Google+ Raúl Acosta: No compartimos el idioma

sábado, 6 de septiembre de 2014

No compartimos el idioma

Bigote Acosta entrevista a la Senadora Morandini en La Mañana Entera


-Los otros días tuve real envidia por la metáfora que usted logró. Me hubiese gustado haberla descubierto yo. Esa que decía: si hay un cura pedófilo en el colegio uno desconfía, si hay un médico denuncia por mala praxis, por qué razón tiene que venir a un lugar como el Senado donde tenemos un sospechoso de cualquier inequidad y debemos soportarlo. Para la salud de la democracia no es bueno. Eso, más o menos, dijo usted.


Yo le agradezco. Yo siempre digo que la metáfora enriquece el lenguaje. Soy una persona que aprecia mucho la palabra y me cuido mucho de no hacer descalificaciones personales para sostener un argumento. Y qué más se puede decir para mostrar la prepotencia de poder que significa tener al señor Boudou sentado como Presidente del Senado, procesado como está por corrupción. Entonces yo decía que nada le demostraba lo que se vivía que al simpleza de preguntar: "¿usted mandaría a una escuela donde el director esté sospechado de abuso? ¿Usted iría un hospital donde el director está sospechado de mala praxis? ¿Por qué los senadores que tenemos que decidir sobre cosas tan importantes como es el dinero de los argentinos, todo lo que hacemos afecta la vida de los argentinos, como es su trabajo, sus bienes, tenemos a un presidente que está sospechado de corrupción?”. Ahora, lo que a mí me impresionó es la reacción. Porque por supuesto que yo no estoy haciendo una acusación personal, estoy diciendo, en términos institucionales, que hay un abuso de poder. Y la verdad que esta es la sensación que uno tiene o que yo tengo todo el tiempo de sentirme violentada por esa imposición, por la forma como estamos legislando, por tener 6 meses sesiones en que no hemos trabajado en nada más que en sesiones especiales, o sea para tratar las leyes del gobierno y no las de la oposición. Cuando vienen los funcionarios y no escuchan las objeciones, como se hizo en la audiencia sobre la ley de desabastecimiento. Entonces, siguiendo con las metáforas, lo que uno siente es que el desabastecimiento es el de la democracia.

-Senadora, sobre esto un poco más. ¿Cómo es el trato con el resto de los senadores? Con alguno de ellos tengo relación, los conozco. ¿Cómo es el trato de los Senadores que bancan desde su banca a semejante personaje, como es Boudou, al frente del cuerpo?

Yo creo que en parte el enojo que me manifestaron a mí, porque se quedaron muy ofendidos, sobre todo las mujeres, esta paradoja de que después las defensoras fueron en general las más efusivas, las senadoras mujeres. Estaban muy enojadas conmigo. Y yo digo qué nos pasa cuando uno tiene que salir a explicar las metáforas. Entonces no estamos siquiera compartiendo el idioma. Porque está claro que yo no0 hago un juicio personal. Hasta puedo ponerme en los zapatos e imaginar qué puede sentir como persona el señor Boudou, pero otra cosa es lo que representa institucionalmente. Después se terminó haciendo la defensa de que él, como no es senador, representa al poder Ejecutivo. Eso es cierto, con más razón entonces tenemos derecho los senadores, por integra un cuerpo colegiado, de manifestar nuestra preocupación, pedir que él tome licencia y que tome toda su energía para ir a probar su inocencia. Será la justicia la que tenga que decidir sobre su culpabilidad o inocencia, pero lo cierto es que se ve afectado el normal funcionamiento del Senado y esto yo lo veo en mí misma. Porque después me decía “no, lo que pasa es que usted es siempre serena, una persona que no ofende”, estaban como sorprendidos, les parecía la rudeza que había utilizado. Entonces yo estoy siendo el mejor ejemplo de esa violación en el sentido del abuso de poder al punto que uno saca de uno tal vez lo peor. No creo que sea el caso. No he hecho otra cosa que mostrar lo que está todos los días no sólo en los diarios sino en el expediente judicial, que tiene como 300 páginas destinadas a probar las sospechas que tiene el juez sobre el uso de dinero de los argentinos en beneficio propio.

-Senadora, hay en el diario La Voz, en el portal, dice que el lunes Córdoba amanecerá con 3500 empleados de las empresas automotrices: Volkswagen, Fiat e Ibeco suspendidos. Le pido una mirada regional y la otra sobre qué está haciendo este gobierno en relación con la industria, con las autopartes, con el manejo de aquello que alguna vez soñamos, una industria nacional.

Esta mañana escuchaba la noticia y hablamos de 3 mil, hablamos de mil., ponemos números. Pero habría que hacer un segundo, imaginar lo que significa en una familia cuando se pierde el trabajo, cuando tenemos temor a perder el empleo. No debe haber sensación más dolorosa, más insegura, más angustiante en la vida personal que perder el trabajo o tener temor, saber que corre riesgo nuestro trabajo. Por eso es más doloroso todavía que se siga haciendo un tipo de debate, de negación, de descalificación, de no reconocimiento, de decir “qué bueno que a la inflación la emisión no la provoca”. Es decir, todo lo que no está pasando. Y por eso creo que estamos viviendo esta sensación de abuso de poder, la negación de la realidad, y sobre todo en algo que yo me quisiera también destacar hoy, lo que ha pasado con este gendarme, que se vuelve a utilizar la mentira para cambiar el delito. Como durante 11 años se nos dijo que no se reprimía en la protesta y la protesta no se reprime no porque el gobernante es buenito, es porque la Constitución garantiza el derecho al reclamo. Otra cosa es después la aplicación de la ley democrática para que el derecho de uno no afecte el derecho de los otros. Pero que para castigar a un militante al que no se puede detener se haya simulado esto que pasó del gendarme para después acusar de otro delito, la verdad que retrotraer a las peores épocas de Argentina, donde se decía que había enfrentamientos cuando en realidad había un fusilamiento. Y que después Berni reconoce que fue mandado, esto nos recuerda a aquellos tiempos de obedecer, cuando se decía que una orden que manda a cometer un delito, la responsabilidad es del que manda, el que comete el delito pero también del que manda a cometer el delito. De modo que es de una enorme gravedad. Y por eso quiero destacarlo.

-Senadora, lo que usted plantea me obliga a una reflexión. Este gobierno tiene a Sergio Berni, a Amado Boudou, lo tiene a Kicillof, y lo tiene a Timermann y tiene a nuestra relación con Irán y todas esas cuestiones dando vueltas. ¿Cómo es posible que un mismo gobierno cobije a Timermann, a Kicillof, a Berni, a Boudou?

Mire, yo no hago consideraciones personales. Creo que sí es un gobierno que tiene una concepción de poder antidemocrática, porque si usted se subordina a la Constitución y a la ley lo que tiene que construir es un Estado de derecho, no una confusión de creer que el Estado es el gobierno. Y el Estado no es el gobierno. Es decir, la Constitución es para que la cumplamos todos, desde la Presidenta al ciudadano más sencillo. Y sobre todo los funcionarios y los gobernantes tienen que subordinarse a la ley democrática. Y no porque se invoca la patria o porque pareciera ser que se está investido de un poder superior entonces la ley ya no hay que cumplirla sino que se confunde y “el Estado soy yo”, que es lo que pasa en la concepción de poder de este gobierno. Ojalá las organizaciones de Derechos Humanos salgan a decir algo, porque creo que esto es muy grave y sobre todo con una sociedad que está atemorizada, entonces vuelve a creer que la mano dura es lo que la puede proteger del delito.

-Estábamos hablando antes de charlar con usted de la relación con el dinero, con los bancos, los préstamos y el pago según el fallo de la Corte de Nueva York. ¿En qué punto estamos Senadora?

Ahí también se ha mostrado… hay primero una situación con la justicia por un fallo que Argentina tendrá que cumplir, si es que acata la ley y acata lo que se comprometió de haber cedido la jurisdicción. Entonces, por un lado es ese problema. Y por el otro está el problema de la deuda, de cómo se va a pagar a aquellos a los que se les viene pagando. Entonces se hace de esto una gran bandera ideológica, se invoca a la patria, como pasó en Rosario, que a mí me impresionó, cuando la Presidenta fue el 20 de junio y se veía como una gran escenografía una corbeta de guerra. La corbeta de guerra que fue a Las Malvinas. Entonces uno se dice ¿cómo?, ¿se está reivindicando la guerra o se reivindica el derecho que tenemos los argentinos sobre las islas? Porque si hay algo que ha herido el espíritu colectivo es la humillación de esa guerra perdida. Entonces no se puede apelar a sentimientos que son profundos para mostrar cuestiones que tiene que resolver el gobierno porque es el que ha manejado el tema de la deuda. Claramente los que saben han explicado que no es necesario una ley para resolver el problema ahora, que es pagarle a aquellos a los que s ele venía pagando y que no se les puede pagar en Estados Unidos. Todo esto, que tiene una seriedad, porque es grave las pérdidas de trabajo y que las fábricas se cierran. Este es el problema en que tendríamos que estar trabajando, y sin embargo se hacen como grandes gestas cuando la ley es la construcción de ciudadanía, es la construcción de derecho, es la construcción de paz, y no volver a esta confrontación guerrera, que sólo se nos descalifica para poder debilitar nuestros argumentos.

-Hay un problema, le diría que de bolsillo pero también de concepción económica y de idea política: en Rosario la última investigación da para agosto una canasta familiar de 11 mil pesos y el tema inflación, recesión es el tema olvidado por el gobierno. ¿Qué opina usted sobre el tema inflación y recesión en Argentina?

Es lo que le decía a lo largo de lo que estábamos conversando los verdaderos problemas sobre los que tendríamos que estar avocándonos todos, y sobre todo el gobierno. Es un gobierno que está de salida, entonces la responsabilidad por las consecuencias por cualquier decisión que tome, en la normalidad y esta racionalidad política, tendría que convocar a todos los sectores y ver cómo las consecuencias de las decisiones sean lo menos grave. Y no, como si se estuviera en el inicio de un gobierno, seguir insistiendo sin modificar nada, hacer estas audiencias, que se convocan a los sectores, se desprecia lo que los sectores diferentes tiene para decir –me refiero a la ley de desabastecimiento-. Entonces hay una concepción de yo no escucho, yo tengo al razón, tengo la verdad. Y la verdad que faltando tan poco, con un gobierno de salida, uno se da cuenta la irresponsabilidad de pensar nada más que en el gobierno y no en la consecuencia para el país de las decisiones que se toman como gobierno.

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