Google+ Raúl Acosta: Cocaína y beneficencia

sábado, 8 de febrero de 2014

Cocaína y beneficencia

Germán de los Santos en La Vereda de Enfrente




-Estoy buscándote desde una nota que sacaron en el diario La Nación. Me gustó mucho esa nota, era un enfrentamiento entre la novela y la realidad -vos estabas planteando la realidad- sobre el tema narcotráfico, ciudad de Rosario y demás. Me parece que es, además de un trabajo periodístico, una alerta muy grande para los actores políticos de la sociedad.

Exactamente. Porque lo que describíamos en esa nota era, con un interrogante que respondíamos en la propia nota también, era por qué Rosario era diferente al resto del país. Y un rasgo diferente que lo aparta a Rosario de otras ciudades, donde hay también narcotráfico seguramente, posiblemente más que acá, es el tema de los crímenes. Por eso conocimos el nombre de las bandas. Por ejemplo, la banda de Los Monos, no tiene una sola causa por narcotráfico.


- Repetime ese dato, que es fenomenal.

Claro. La banda de Los Monos no tiene una sola causa por narcotráfico. La investigación que se hizo a partir del crimen del fantasma Paz es un homicidio, que se va entrelazando con lo que es la narcocriminalidad de la zona sur de Rosario y de otros espacios. Pero no hay una causa federal, abierta específicamente por el tema narcotráfico. Entonces, a partir de estos crímenes, que fueron 264 el año pasado, y 33 en enero, fuimos conociendo los nombres de Los Monos, Zacarías, Luis Medina, que o tienen expedientes judiciales.

- Esto es: la sociedad no sólo no está alerta sino que está mirando otro lado.

Claro. Y yo creo que también la justicia federal está mirando para otro lado. En la causa federal, que a mí me parece muy importante y que no trascendió mucho, en la investigación que se le hizo a Zacarías, que tenía un laboratorio muy importante en Fúnes, a partir de esa investigación surgen dos nombres de dos policías. Uno es José Luis Dabat, apodado He Man por su corte de pelo, que era inteligencia de la Policía Federal de Rosario, y el otro es Diego Comi, Jefe de la Unidad Operativa de Drogas peligrosas de Santa Fe, que fue detenido la semana pasada. O sea, era la policía federal y la policía provincial actuando coordinadamente a favor de un supuesto narcotraficante como es Zacarías. En la causa de Los Monos, por ejemplo, aparece en las escuchas José Luis Dabat, con el apodo de He man. ¿Nadie se enteró en la justicia federal que ese nombre, que es una persona que está procesada en la causa de Zacarías, aparece en la causa más grande que hay en los últimos tiempos de la narcocriminalidad en Rosario? Para mí hay una falta de coordinación de parte de la justicia frente a este tema, que me parece que es importantísimo, uno de los más graves de los últimos tiempos, un fenómeno nuevo, reciente en la ciudad de Rosario. Y me parece que en la justicia nadie se hace cargo.

-Yo no estoy en la crónica ni en la investigación, pero adhiero a una cosa. Vos estás diciendo que nadie se hace cargo y yo creo que allí está uno de los ejes: en el siglo XXI los actores políticos todavía no se han sentado a ver cuáles son los nuevos problemas de la sociedad, de los que tenemos que ocuparnos si somos actores políticos que queremos incidir sobre la sociedad. Me parece que, más allá de que algunos estén comprometidos seriamente y definitivamente, el resto también mira para otro lado.

Sí, totalmente. Por eso lo que decíamos sobre este rasgo particular de Rosario frente a otras ciudades, que son los nombres, conocemos nombres. A partir de muertes, de homicidios y crímenes. Luis Medina no tenía causas de gravedad, pero todos los periodistas conocíamos quién era Luis Medina.

-Escribir sobre Los Monos y los Garompa es más un ejercicio periodístico que de investigación.

Sí, totalmente.

-Germán, ¿tuviste líos por estos temas?

No directamente. Sí hay algunos, pero es parte del trabajo y uno se tiene que hacer cargo también.

-¿Los medios te dieron la espalda?

Sí. Y el tema también es que con las notas que hemos escrito en La Nación ha despertado cierta inquietud a nivel nacional. Pero es un tema que nosotros vivimos diariamente. Me parece que también hay un mensaje positivo con esto que se inicia el lunes, con este nuevo Sistema Procesal Penal y con algunos cambios que hay en la policía, que me parece que por ahí pueden apuntar a cambiar esta situación. Sobre todo como decía en una nota el fiscal Baclini: él dice que sale barato matar en Rosario. Entonces, ¿nosotros qué tenemos que lograr? Que no sea fácil. Y ahí se baja el nivel de impunidad. Hay de los 33 crímenes, 11 que son con motos, dos tipos que van, apuntan y disparan.

-¿Hay- por tus investigaciones- ejercicio de zonas liberadas? ¿Es parte de este juego?

Sí, totalmente. Es el engranaje fundamental sino no pueden insistir estos grupos. La base, y yo creo que el primer eslabón, es ese, acuerdo con las fuerzas de seguridad, tanto provincial como federal, para garantizar espacios que se puedan derramar los búnker, que son las bocas de expendios de estas bandas, que recaudan diariamente, hacia un centro de operación, un jefe que a recaudando. He visto en el expediente de Zacarías, por ejemplo, que se ve muy claramente: antes de que se produzcan los allanamientos estos dos policías, uno de la provincial y otro de la federal, le van avisando a diferentes interlocutores que tiene Zacarías para que vaya desmantelando los bunkers y que después se vuelvan a rearmar.

- Dicho así hasta parece tema de una novelita policial, de una serie. Lo que aterra de esto es que está hablando de algo que es el agujero cribado por donde se nos está haciendo bolsa la sociedad.

Totalmente. Creo que hay otro rasgo que es la cocaína barata. O sea, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, donde en algún momento, se popularizó el paco.

- A mí me decían que el paco era la basura de…

Es reciclar la cocaína de alguna forma.

-Y que acá no había tanta cocina armando droga porque si no sobraría para armar el paco.

Claro. Pero acá lo que se hizo es derramar una cocaína barata, de bajo precio, que se popularizó. Muchos de los jóvenes que hoy caen presos, son víctimas de crímenes, o salen a robar consumen una cocaína que s una basura. Un técnico de la policía nos decía que es un 90% sustancias adulteradas que modifican la esencia de esa cocaína, que se vende a 30 o 40 pesos. Y hay plata, que no había en otras épocas.

-Cómo se cruza el dinero del costado negro al costado blanco es otra de las historias de esta región.

Y se entrelaza con otras cosas más sociales. A mí me contaba una empleada municipal, que trabaja en el barrio de Las Flores, que en el 2001 era mucho más fácil llegar a la gente. Había herramientas más eficaces de llegada, por ejemplo la comida. Hoy la comida no es valorada.

-Está asegurada la comida. En las recorridas que he hecho no había raquíticos.

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