Google+ Raúl Acosta: Poroto #AntesQueMeOlvide

jueves, 6 de julio de 2017

Poroto #AntesQueMeOlvide


Publicado en el diario La Capital

Pocas cosas tan simples, tan inocentes, tan tontas, tan reveladoras de la vida como la germinación del poroto en un recipiente de vidrio que deja ver la panza de la  Naturaleza.

La Naturaleza (suelo discutir por este tema) la Naturaleza no es sabia, está programada sabiamente, que es otra cosa. Uno mata un sapo y crecen los mosquitos. Uno corta un árbol y hay mas sol y sequía. No es sabiduría, es un programa de la naturaleza que tiene plan B, y otro plan B si se interrumpe o desaparece el anterior y así. En lenguaje de computadora actúa por “default”. La tocas y responde. Parecería binaria y vaya uno a saber si en el fondo no es eso.

En algún grado de la escuela primaria nos tocó a todos, y espero que siga, estudiar la germinación del poroto. En determinado momento había que llevarlo a la casa. Algunas burlas pero mucha comprensión. Sospecho que desde el fondo de los tiempos de la instrucción sistemática, desde las primeras escuelas para aprender y enseñar esta el poroto germinando.

Ese brote verde enseña mucho. Desde el valor del agua hasta la importancia del sol. Y la determinación. El programa. Agua, base húmeda y el poroto responde. Toda semilla tiende a ser planta y buscar el sol. Es un mensaje. Reventar un poroto es reventar una planta y amasijar el verde.

Frijol, judía, alubia, fréjol, habichuela, faba. Todos nombres para lo mismo. El poroto. Pero esos nombres vinieron con la instrucción y la calle, con los años. Para nosotros siempre fue el poroto.

Un uso indebido fue, lo es todavía, el de poroto como sinónimo de pequeño, poco, chiquito. También para el conteo. El viejo juego del truco, en el bar, servía para anotar los puntos obtenidos con los porotos. En el codillo (la variante mas bella del Tute, mucho mas que el Tute Cabrero) se indicaban los tantos obtenidos con porotos.

Un partido en serio es por los tantos, es por los porotos. Y sigue valiendo, en algunos círculos, un buen gesto que es, nada mas, anotarse un poroto.

Las elecciones se explican indicando que hay que contar los porotos y que no le roben los porotos. Se debe arrancar contando los porotos.

En la ventana del salón de segundo o tercer grado (hay cambios en los planes para enseñar lo mismo, esto es: comportamientos de vida y grados de instrucción elemental y conocimientos básicos que sirvan a la mejor vida en sociedad) los diferentes frascos de mermeladas, algunos vasos cachuzos y hasta un pequeño florero distraído, alojaban la germinación del poroto. Papel secante, algodón, hasta arena, pero siempre la semilla allí.

Lo dicho: tonta e inocente la germinación es, sin embargo, la primera vez que nos metimos en la panza de la Naturaleza y la vimos trabajar. Agua, sol y que no la molesten. Ella siempre decide que hay que vivir. El mejor mandato universal.

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