Google+ Raúl Acosta: El peronismo en la provincia de Santa Fe.

domingo, 2 de junio de 2013

El peronismo en la provincia de Santa Fe.

El peronismo en la provincia de santa fe encierra un primer misterio. La diferencia entre votos y dirigentes.

Los votos del peronismo santafesino no bajan de 600.000. Convocados a la lucha final los candidatos no han logrado en las últimas elecciones ni siquiera la mitad. Debe agregarse que la suma de votos de la provincia permite una afirmación . Con 650.000 votos la gobernación queda a tiro de arcabuz.

El misterio, la diferencia entre votos y candidatos es fácil de desentrañar. Fue Reutemann el último que juntó las partes. Su sombra, Jorge Obeid, siempre candidato detrás del veterano corredor, cuando intentaba sin esa espalda de fórmula uno no reunía más del 15 a 18 por ciento de los votos. La ley de lemas, la misma que le permitió sostener mandato tras mandato hasta el 2007, derogada por Obeid para descalabrar la provincia fue la tumba del peronismo. Quedaron desnudas de ese modo muchas cuestiones.

Obeid al quitar la ley de lemas y desobligarse de apoyar a quienes ganaron la interna, esto es Rafael Bielsa y Antonio Galan permitió el acceso del socialismo al poder provincial y todo, como corresponde, fue distinto.

Poco se ha escrito del otro beneficio que traía el sistema de lemas. Cada candidato se presentaba con su sector su ego, sus roscas, su dinero. No precisaba pedirle permiso al poder central. Más claro, el presidente del país o el hombre fuerte debía mirar desde fuera como se conformaban las alianzas en el peronismo santafesino apadrinando a algunos, pero sin poder impedir la presencia liberada de otros. Una libertad que desde la caída de la ley de lemas desapareció. Desalambro la provincia Obeid, por pedido de quienes odiaban al Lole. Bueno. Eso sucedió.

Desprovisto de ese libre albedrío y obligados a la lealtad los peronistas santafesinos se convirtieron en incumplidos contumaces. Los hay que dijeron muera las retenciones y luego sonrieron a Cristina. Quienes entraron con el lole y se fueron de su lado a pintarse el rímel en otro corral.

En el territorio provincial aquello que parecía la desunión, la ley de lemas, se vio que los fortalecía y esto es lo cierto. El peronismo santafesino no vale nada en candidatos, pero suma 600.000 votos. Hoy, en Rosario, desaparecido Agustín Rossi de las posibles listas para oktubre de 2013, el territorio debe caminarse con su gente o no hay quien tenga libreta de direcciones y favores.

Es Rossi el mejor salvoconducto porque tienen dirigentes provinciales y eso, la libreta de favores recibidos que deberán cobrarse. Leer correctamente su designación en el ministerio. Es una embajada dentro del territorio. Tiene como llamar. Tiene teléfono y despacho. Es con eso que el operador mazón (el chueco ) arma y desarma desde una oficina de la Casa Rosada. Desde el menemato, debe agregarse. Rossi operara su territorio. Es que no lo ven?

Por debajo de Agustín Rossi la presencia de Jorge Obeid, muy enfermo, no asegura nada. No esta Reutemann detrás. El peronismo santafesino no se ha liberado de ese fenomenal paraguas. Reutemann. Los que conocen de efectos en el pueblo dicen que Hermes Binner es igual de hermético y atractivo que el lole, pero sin Formula Uno. En todo caso un origen centroeuropeo, de familia inmigrante y localización cercana de sus familias detenta ese carnet, ese pase libre por portación de cara. Por bonhomía. Ejem. Puede recuperarse el peronismo santafesino y dar pelea electoral. Por votos si, por candidatos no.

El peronismo tiene una gran electora de diputados nacionales. La señora Cristina. Y es ella quien tiene 20 por ciento de intención de voto. Puede elegir a quien quiera. Nadie tiene ese respaldo. Excepto Reutemann. No se quisieron nunca. Ahora menos. Reutemann esta solo. Y su memoria en el electorado santafesino. Al cuete pero lo siguen midiendo. Da bien. Como Cristina.

Si no hay grandes candidatos provinciales va de suyo que no hay equipos, líneas internas. Están los rabiosos. Y los nostálgicos. Poco más. Poco. Los chicos del movimiento Evita, con el usufructo de un nombre histórico y caprichos juveniles, la falta de consejo.

María Eugenia bielsa, devenida nuevamente arquitecta, u invento de Héctor Cavallero, dirigente socialista en ése momento, ha sido funcionaria, vicegobernadora, concejala y diputada provincial por invitación del peronismo. No se alinea ni cumple las reglas de los sectores. Tienen intención de votos en la región e intenciones personales, claro está. Asusta a los orgánicos y organizados. La necesidad suele asustar más. Se verá.

El peronismo santafesino, descalabrado sin liderazgo y sin ideas comienza el mes de junio donde la ingeniería electoral pone fechas básicas. La del domingo, primer domingo de junio, la de arranque.

En esta fecha se cierran las alianzas electorales provinciales que deben denunciarse allí en el tribunal electoral provincial.

En una semana se cierran las listas provinciales con los nombres. Se eligen concejales en todas las ciudades de la provincia pro ni diputados ni ejecutivo, que va cada cuatro años. En algunas pocas ciudades se elige intendente. Fueron declaradas ciudades en años alternos con las elecciones provinciales de gobernador y siguen a contramano. Son un buen test.

En cuanto a fechas las nacionales se sabe, comienzan el 11, 12, 13 de junio con la rosca electoral, alianzas, etc. Y el 22 de junio, si la bandera no altera las fechas con su feriado largo por Belgrano, las listas.

Las listas del FpV de la provincia son hoy un misterio cristinista, pero si dicen Cristina te quiero no entran otra dimensión que la de Cristina. Si dicen Cristina no te quiero estarán cerca de las del social radicalismo o de las del Midachi.

El peronismo, como tal, parece el texto de u viejo tango. Te acordás hermano, que tiempos aquellos...

Con esa nostalgia los de fuera (Maza, Scioli, De la sota) sueñan que se llevan la foto del monumento a la bandera. Difícil que el chancho chifle. Hay nueve cargos de diputados nacionales. Los estimados dicen. 4, 2 y 2 y uno a conversar. Es todo.

Raúl Emilio Acosta.

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