miércoles, 30 de abril de 2014
Ricos y pobres según la U.C.A.
-Vamos a charlar con Eduardo Donza, que es investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA (Universidad Católica Argentina). Vamos a tratar el tema de la Tasa de Indigencia y Pobreza, la pobreza en Argentina, que se ubicó el año pasado en el 27.5%.
Donza, tengo mucho respeto por las investigaciones del Observatorio de la Deuda Social Argentina y por todo aquello que, de algún modo específico, la Universidad Católica encara. ¿Le trajo algún problema haber presentado estos números a la opinión pública?
No, no porque digamos que son números que se generan en el ámbito académico. Y después hay otro ámbito, que es el ámbito político o de las personas que están en la gestión, en el que se plantean discusiones de otro tipo. El ámbito académico y las instituciones privadas coinciden bastante en cifras que están o un poco mayor o un poco menos, pero en general hay un reconocimiento tanto al trabajo nuestro como a que las estadísticas alternativas están más cerca de la realidad que las estadísticas oficiales.
-Esto obvio que va de un gradiente de lo peor hacia lo mejor. ¿Está agrandada la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen?
La brecha es un problema en sí. La brecha se achicó. Digamos, si uno analiza desde el 2003, 2004, cuando empezó la encuesta nuestra, la pobreza mejoró en forma muy marcada, disminuyó del 52% al 27%. Entonces, en ese sentido, es una ventaja muy grande. Pero hace varios años que se estabilizó y es muy difícil bajarla de ese número, en el orden de un 25%.
-Específicamente quería hacerle una pregunta sobre esto, no sé si hay respuesta. La pregunta es esta: este núcleo duro de la pobreza, ¿está en los arrabales de las grandes ciudades o está diseminado en todo el país?
Está diseminado en todo el país, pero las grandes ciudades siempre son un foco de atención, porque hay migraciones internas que hacen que las personas tengan más posibilidades, algún rebusque que puedan tener en las grandes ciudades. A veces uno ve personas viviendo en algunos asentamientos, en villas de emergencia, en situaciones habitacionales muy negativas, y a veces vienen trasladados como migrantes internos o migrantes externos y en su lugar de origen estaban mucho peor. Entonces ahí tienen más posibilidades, más posibilidades de acceder a un sistema educativo, a un sistema hospitalario o a la posibilidad de hacer alguna changa, ¿no? Una de las posibilidades es desarrollar más fuertemente las economías regionales, para que no tenga que trasladarse la población.
-Permítame que haga un recuerdo de un dirigente social muy importante, fallecido hace años, el señor Humberto Volando, un hombre de la Federación Agraria. Charlando con él me decía: Bigote, es mucho más sencillo si te duele la muela en una villa miseria que si te duele en el fondo del Chaco, donde no hay nadie”. Es un poco lo que usted me dice.
Claro. Porque ahí son más visibles también, pueden hacer una protesta y conseguir algún tipo de plan social. Es decir, hay una visibilidad mucho más cercana en las grandes ciudades que perdido en la inmensidad no se consigue.
-En porcentajes brutos, provincia de Buenos Aires es el 40% de la población del país, Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el 12%, Córdoba y Santa Fe es el 10 cada una, y ahí tiene usted más del 65% de la población del país. ¿Este índice respeta ese porcentual de cada territorio?
Sí, por supuesto que la muestra es una muestra de 5600 lugares y es representativa de las áreas urbanas de las ciudades de más de 80 mil habitantes. Cuando se construye la muestra, después lo que técnicamente se llama expandir los datos, se mantienen las proporciones de lo que es la ubicación geográfica de las personas.
-¿Hay algún sitio de fácil acceso en Internet para tener estos datos?
Sí, en la página de la Universidad Católica. Ahí van a ver información general de la Universidad y también en la parte del Observatorio de la Deuda Social van a ver este informe y también todos los informes que se vienen haciendo desde el año 2002.
-Le voy a pasar este sitio a los gobernantes municipales, provinciales y, si tengo acceso, a algún gobernante nacional, para que tomen debida nota de que esto que está propuesto allí sucede. Y que sucede en el mismo país donde hay otro relato.
Sí. Ahí hay mucha información a la que pueden acceder.
-La reflexión es esta: ustedes están poniendo estos datos ante la opinión pública y ante las personas que investigan, analizan, ante quienes deben ser, de algún modo, dirigentes activos o actores sociales definitivos de nuestro país y de nuestro futuro. Sobre esto, ¿hay alguna proyección? ¿Qué se debería hacer para disminuir estos datos, según esta investigación que ustedes hicieron?
Básicamente, profundizar algunas de las acciones que se están llevando adelante. Pero sobre todo, lo que hay que tener en cuenta, que está muy asociada la calidad de vida de la población con la situación del mercado de trabajo. En ese sentido, sobre todo para lo que son los niveles de pobreza. Entonces la calidad del empleo, si no se consigue una buena calidad del empleo, generando una estructura productiva más dinámica, que sea más homogénea, que el sector formal se amplíe y disminuya cada vez más el sector informal de la economía. Porque en el orden de la indigencia, lo que es la parte de alimentación, en ese sentido sí que se puede decir que los programas sociales ayudan a las personas para sacarlas de la indigencia. En ese nivel, esos indicadores van mejorando, hace 4años estaban en 7.3 y ahora están un 5.5%. Entonces va mejorando, pero sólo se limitan, los programas sociales, a poder ayudar a salir a las personas y a los hogares de la indigencia pero no alcanza como para que salgan de la pobreza. Es el mercado de trabajo donde tiene que centralizarse más.
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