Publicado en el diario La Capital, 22 de enero de 2017
Domingo 22 de enero. Junto al mar. Dos espectáculos, que nada tienen que ver entre si, completan una mirada cargada de nostalgias. De una parte la “Revista de Mar del Plata”, con Santiago Bal, de la otra “Somos mucho mas que tres” con Cherutti, Artaza y Milone.
Los trapos brillantes, la chafalonía, el brillo que no es brillo sino luces que hacen brillar la nada, como históricamente sucede con el teatro conocido como ”Teatro de Revistas”, pone a un muchacho grande como mínimo maestro de ceremonias para, en rigor, contarnos sus cuitas antes del retiro; una especie de “que lindo que era” donde Santiago Bal confiesa sus nostalgias por aquello que fue el “Teatro de Revistas”. Recordar no es participar sino tener el recuerdo y Santiago Bal no fue, en aquellos años que él menciona, un “capocómico” pero sus recuerdos están allí y eso, se sabe, es intransferible. El lo recuerda así y listo. Nadie puede pelear contra los recuerdos.
Las mujeres “casi” desnudas y sus bailes, como los bailarines y sus saltos y los cómicos cruzando el escenario están como antes, como siempre, pero las redes sociales, la divulgación de todo cuanto sucede en el mundo pone a esta parte del “Burlesque” y del “Music Hall” en un punto de respirador y terapia. Nada supera la crueldad de la redes. El atrevimiento fingido de un desnudo en un escenario es poco, en el siglo XXI, para lo que se encuentra en las redes. Tampoco hay chiste que no se sepa. Solo la calidad del espectáculo en vivo hace la diferencia. Eso es todo. En algunos casos parece una vara muy alta.
Escuchar a Cherutti y sus canciones antes que sus imitaciones es recurrente. Debería ensayar para lograr personajes nuevos y abandonar su ilusión de cantante lírico y/o de éxitos internacionales. No es cantante, es un imitador que canta. La diferencia hace a la comprensión de su carrera y el significado de la vida. Basta de imitar a Sandro debería ser la consigna. Un mandato de diván.
Nito Artaza es la contracara de Cherutti. En su caso hay una duda metódica ¿Puede hacer bromas sobre los personajes con quienes comparte escenarios tan divergentes, tan diversos…? Macri, Mirtha Legrand y “pepitito” Marrone, tal vez su mejor personaje. No está la respuesta en esta crónica sino en los sitios donde las cosas se definen. Boleterías en el espectáculo y votos en pocos meses en su territorio: Corrientes.
Digresión: es el Midachi el que divide aguas. En Santa Fe 1400 votos y una decisión de la CSJ provincial separaron a “la Tota” de la Casa Gris. Corrientes vota gobernador este año. Nito sería candidato.
Cecilia Milone canta mas que en otras oportunidades. Menos que en un espectáculo donde el eje sea su presencia. Aquí no lo es. Músicos en vivo y otra puesta es lo que se sugiere. En este espectáculo eso es un faltante.
Santiago Bal reivindicando un género que ha muerto hace mucho y el triplete que todavía intenta una canción, un chiste, una imitación, un corte, una quebrada y volvemos finalmente se abre a preguntas difíciles.
¿La exaltación del cuerpo femenino, los brillitos, los altos tacos y la purpurina devuelven en taquilla la inversión y la apuesta? ¿Imitar a un cantante y otro y otro y luego intentar un remedo de Luciano Pavarotti justifica una entrada? ¿Cuánto han influenciado las cuestiones de género sobre los cómicos? ¿Pueden, quienes no han participado de los programas mas vistos en el invierno, llamar la atención en el verano y, como se dice, ”cortar entradas”? ¿Es un escándalo el mejor, acaso el único argumento para convocar a un espectáculo veraniego?
La división, la gran división que se advierte en este verano es sencilla. De una parte escenarios donde el texto (previo) sostiene. De la otra espectáculos donde el escándalo y la mediatización de las miserias ha sido la mejor, la única propaganda. Falta para que se sepa si hay un ganador.
Hay, sin embargo, dos ausencias que (para mi) deberían cubrirse urgentemente. Dos canciones. La Milone debería cantar ”Se dice de mi” y Santiago Bal reinventar a María Elena Walsh y, pese a sus problemas de respiración (o por eso mismo) cantar “La cigarra”. No estaría mal. Supongo.
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