta, firme en sus juveniles 90 años, demostrando que la vejez es una sensación y que si no se la tiene (a la sensación) el futuro comienza mañana. Para la niña de “los martes orquídeas” en los años ’40 la vida comienza mañana. Irrepetible pero si imitable. Mientras Tarico es Mirtha y Fátima es Mirtha suponemos que la señora Suárez de Tinayre, desde aquel pueblo santafesino hasta hoy puede decir, ella con mas profundidad que otros, que Mar del Plata no tiene límites. Y que empieza mañana. Como ella.
Hay una MDQ ilimitada, inatajable y aleccionadora. Los mas de 150 espectáculos marplatenses no son otra cosa que eso, la demostración del fervor porque el mandato es claro: empujar el límite mas allá de lo posible. Que para eso están. Para eso están los límites y el mandato de la vida. De la vida cultural. Una vida que se trabaja todo el año y que florece ahora, sobre el solsticio de verano.
Sin embargo hay una línea que debería trazarse, que no está y que hace falta. Para el teatro, los peatones, los conductores. Lo mismo, lo dicho, como una alegoría. La vida es una alegoría esperanzadora, como intentamos demostrar con estos ejemplos. Pero volvamos al faltante. Uno de los faltantes. La línea blanca que divide a los autos que van para allá, de los que vienen para acá, en el tramo reasfaltado del boulevard. Del boulevard sobre el mar. El que no tiene equivalentes en el mundo. Alguien debería decirle al intendente que no es mucha plata y que, por lo demás, lo que cuesta vale. Una línea que marque el límite de los autos en esa calle (un emblema) parece broma, pero ayudaría a volverla a MDQ mas inimitable. Ilimitada.

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