Google+ Raúl Acosta: Brandoni no les tiene miedo a los K

lunes, 22 de septiembre de 2014

Brandoni no les tiene miedo a los K

Luis Brandoni charló con Bigote Acosta para La Vereda de Enfrente



-¿Cómo estás viendo la proyección Argentina al 2015 desde el punto de vista de las propuestas políticas?

Yo creo que, como de costumbre, en los últimos muchos años nos vamos devorando el tiempo. Y con esa gula con que nos devoramos el tiempo se van también comiendo ilusiones, candidatos, hay desgaste. Y provoca, lo que es peor, una fatiga enorme en la sociedad. Nosotros empezamos la campaña del 2015 pocos días después de las elecciones del 2013, se habla siempre de los futuros presidente y qué se yo qué, y me parece que nos estamos olvidando un poco de cómo estamos hoy, cómo vamos a llegar al 2015 con las dificultades que tenemos. Es decir, este es el agosto maravilloso para los encuestadores pero me parece que falta demasiado tiempo, yo sigo insistiendo, falta como 15 meses, casi 16, por lo menos para las elecciones. Y me parece que hay mucho movimiento, mucha especulación, y se hacen las cosas de cara a las elecciones y no de cara al futuro del país.
-Te pido una hermosa locura. Buena parte de tu vida se ha desarrollado con un texto y arriba de un escenario, y por lo tanto, el relato que tiene un texto, el remate que tiene una obra, no te es ajena; cualquier mirada tuya sobre la vida tiene este componente de modo inevitable. Puestas así las cosas: hay una primera actriz en el escenario, que es la señora Cristina, y hay otros actores en este drama, que es Argentina 2014, con temas que no aparecen en el relato, como la inflación, la inseguridad, que están escondidos, y algunas otras cuestiones que se jerarquizan como si fueran parte de un texto fundamental. Te pido que con esa locura que te planteo hagas una mirada sobre la dramaturgia argentina.

Digo yo, si hay problemas que están sobre la mesa, que se trata de tapar esos problemas, aparecen juegos de colores, efectos especiales-por decirlo de una manera cinematográfica- que atraen o pretenden atraer la atención de la sociedad, pero eso es efímero en general, los problemas siguen existiendo. E insisto, estamos mirando para una fecha fija, que es octubre del año que viene, pero la verdad es que hay problemas que habrá que resolver o intentar resolver, o aceptar ayuda para resolverlos antes de las elecciones. Si no vamos a llegar de una manera muy complicada. Yo soy un lector de diarios y los diarios me están diciendo, sea cual fuere la tendencia política de cada diario, que hay una clamor sordo, por el momento, de que las cosas no están bien, y el gobierno no las dice, no las reconoce. Esto no nos va a llevar a ningún lado. Nos lleva a un andarivel que no tiene salida. Porque ¿qué podemos resolver nosotros, si tuviéramos más o menos claro, quiénes son los candidatos de los grupos partidarios más importantes?, ¿Quiénes son los que van a participar en las PASO? ¿Y quiénes son los que van a ir al ballotage? Suponete que lo podamos dirimir ¿Y? ¿Y los problemas que tenemos hoy? ¿Cómo se llega a diciembre de 2015? Esto es lo que parece que está faltando. Y entonces, en esta campaña interminable que empezó poco después de 2013, todo el mundo, y sobre todo quienes tienen expectativas electorales, están trabajando para ese momento, para las elecciones. Pero mientras tanto el país sigue, la educación no mejora, la situación económica se está complicando cada vez más, el malestar de la gente está creciendo, acabo de escuchar que en Córdoba, por falta de insumos para la construcción de automóviles, suspende a personal martes y miércoles y es probable que jueves y viernes, y esto crea una inestabilidad seria. Y mientras tanto seguimos hablando de las elecciones. A mí me parece que estamos adelantándonos en el tiempo.

-A mí se me apareció Menem cuando se empezó a hablar de la re re y plantear que la Constitución era una pavada que se podía solucionar con una votación.

Eso lo dice el peronismo porque no tiene la menor convicción democrática. Y el hijo de la Presidenta sale con eso, eso es una cortina de humo, es absolutamente imposible. Quiere asustarnos. Hay que decirle al gobierno que no le tenemos miedo. En el 2013 el gobierno perdió las elecciones. No se quieren dar por enterado. Todavía no reconocieron la derrota del 2009.Es un gobierno negador. La derrota del 2009 no la reconocieron. Y ahora siguen hablando de la re reelección. ¿Cómo se hace? ¿Con qué votos además?

-Con qué Constitución. Porque la Constitución en eso es bastante clara.

Pero clarísima, no hay nada que discutir. Lo que le criticaron a Raúl Alfonsín, cuando hizo el Pacto de Olivos, que algunos dijeron a Menem lo reeligieron por culpa de Alfonsín –y yo estoy seguro que Alfonsín no lo votó-, después se demostró que Alfonsín tenía razón con el Pacto de Olivos, porque incluye modificaciones muy importantes en la Constitución Nacional. En cambio Menem y su gente querían modificar solamente el tema de la reelección. Y tenía razón de hacer un pacto con muchos otros sustitutos, algunos de los cuales todavía no empezaron a funcionar, como el Concejo de la Magistratura, y se demostró, aunque nadie lo quiere reconocer, que era justo hacer el Pacto de Olivos y la Reforma Constitucional, porque después Menem quiso violar de nuevo, hacerse re reelegible después de la modificación de la Constitución. Pasamos un año y medio diciendo “es posible, no es posible”.

-Me proscriben, decía el turco.

Y este muchacho, que es jovencito, está hablando de proscripción. No, que se entere que no tiene con qué. Y ese no es un tema para conversar. Esto está dicho ya en la Constitución. De una vez por todas aferrémonos a la Constitución, que nos va a ir mejor.

-Has dos frases que son poco menos que imposibles de evitar en Argentina. Una de ellas te pertenece y la otra es la de China. La tuya quepáis es sobre la empanada y la de China también es comestible, sobre los ravioles. ¿Cómo era China?

Era encantadora. La traté mucho, no siempre trabajando, porque trabajos hicimos solamente dos, uno era en Darse cuenta y después en Esperando la carroza, que el año que viene cumple treinta años de su estreno. Era una mujer muy encantadora, en las sobremesas, en las pausas del cine, que siempre son interminables, ella tenía siempre algo para contar y alguna historia atractiva para divertirnos.

-La otra sobre el espectáculo es sobre la película Relato Salvajes. Pero primero te cuento: la vi dos veces, la primera vez la vi y la segunda, como doy clases de periodismo político, llevé a los alumnos para que hicieran crónicas policiales sobre la obra. Y lo que encontré es que los pibes, de 20, 21 años, se ponían felices con la venganza. Entonces lo que pensé es que está bien, es un coctel fenomenal el que plantearon, pero una película que hace un panegírico de la venganza, yo no sé si es buena. Creo que es una conclusión social del kirchnerismo.

Esa es tu opinión y me parece respetable. Claro, no es edificante. Encima yo acabo de mencionar Darse cuenta, que fue una de las primeras películas que se estrenó en el 84, con la democracia naciente, y el mensaje que tenía era muy otro, el final de Darío Grandinetti dejando las muletas y abrazándose a ese hombre que lo había salvado, era una metáfora de la República, por eso la aplaudía de pie el público que la vió.

-A mí me parece que si el cine argentino encuentra como hecho para aplaudir y para elogiar, desde el punto de vista de la crítica, una película que banca la venganza no sé… Puede ser que sea la realidad, ¿no?

Sí, pero no es la mejor. Yo dije en uno de estos diarios virtuales que me parecía que la película estaba bien pero que no era como la habían pintado y me saltaron a los ojos. Y la verdad que es una buena película, pero hay muchas películas mejores en el cine argentino. Más allá de que no sea una película edificante, por decirlo de laguna manera. Pero es el derecho del director, que quiere contar eso. Es su derecho y la libertad que le otorga la democracia.

-Vos hiciste una obra que para mí, no fue la mejor tuya en cuanto a cantidad de espectadores, pero fue fundamental, que es la de Illia y la frase esa: “Che, ¿quién va a pagar todo esto?” Recordale a la gente por qué dijo eso.

Porque está en un hospital y él sabía, como médico, que hubieron gastos por su enfermedad , y su preocupación era esa, porque él, personalmente, no tenía un peso. En la esquina de Sarmiento y Cerrito, en Buenos Aires, está el hotel Bristol. Ahí hay una placa de bronce que dice: “Aquí durante los años, creo que fueron, 81 y 83, se alojó el doctor Arturo Illia”. Y se alojaba ahí porque era amigo del dueño, era gratarola, por eso se operaba ahí. Y él estaba preocupado por eso en una cama de un hospital público.

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