Google+ Raúl Acosta: Nunca seré un bandoneón.

domingo, 21 de mayo de 2017

Nunca seré un bandoneón.

Publicado en diario "La Calle", de Concepción del Uruguay,  21 de mayo de 2017

En este domingo de mayo oferto un cambio. Por una vez la locura cotidiana avanzando raudamente. Sin desmayo. Por una vez el olvido, el desapego a la camisa, el pantalón y el protocolo del saco y la corbata. Por una vez probemos abandonar formalidades. Esto es lo que oferto. Sepan disculpar  la locura del visitante. Aguanten lo que se llama “disruptivo”.

Nunca seré (Bandoneón)

Nunca seré un bandoneón,
estoy desechando ese destino.
Imposible cumplimiento, mentira testamentaria.
Los pulmones respiran
de un modo así, desafinado. No alcanza.

Suben y bajan pero
no sale el sonido
de las latas silbadas.
  
El pulmón de tela acartonada
tiene trato con el diablo de las ojeras
Y el angelito de los amaneceres
en los patios.
  
Los ángulos con birolas
El costado lustroso
Las pequeñas lengüetas
por donde silba el alma mía
y el alma de tantos.
  
El pasado vive como un viento
en esas latitas que se agitan
que respiran porvenir hacia el pasado.

Nunca supe el total de las teclas
ni los bajos ni que tono ni nada.


El mio es un amor desafinado.
Ignorante. Reprochable.
Los sentimientos nunca saben
nada de álgebra
Tampoco sé cuantos los martillos
del piano o  las teclas del marfil simulado.
  
Nunca seré un bandoneón
ni veo como compensarlo

Tengo algo dentro que se mueve.
Los pulmones largan jugos espasmódicos.
Tiendo a cantar por cualquier cosa
si me tocan igual
igual que ese organito minusválido
que si lo mueven resopla. Mete llanto
  
Claro que resopla
Se convierte en huracán
en griterío y mas. Basta escuchar

Nunca seré, ya nunca seré
Pero no lo se.  Pero si acaso alguna vez.
Tal vez. No se.

Vivo buscando magias pero magias,
magias de las que estaban en los libros infantiles
miriñaques, alquimias
suspiros filosofales
y así no se, tal vez, acaso
pueda  encontrar eso, el talismán,
la frotadora alcuza bronceada y
el mago que me diga bueno,
negro, ahora sos un  bandoneón
y tendrán que tocarte. Ja. Mirá si pasa…
  
Se que ustedes se sonríen.
Haría lo mismo. No puedo.
Mi tragedia es universal y suburbana.

Feo asunto ser un bandoneón imaginado,
irreal en todo. Las ganas. Irreal en todo
menos en las ganas.

Las ganas van a mas.
Quieren el tute y el capote con el cuatro de copas
Quieren fuellearse, volverse bailarinas
Básicamente en el tamaño,
en la medida que cuadre
a las manos del artista.
  
Nunca seré un bandoneón
ni veo como compensarlo
  
Un bandoneón es un alma apretada
que llora cada tanto y
cuenta cosas
que se sube y se baja y vive
del encanto, que escamotea al silencio
y grita y llora sin temor, sin prejuicios.
No hay que dirán del bandoneón
Que es inocente así demuestren lo contrario
  
Un bandoneón es muchas cosas
que no pueden los hombres simular, escamotear,
olvidar en desvanes en desuso
y zaguanes que no están.
De allí las ganas de ser un bandoneón,
al menos intentarlo.
  
El bandoneón posee recursos limitados.
Hay notas que no llegan,
canciones que se escapan.
Melodías que son como tragedias
Que no tienen arreglo para bandoneón.
La vida es eso.
  
El bandoneón reduce todo a sus soplidos.
Eso es milagroso.
No tiene todo el vocabulario
convence con lo suyo.
Eso es lo bueno.
  
Un bandoneón es siempre buena palabra,
no tiene malos tratos. No hay denuncias
contra el bandoneón por violación bajo palabra
La música es un idioma universal
cada nota es igual donde se escuche
Mismo que si el esperanto hubiese triunfado.

Cuando llora el bandoneón todos entienden ésa lágrima.
Esa es la envidia que me pasma.
Ya nunca seré un bandoneón pero no se. No se.

Vamos a ver como es esto
de saber que no llegamos
e igual meterle “padelante”
  
Nunca seré un bandoneón
ni veo como compensarlo,
porque no llego con el aire en los pulmones
a llorar y llorar por la percanta,
y tener respiración para otro canto,
otra mujer, nuevos abrazos
  
El bandoneón
es una iglesia caminando
Así nació y sigue igual
No sabe nada de la palabra basta
  
Se bancó un tango de  flauta, violín
y firuletes en la vereda

Bancó el prostíbulo,
la calle del baile inusitado
Bancó dos machos de “lengue”
un tango que bailaban sin mujeres;
adentro las muchachas, una madama
Permanganato y palangana

El bandoneón es desarraigo
No están sus raíces
No están en una calle
Un panteón militar
un monumento a la llegada

Yo soy esa mirada de dueño que le falta.
Insultaré a quien
piense lo contrario.
Soy sin patrón un bandoneón
Soy esa ausencia del conquistador del arrabal
De la tristeza larga

Parece tonto exigirle al bandoneón
Que cante alegre
Si toda su vida es la nostalgia
No soy la patria Garibaldi
No soy la patria Sancho Panza.

Che, quiero ser bandoneón y chau

El infante de la patria
con días de gloria que arribaron
No soy Colon y carabelas
Soy la sentina, tercera bodega
Ene/ene en aduana y ratas por tirantes
  
Soy la mugre del desván
La yerba usada soy y sé que pasa
cuando se apagan las luces del cantante ,
la noche se humedece y no hay cobijas
  
Yo soy el texto que le falta, que no puede cantar
Soy el que se duerme mientras el bandoneón descansa

Soy lo que no seré y no me importa nada.
Soy lo que ya nunca.

Soy bandoneón. Soy un milagro.

1 comentario :

  1. Pude disfrutar de este texto,entreverado con un soberbio ejecutante de bandoneon y la impagable voz de Gaby Estrada en "La Casa del Tango"...

    Gracias,bigote,por este material tan sentido...Y por haber permitido con su ofrenda la creacion de tan bello espectaculo como el visto anoche.
    Un abrazo.

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