Google+ Raúl Acosta: "Es fácil buscar un culpable y no hacerse responsable"

miércoles, 12 de agosto de 2015

"Es fácil buscar un culpable y no hacerse responsable"

María Pilu Giraudo, titular de Aapresid, niega que la siembra directa beneficie a las inundaciones



-La llamada es por lo siguiente. Algunos colegas, periodistas de Buenos Aires, a mi entender, con muy poca información y, según lo creo, con muy mala intención, sostienen que es la siembra directa la que provoca un escurrimiento más rápido de las aguas en provincia de Buenos Aires. Directamente dicen. La siembre directa es una de las culpables de esta inundación. Usted, como titular de Aapresid, este tema lo debe estar manejando al detalle. ¿Qué nos puede comentar?

La verdad, gracias por la llamada, porque no lo podemos creer. Decimos: realmente, qué mal que hicimos las cosas, qué mal que comunicamos nosotros desde la institución y los productores. Porque la siembra directa es todo lo contrario. La siembra directa, hace treinta años, le vino a poner fin a una agricultura que deterioraba los suelos, que justamente, una de las principales consecuencias era la impermeabilización que le hacía a estos suelos.
Porque los suelos, hace treinta años atrás, con tanta labranza, se desmenuzaban todos, parecía talco, y estaban desnudos, desprotegidos; y entonces apenas llovía enseguida se armaba una capa, como un pavimento, y el agua seguía pegando y, en vez de infiltrar y penetrar en el suelo, se iba acumulando y empezaba a escurrir, y no sólo se perdía el agua sino que se perdía el suelo. La siembra directa deja los rastrojos de los cultivos, los residuos de los cultivos, sobre el suelo, protege al suelo no sólo del agua sino de las excesivas temperaturas, de los vientos también, y entonces, cuando llueve, esa cobertura hace como un acolchadito que va dejando que la lluvia vaya cayendo de a poquito, vaya infiltrando y se vaya guardando en el suelo para que cuando los cultivos la necesitan lo puedan aprovechar. En el caso de lluvias excesivas, como es este momento, va guardando mucho más que cualquier otro suelo que no esté en siembra directa.

-Ingeniera, ¿hay algún modo de explicar esto? Porque colegas, periodistas que conducen noticieros en Buenos Aires, canales centrales, sostenían ayer por la noche: “la siembra directa es la culpable”. Es tan sencillo lo que usted dice.

Es fácil buscar un culpable y desviar la atención y no hacerse responsable de los verdaderos responsables. Porque, por un lado, las inundaciones son un fenómeno de la naturaleza que no lo podemos evitar las personas, y eso ocurren cíclicamente, cada tantos años. Por otro lado, son potenciados por el cambio climático, el calentamiento global, que hace que sean más virulentos, como lo que está aconteciendo. Pero, por el otro lado, hace más de cien años, Florentino Ameghino nos advertía de las obras que necesita la provincia de Buenos Aires. Que no es exclusivo de la provincia de Buenos Aires. Hoy hablamos de la provincia de Buenos Aires por lo que está aconteciendo, pero en realidad pasa en todos los lugares. Se necesita de la decisión pública para hacer estas obras, de obras planificadas. En muchos casos, la planificación tiene que ser interprovincial. Y después tenemos otro agravante enorme, que la verdad que no se hacen cargo las personas que se tienen que hacer cargo, que son los funcionarios de gobierno, y es la políticas desacertadas. Nosotros estamos acumulando años ya de interferencias para poder vender otros cultivos, otros granos, como son el trigo y el maíz por ejemplo, y entonces las políticas actuales del agro empujan al único cultivo, que ya hoy está en riesgo, rentable, que es la soja.

-¿Cómo es que está en riesgo?

Porque ya hoy por la baja de los precios y con el porcentaje de derechos de exportación que el gobierno se queda de la venta de nuestros granos, es muy poco el redondel alrededor de los puertos que todavía tiene un resultado positivo; sino para las mayoría de los casos los costos excesivos, sobre todo los de transporte, hacen inviable económicamente, ya hoy, hasta el cultivo de soja.

-Una pregunta más, que es referida a algo que también se le imputa al agropecuario. Y en este caso, yo tengo mis dudas de que no tenga algo de certeza la imputación. Y es el de los canales clandestinos para desviar aguas de un campo hacia otro, aprovechando precisamente lo que es natural, el desnivel.

Lamentablemente, cuando no se hacen las cosas que corresponden y las obras que solucionan los problemas, en momentos como el que estamos viviendo, empieza a regir el “sálvese quien pueda”, y cada uno trata de hacer lo que más el conviene. Pésima decisión, pero una realidad que se puede perfectamente evitar tomando las decisiones que corresponden a los funcionarios de gobierno.

Y algo que le quería comentar que va a ayudar mucho a comprender lo que pasa ligado al monocultivo sojero que le estaba comentando. Es que la soja, como único cultivo en todo el año, no consume más de 600 milímetros de lluvia. O sea que, en la mayoría de los lugares donde se siembra, está consumiendo prácticamente la mitad o el 60% de lo que llueve. El resto es excedente que no se utiliza, lamentablemente no se pueden sembrar otros cultivos, como trigo, en el invierno, que es fundamental para la alimentación del país y del mundo, es fundamental para mantener a los suelos productivos, es fundamental para exportar y para que entren ingresos que beneficien en servicio y atención a todo el país. Es realmente una situación inadmisible, y lo más triste es que se ataca a una tecnología que nos pone en un lugar de ejemplo a nivel mundial, que con políticas públicas acertadas, la verdad, que podría ser una marca país.

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