Google+ Raúl Acosta: Siglo XXI o el barranco

martes, 14 de enero de 2014

Siglo XXI o el barranco

Entrevista con Alejandra Rodenas, jueza provincial.


- El otro día leí una declaración suya –la leí en twitter pero la tomó el diario y la publicó-, y ahora leí otra declaración. Primero la felicito: plantear el tema de nuevos actores sociales, que de eso se trata, cambio de paradigmas, que eso es lo que resulta, y plantear que en el siglo XXI los problemas de la sociedad son otros es estar prácticamente parada en el siglo XXI, que es lo que no tienen muchos actores políticos.

Yo creo que si uno no se para en el siglo XXI se tiene que jubilar e ir a su casa. Esa sería una posibilidad y no es la mía. Tanto desde la Universidad como de este lugar, en el que trabajo hace tanto tiempo pero en el que a uno la realidad le estalla en la puerta, o la lee o la intenta leer –no quiere decir que mi lectura sea la única- , pero yo creo que eso está ocurriendo. Y no está ocurriendo hace uno o dos años, creo que este es un fenómeno, a mi entender, que se empezó a gestar en la ciudad de Rosario de la mano de algunos grupos vinculados a los barrabravas.


-Ahí es donde disiento. Creo que es cierto, pero no lo focalizo solamente en Rosario.

No. Yo me refiero a la realidad de Rosario y esto lo puedo extender a otras ciudades del país. Lo que pasa es que Rosario adquirió en los últimos años un volumen más grande. Creo que el acompañamiento deportivo de las llamadas barras e hinchadas de fútbol hizo que se generaran estas cuestiones con un volumen mucho más chico del que estamos asistiendo ahora. De hecho, en cantidad de homicidios y enfrentamientos vinculados con este tema se circunscribían, podría decirlo y usted lo sabe también, a cuestiones y contiendas por el llamado parabalanzas, si podemos llamarlo de alguna manera, y en barrios muy definidos de Rosario. A ver, sin querer estigmatizar a nadie, la barra de Los Monos y Los Garompas ya existían cuando yo era secretaria de un juez de instrucción, hace 15 años atrás. Con lo cual estamos hablando de gente que algunos tienen procedencia del ámbito delictual común, por decirlo de laguna manera, viejos delincuentes que trabajaban en la delincuencia regular, y estos nuevos actores sociales que entran a jugar un rol preponderante y además a comportarse de otra manera en cuanto a sus hábitos, sus actitudes, sus gustos, su deseo de pertenencia, de ocupar un lugar social, que obviamente es absolutamente legítimo y lícito en la medida que sea por vía del trabajo y el esfuerzo.




-Doctora, ahí está el eje. Lo que veo, acompañando esto que usted dice, es que este sujeto, el narco social, se asienta en la sociedad, entrega desde dinero hasta facilidades para los cumpleaños de quince, las barriales que de ese modo dejan de tener problemas con los fideos, al yerba y el aceite porque la provista se la dan, y termina participando del comportamiento social y dando origen a un nuevo actor social en esos barrios. Ese nuevo actor social es al que no le importa la inocencia o la culpa, la actitud legal…

Hay un eje que se corre, inclusive cambian dinero por protección. Los viejos punteros del peronismo, y del radicalismo también, trabajaban en los barrios brindando obviamente una serie de asistencias que a veces el Estado no lo hacía porque estaba corrido. Pero esa es una ciencia muy peligrosa, muy cara.

- El puntero político, el dirigente barrial ha perdido espacio. O acepta este nuevo modo y se integra o queda afuera.

Yo digo que es muy cara porque detrás de esa protección que otorgan hay chicos que se están muriendo. Están muriendo porque están consumiendo y porque están vendiendo en los búnker. Esta es información que a nosotros nos llega de la calle. Obviamente que yo soy jueza provincial y no tengo incidencia directa sobre la investigación del narcotráfico, pero cuando yo hablo de nuevo paradigma hablo de que hay un nuevo modelo de investigación que nos lleva a mirar ese fenómeno del narcotráfico para dilucidar los temas vinculados con los homicidios. Porque además hay dos cosas que yo quiero marcar: la clase media está cansada y está asustada, y legítimamente está pidiendo una presencia del Estado; pero también hay sectores marginales que están sobre victimizados y sobre criminalizados que están sufriendo, hay chicos que se están muriendo por esto.

- Sí. Hasta cambiaron las enfermedades. En los barrios “carenciados” no hay más carencias de vitaminas, no hay más carencias de proteínas, no hay más el flaco raquítico que se te moría de tuberculosis. No hay más. Se muere de paco, se muere de crack, se muere de sida y se muere de balacera a los 30 años, pero no se mueren de hambre.

En esto coincido.

- Entonces el actor social es otro. La expectativa de vida cambió.

Si nosotros pensamos que la sociedad es una construcción y si pensamos que en esa construcción estamos involucrados todos o implicados todos, desarticular esa construcción es una tarea de todos. Yo cuando escucho algunas especulaciones en el campo de la política o en el campo periodístico a veces tan banales y tan esperando la próxima elección, que me parece fantástico, bendecido y sagrado el Estado de derecho, creo que la única salida que tenemos es dentro del Estado de Derecho, pero la discusión la tenemos que correr, tenemos que tomar cartas en el asunto. Hay quienes dicen que nosotros [los jueces] hemos mirado para otro lado y que hemos dormido la siesta. Yo le aseguro que no. Yo soy jueza desde el año 2000; desde ese año para acá los jueces de instrucción nos hemos reunido con todos os ministros de Gobierno que han sucedido en ese período, 14 años. La situación no estaba tan grave como ahora, eso es cierto, tal vez las medidas a tomar en ese momento no eran tan urgentes como las de ahora, pero a todos le manifestamos estas problemáticas, hemos manifestado la gravedad, la preocupación, la necesidad de que la policía esté equipada, que tengamos una policía equipada y eficiente. Entonces, no vamos a poder resolverlo en un año. Yo cuando digo que este fenómeno llegó para quedarse no digo que se va a quedar para siempre, digo que desarticularlo nos va a llevar mucho tiempo.

- Lo que yo leo cuando usted dice que este fenómeno llegó para quedarse es ‘señores políticos, les estoy avisando que este problema si no lo arreglan va a crecer, si no lo arreglan va a complicar la sociedad’. Entonces me alarma por qué razón y no veo a la aflicción de los dirigentes políticos clásicos para incorporar este tema como parte de la problemática a resolver no en elecciones solamente sino en elecciones y un programa.

Soy una lectora de las cuestiones políticas porque me parecen fundamentales para poder pensarme a mí misma y la sociedad en la que vivo. Creo que hay agendas que la contemplan. Inclusive las propias agendas del gobierno también intentan contemplarlo. El problema es cómo.

- No es cuestión de enunciados.

No, por supuesto. Acá se necesitan acciones concretas. Nosotros estamos en los albores de un nuevo sistema Procesal Penal. Este nuevo sistema procesal penal nos puede traer como garantía algo muy importante, que es que el fiscal investigue y no solamente juzgue, y esto es un avance muy importante porque pone a la provincia de Santa Fe a la par de legislaciones de otras provincias, pero si esto no va acompañado de un proceso de transformación de las estructuras policiales, que sea parte de un acuerdo de todos los sectores políticos, porque en esto coincido con usted, porque esto naufraga si no, no la reforma sino lo que estamos diciendo.

- Yo el año pasado asistí a un par de foros sobre estos temas. Cuando me contaban lo que hicieron en Brasil con las favelas sobre este tema me daba pavura pero lo que planteaban era tan realista. Una de las cosas que planteaban es ‘vamos a agarrar esta villa de 80 mil personas y vamos a tratar de ponerla al nivel del peor ser humano de Río de Janeiro, porque están por debajo de eso’. Entonces digo ‘¿cuál es el peor ser humano de Río de Janeiro?’, ‘el que sólo tiene una luz pública, una canilla pública y una calle pública’. Entonces ponían a esa favela en una luz pública, una calle pública y una canilla pública. ¿Y la droga? No, la droga viene después, primero hay que ponerlos como seres humanos.

Hay cuestiones muy interesantes desde el punto de vista del urbanismo, cómo el urbanismo puede hacer irrumpir de alguna manera, cómo se puede romper algunos lugares con la aparición de estructuras urbanas.

- A mí me parece fenomenal lo que dice Milani: ‘vamos a ir con el Ejército a las villas’, porque es meter un Ejército nacional y popular a resolver un tema con el uniforme, con el orden y diciendo ‘aquí estamos y somos parte de esto’.

El problema es que nosotros hemos tenido una experiencia con las intervenciones militarizadas, ya sea del país como las extranjeras, que se han comportado como un carrito de ocupación. Yo no sé cuáles son las últimas declaraciones de Milani porque no las leí.

- Hay un plan piloto para hacer esto.

Seguramente van a ser necesarias fuerzas que no sean fuerzas de ley y orden solamente, que sean fuerzas de ley. Porque atrás de los discursos de ley y orden hay discursos que violan derechos humanos fundamentales.

- Volviendo al tema de los paradigmas, lo que estaba planeando yo es que está la narcocriminalidad y está la corrupción estructural que acompaña a esto.

Nos atraviesa, creo que me incluyo porque nadie está exento de cualquier corruptela menor, a todos en este sentido: estamos exigiendo al Estado la respuesta y no nos estamos cargo de lo que a nosotros nos compete. Yo pregunto quiénes son estos empresarios que le han vendido objetos a toda esta gente, de qué manera y dónde están los controles fiscales. ¿Qué pasa con esta gente? ¿Cómo ha sido este lavado? A mí no s eme escapa que cuando una ve el derrame maravilloso que ha tenido la ciudad de Rosario de algunos dineros no son derrames que vienen solamente del campo y de la industria, da toda la sensación que acá hay otros derrames de dinero que habría de investigar de dónde vienen. No están en el Poder Judicial esta facultad, pero sí en las agencias fiscales. Y a veces también es cierto de crear una conciencia para adentro del Poder Judicial, de que empecemos a trabajar con estos temas fiscales casi como una obligación.

- No tenés vigilancia. ¿La pediste? ¿No la pediste? ¿Tenés miedo?

No tengo vigilancia, no la pedí y no tengo miedo. Tal vez esté siendo un poco inconsciente en todo eso, pero realmente tengo una historia.

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