Publicado en diario "La Calle", de Concepción del Uruguay, 20 de noviembre de 2016
Todos los caminos políticos concurren a una
esclavitud, una entrega que viene, al menos, desde Juan Manuel y los Saladeros
y proviene del Virreynato, en el 1700 y tantos. El negocio, como siempre, es
ser el eje.
Si hay algún falo que representa a la
Argentina es el Obelisco. Y si hay algo que representa el centro, no geográfico
–aunque lo es-, el centro político, el
ombligo de la política en la República Argentina, es Casa Rosada, Cabildo…
Buenos Aires, Obelisco.
Hay dos obras, que yo recuerde, dos obras
teatrales en donde la mención al Obelisco es básica. Una de ellas es “Historia
para ser Contadas”, de Osvaldo Dragún. Uno de los personajes vende muñequitos, explica
que los vende en la explanada del Obelisco y dice en su texto:” Carlos
Pellegrini y Corrientes, por abajo pasan tres líneas de subterráneo, y por
arriba, como un monumento, han puesto el Obelisco...a la pelotita… a la
pelotita…” Terrible Dragún, el personaje no puede ganar su dinero porque se le
infecta un diente y el flemón le quita perspectiva.
La otra es la obra de Walter Operto,
“Ceremonia al pie del Obelisco”, una fenomenal alegoría política de los 60/70
que en el mitológico Di Tella fue un referente. Con / por ésa obra los milicos advirtieron la
necesidad: clausuraron historias
En la democracia nacida en el 1983 los
presidentes han sido tan pocos que es fácil recordarlos. Venido de Chascomús
Alfonsín les armó lío, no eran costumbre sus simplezas. Al “establishment”
porteño les armó un lío total diciendo nos llevamos la capital a otro lado.
Después, con pista en Anillaco, que ahora está
llenándose de yuyos, y los chivitos riojanos, totalmente fuera de temporada,
toda la comparsa que acompañó a Menem, desde las patillas, el poncho y todos
los funcionarios riojanos (muchos no servían para nada pero eran riojanos)
claudicó. Ni amagaron cambiar la dependen cia. Diez años. Buenos Aires debió
acostumbrase a una peregrinación a Anillaco cuando Menem se iba para allá con
su séquito. Una caravana de la alegría. Buenos Aires domesticó a Menem, pero debió
fumarse Anillaco. Convivimos en esa relación absolutamente absurda entre un
pueblito riojano y el poder central. Viva la Ferrari “Testa rosa”
Después de eso vino De La
Rúa, el interregno, la nada. Después de la nada la nada misma. Dos, tres,
cinco, cualquiera. Finalmente Duhalde. Poco tiempo, mucha violencia, soberano
desastre.
Después del desastre los Kirchner. Otra vez
una peregrinación, pero esta vez no para el chivito riojano sino para el
cordero patagónico. Y otra vez un sitio, en este caso mucho más feliz,
Calafate, en donde los terrenos, que costaban 10 pesos el metro cuadrado se
convirtieron en terrenos de 150/200 dólares el metro cuadrado. Calafate se lo
merece, lo que no se merece es el formato. Por
diez, doce años, las peregrinaciones a Calafate y la serie de
funcionarios absurdos buena parte de ellos, vinieron del sur o estuvieron en el
sur pese a haber nacido en otro lado. La repetición es visible. Viva Louis
Vuitton, muera el dos por uno.
La semejanza es mayor. Relaciones carnales.
Hijos. Enojos. La “re-re”. Argentina fue lo que fue y es lo que dejaron. Lo que
aparenta es que tanto los medios de comunicación porteños como los grandes
capitales que suman las cien empresas que pueden manejar el país, están de
acuerdo en que el presidente tiene que ser cercano al Obelisco.
Macri el más cercano,
Massa que es de Tigre, y Scioli, que en realidad es un porteño trasladado a La Plata, que tiene una relación
absoluta con la ciudad de Buenos Aires. Cualquiera de los tres representa a
Buenos Aires y su “establishment”. ¿Será entre ellos la alternancia? ¿Alguno de
los tres dirá que precisamos una capital política diferente a las luces
porteñas?
¿Quién les joroba? Les joroba cualquiera que
sea del interior. Históricamente se han encarnizado toda la vida con los
Rodríguez Saá. Con De La Sota . Se han encarnizado con Binner, Cobos, Sanz.
Aborrecen a cualquiera que no sienta “Buenos Aires” y no piense en una
ceremonia al pié del obelisco
En lo que sería la
izquierda democrática hay líderes (jefecitos) que no son proclives a enamorarse
de los porteños; seamos justos: los porteños no son proclives a enamorarse de
ellos. Tal vez una de las razones de la famélica izquierda es que en las
grandes urbes los ven como lo que son: simples abejorrros que no alcanzarán
jamás a perturbar al noble caballo y por eso los aguantan. Los jefecitos zurdos
son como el negro en Alabama. Están para la foto.
Lo que se vino en 2015 es el post kirchnerimo, en ese post kirchnerismo el
centro de poder que es Buenos Aires quiere tener una injerencia desde el
origen. Porque, convengamos, Menem los sorprendió; y recontraconvengamos,
Kirchner también los sorprendió.
Sobre el 2015, para leer
bien lo que está pasando, hay que incorporar que cierta prensa cuando dice
“Macri, Scioli, Massa”, están diciendo “los tres son nuestros”.
La República Argentina no
es el Obelisco, vaya novedad. Que la República Argentina se hiper centraliza
será la novedad. No se habla una palabra de federalismo, la idea es profundizar
el centralismo (volvernos más unitarios)
Cuando en el 2017 se
tenga que resolver la continuidad del régimen político en el que declamamos,
democracia republicana, representativa y federal, y cuando tengamos que saludar
al post kirchnerismo, debemos pensar de qué modo se para la República frente al
Obelisco.
Adelanto una frase que
usaran todos en poco tiempo: son las elecciones de 2017 las que definirán si
existe el pos kirchnerismo y mas. Las elecciones definirán si el peronismo fue o seguirá
siendo. Ja. Momento divertido, che.
Lo que está en juego,
claramente, para los próximos años. donde hay una montaña de dólares para la
República Argentina con los hidrocarburos convencionales y no convencionales,
lo que está en juego es el unitarismo porteño. Habrá que pensar si es o no es
la República, lo que viene. Hoy ausente la democracia federal, y la
representatividad destripada con los DNU y la Emergencia Económica, habrá que
pensar si 2017 no suma a la República
enfrentada con el Obelisco. Otro enfrentamiento mas. Y van…
Adelanto un dato que los
periodistas porteños omiten o tratan en sordina. Hay 100.000.000.000 de pesos
en obra pública asignados en presupuesto el 2017 para un túnel (soterramiento
del Belgrano) y una estación central (debajo del Obelisco). El 65% directo es para
Buenos Aires y el Obelisco. Puse la cifra con todos los ceros para que se
dimensione el grado de unitarismo que indica.
Vivan los salvajes
unitarios. Y listo.
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