Pinedo. El PRO al poder
- Había que hacer la denuncia a este hombre de la UIF.
Yo creo que sí. Creo no, el Código Penal dice que es obligación de los funcionarios hacer denuncias cuando creen que existe un delito. Y en este caso la denuncia periodística que existía era que el ente encargado de controlar que no hubiera lavado de dinero en Argentina no lo hacía para favorecer a determinadas personas que podían haber lavado dinero y eran cercanas al poder.
- ¿Cómo se sale socialmente de una bajada de línea de los funcionarios que el mensaje que transmiten es ‘yo puedo hacer lo que quiero, escondo plata, la blanqueo’?
Hay que salir de esa cosa que se llama anomia. Que quiere decir que no se tendrán más valores, da todo lo mismo y que en realidad no vale la pena nada. Me parece que hay que salir de esa anomia y defender algunos valores, que en la convivencia pacífica que todos queremos tener en un país todos tenemos que respetar ciertos parámetros de usar el poder para beneficiar a un conjunto y no a uno mismo en contra de los demás. Eso es muy básico.
-Estoy trabajando esta idea en mi cabeza: el siglo XXI trajo otro actor social, el narco criminal, la corrupción estructural y, cuando digo una bajada de mensaje, el mensaje que baja con la corrupción es ‘robemos, total nunca meten en cana a nadie’. Cambia el concepto de actor social del siglo XXI, y hay muchos dirigentes que están clavados en el siglo XX.
Lo que pasa es que tenemos que construir el siglo XXI. Y tenemos que ver si lo construimos en base a determinados valores básicos, de solidaridad, de igualdad, de respeto por el otro, o si lo construimos sobre valores del siglo XX, que tuvo cosas extraordinarias, en materias de avances científicos y demás, y tuvo cosas terribles, como los grandes totalitarismos. Por supuesto que esto ha contaminado a gente de mi generación y muchos no quieren dejar parir el siglo XXI y otros valores y están un poco aferrados a los valores un poco siniestros del siglo XX.
- Lo que me planteo es: los mensajes que la sociedad recibe no son los mejores. Uno de los mensajes que recibió en este siglo XXI es ‘hacé un piquete para que te den bolilla’, por lo tanto la forma de diálogo es un chantaje en la calle; y otro mensaje es ‘robá y no hagas nada porque nadie se va a enojar’. Fíjese el tema de la narco criminalidad, ataca transversalmente a cualquier sector social; en la corrupción la seora Presidente no admite mucha discusión; este hombre que se quería llevar la imprenta para fabricar billetes a su casa tampoco. Y la sociedad lo está resistiendo, ¿o no le importa y se hace cargo?
Me parece que son dos cosas. La primera, ¿cómo hace un elefante para pasar desapercibido en la calle? Larga mil elefantes. Y también ¿cómo hace un delincuente para pasar desapercibido por la calle? Todos son delincuentes. Si todos creemos que todos son delincuentes, entonces no hay nada que hacer. O, en otras palabras, no hay que hacer nada, hay que dejar que estas cosas sigan pasando. Ahí tuvo éxito el delincuente, tuvo éxito el elefante. Yo creo que el orden y las pautas básicas de convivencia que significan el orden vienen de arriba para abajo, se imponen de arriba para abajo. No hay otra manera. De abajo para arriba puede haber una revolución, pero de arriba para abajo bajan las pautas de convivencia y el orden.
- ¿La denuncia es formal?
La denuncia es formal. Nosotros lo presentamos en la justicia y el juez empezó a actuar. Ya pidió información y fueron a buscarla al organismo que debería controlar el lavado de dinero. Y vamos a ver si hay delito, si no hay delito, si hubo complicidad con el gobierno o con amigos del gobierno. Esto es lo que tienen que definir los jueces. El juez está actuando.
- Un interrogatorio que me hago y lo planteo públicamente: ¿será posible por parte de muchos actores políticos, usted uno de ellos, una especie de Moncloa anticorrupción y Moncloa antiolvido de los delitos de corrupción y anti narcocriminalidad? ¿Se podría firmar un pacto en el que cualquiera que gobierne en el 2015 esto no se cierra?
Yo creo en esas cosas. Yo creo en pactos que tengan que refundar cosas que están muy podridas en Argentina. Y pasado lo mismo en momentos muy traumáticos de otros países, como en España y el famoso caso de Moncloa. Yo creo que es posible hacer acuerdos y comprometerse todos, o muchos por lo menos, en decir ‘de acá para adelante ciertas cosas no van a pasar y nos vamos a comprometer a trabajar con ciertas pautas’. Realmente creo que Argentina necesita una cosa así.
- ¿Y por qué no laburamos en eso?
Es triste. La contracara de seguir como estamos y no hacer nada es esta cosa de que los hijos nuestros no tienen destino en nuestro país. Y esto la verdad que no es un panorama aceptable. Me parece que hay que pisar la pelota y empezar sobre otras bases, sino estamos muy mal.
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