Google+ Raúl Acosta: Un vacío imposible de llenar

miércoles, 16 de abril de 2014

Un vacío imposible de llenar

(Publicado en diario La Capital, miércoles 16 de abril de 2014)

El cambio de textura en el idioma dejó la frase clavada: hay vacios imposibles de llenar. La señora Presidente está a punto para que cantemos el tango. "Más la vida tiene abismos insondables... hay caminos del destino intransitables... hay recuerdos de amor inolvidables... ¡Y hay vacíos imposibles de llenar!", Alfonso Lacueva y Ricardo Brignolo los autores. Brignolo autor del poema. Se reproducen los cuatro versos finales del tango "Íntimas" en rigor Íntimas Confesiones que fue escrito en 1926. Lo cantó Carlos Gardel.


Sus últimas decisiones destinadas a mantener el centro de la escena, a darle un aliento más racional a la política económica y menos agresivo a sus comportamientos políticos la ponen, en el peronismo, muy por encima de cualquier contendiente posible con un problema sin solución: no competirá.

El reciclaje de conocidos actores del peronismo parece una comedia de mala letra donde los personajes no definen su carácter. En rigor que algunos sigan en la escena se explica apelando a las leyes físicas, simplemente porque la inercia —una fuerza física muy potente— los mantiene en movimiento.

Las elecciones de 2015 ponen a la sociedad argentina ante un menú novedoso. Nadie que fue lo será; -¿se entiende? Alguien nuevo será presidente. No habrá puntaje por antigüedad o residencia. Dos vicepresidentes profundamente ridiculizados por los Kirchner están cerca. Scioli y esa foto única, sentado en un banquito en una galería sin que Néstor Kirchner lo atienda y la otra imagen: el frío rostro de Cobos tartajeando su ‘decisión no positiva'. En otro sistema se inscribe la vicepresidencia de Boudou; en este caso se inscribe en el Sistema Penal.

Puede inferirse que ha llegado el momento de preguntar si la teleología de "abeja reina" no es la que domina nuestra monarquía de baja intensidad. Todos los que han estado cerca de los Kirchner han sido devorados por la lava del volcán Krakatoa, el que calcina enamorados.

Hay una respuesta de la ciencia política: populismo. No hay contradicción, el populismo es tan vertical como la monarquía. Tan absoluto. Tan único en sus decisiones.

Tal vez sea nomás, Scioli por su capacidad de sobrevivir a todos y a todas, quien suceda a la viuda. Nadie sabe en rigor hasta qué punto eso, la supervivencia, es un caudal de votos más allá del aparato táctico-estratégico. Scioli hoy depende del aparato K. Personas de escasa contextura física como aparecen hoy: Randazzo, Uribarri, Urtubey… remiten a la Abeja Reina. Vivirán en tanto y en cuanto ella lo desee. Para que descartar desde fuera lo que se decidirá en Palacio.

La posición de Massa es más volátil. Dos padrinos efectivos. Reutemann y Lavagna. Es un hijo que el peronismo de nuevo cuño adoptó y que la Jefa del Panal ahora no reconoce. Deberá fabricar otro panal. Todo parece indicar que se lleva a todas las abejitas trabajadoras y muchos zánganos.

El populismo de los Kirchner logró entusiasmar a los vividores del intelecto porque duplicaban la chance. El populismo no deja herederos, pero eran dos por uno, era un matrimonio, la cuenta se volvía infinita. El populismo como una monarquía atenuada de baja intensidad. El reciclaje podía disfrazarse de democracia electiva, nacional y popular. No pudo ser. Toca a su fin en el mejor momento. El mejor momento de CFK.

Los economistas sostienen que hubo un sugestivo cambio en las decisiones después del 2007, franco desde el 2009 y poco menos que inocultable —por inatajable— desde 2011. Causa o consecuencia no importa. La cuestión con CFK va por otro lado, por el único costado posible. Su locuacidad, su discurso, su mensaje, su postura, su presencia. Su impronta no tiene empate. Ella reina sola.

Creer que la señora CFK es poca cosa porque hay una mala decisión económica, una caprichosa decisión de política partidaria, una inconsulta decisión de política exterior, una mirada infantil sobre la historia, una pose de señora recién llegada a Barrio Norte para con la vecindad, menospreciarla porque es una eficaz lectora de Corín Tellado antes que de Arendt o Beauvoir es mirar la superficie. Mirar su cuenta bancaria una exasperante dosis de fiscalía que el peronismo nunca usó, ni precisó ni avaló. La corrupción no quita votos, el hambre si.

Lo profundo es lo valioso. Tiene carácter. Cualquiera sabe que ella es La Presidente y que sus decisiones son escuchadas, sus órdenes cumplidas. Virtud de mando. Todos queremos eso en un dirigente. La señora CFK cubrió el siglo XXI con cuestiones que no tienen remplazo. La cuestión de género es una, no menor. CFK es, más allá de Evita y "la Chabela", la primera mujer en ejercer la presidencia de modo rotundo. En las tres la herencia y/o cercanía es imprescindible, pero ella es Presidente. Su oratoria es importante. Muy importante. Su cuidado, su empaque también. No hay duda que de ella emana poder. Su actitud de jefa del populismo, que se construye a imagen y semejanza, cierra el concurso. No hay quien la suplante. En la verdadera sensación popular, aquella que suele expresarse en votos, pero claramente en adhesiones CFK lleva ventaja. Sin ella un abismo, un destino intransitable, con ella un amor inolvidable, desde el 11 de diciembre de 2015 un vacío imposible de llenar pero, bueno, Argentina es un tango y el tango es así. "Un pensamiento triste que se puede bailar".

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