- Desde la redacción del diario La Capital, una de las personas que más conoce del tema que nos aflige, que es, en Rosario y la región, la narcocriminalidad. En la semana anterior escribió una nota que apabulló a quienes, como yo, están en periodismo pero no están tan el ajo como Hernán Lascano; apabulló porque los datos, la información que aportaba, periodística, analítica, tranquila y sin sobresaltos y excesos, indicaba que estamos en una sociedad que no es aquella del siglo XX, que el siglo XXI, al narcocriminalidad, la corrupción, los órganos de seguridad infectados por la corrupción y la droga están al lado nuestro.
De verdad, elogié tu nota porque me pareció esclarecedora del sitio donde estamos parados, segunda década del siglo XXI resolver estas cuestiones con metodologías y con la mirada del siglo XX me parece que no alcanza.
Sí. Y de hecho, paradójicamente esa nota a la que te referís, que es donde deslizábamos las conjeturas que circulan sobre la feroz ejecución de Luis Medina en Acceso Sur el día 29 de diciembre y de su acompañante, es producto un poco de lo que decís, una derivación de situaciones que son provisorias y que se excluyen entre sí. Porque tenemos una historia muy deficitaria en cuanto a investigación criminal, tenemos problemas sistémicos de coordinación entre los operadores del sistema penal, básicamente la fiscalía, los jueces de instrucción y la fuerzas de seguridad que deben trabajar a sus servicio, por millones de circunstancias, y eso hace que cuando se producen hechos de alto impacto o que requieren de una urgente respuesta social y pública y también, obviamente, desde el punto de vista del sistema penal empiecen los tropiezos y los balbuceos para poder producirlos. En esa nota lo que decíamos es que desde este marco de limitaciones las tres conjeturas que más arraigo entre los sectores que están interviniendo para intentar esclarecer este homicidio que es la punta del iceberg de un fenómeno muy complejo que todavía no alcanzamos a entender por tener herramientas idóneas de por qué llegamos a esta situación en la ciudad de Rosario y en su zona.
- Pensaba yo, después de leer ese material tuyo, que los administradores de la cosa pública por un lado, los políticos y sus declaraciones por el otro no están enfocados con declaraciones que vos brindabas. Yo le pedí a gritos que por favor leyesen ese material. Y la otra cuestión es lo que vos estás diciendo: si en febrero arrancan las fiscalías a resolver esto, con bombos y platillos se ha anunciado, y las fiscalías no tienen información, no tienen infraestructura, no tienen preparación idónea, yo no sé si no se va a parecer acá otro conglomerado gris, como el que avisás que existe entre la policía federal y la provincia y entre la policía de la provincia y los funcionarios políticos. Hay zonas grises, creo que va a haber otro gris más con las fiscalías empezando a laburar desde febrero. ¿Cómo estás viendo ese tema?
Yo con mucha discreción me permito cierto optimismo. No ingenuo, creo que lo que viene va a tener que partir de un campo actual muy ineficaz a cuanto a resultado de política criminal pero me parece que, por ejemplo, teniendo en cuenta el Ministerio Público de la Acusación que se constituyó yo creo que algunos fiscales que son personas idóneas, que tienen vocación de generar un nuevo espíritu para las investigación penales; acá en Rosario, por ejemplo, va a haber 10 fiscalías específicamente dedicadas a investigar homicidios y no otra cosa, cuando hoy tenemos 10 fiscales para investigar todos los delitos en el actual sistema inquisitivo o escrito, que es el que tenemos en vigencia en el modelo de procedimiento penal. Pero tampoco es que se genera un nuevo modelo y todo va a ser una cosa brillante porque básicamente disponemos de los recursos humanos que había antes también, de la misma policía con sus limitaciones en desempeño profesional y también con los problemas de corrupción estructural que le conocemos y que venimos tratando todo el año pasado. Pero hay algunos criterios que son interesantes para construir una base de datos importante de la información criminal de la cual el Poder Judicial ya dispone que, si se la puede utilizar de manera idónea y como quiere el Procurador Jorge Barraguirre dándole lugar ara el trabajo a la universidades nacionales -básicamente la de Rosario y la del Litoral-, yo creo que se puede tener una perspectiva optimista, no ser pesimista de que todo va a seguir igual. Pero lógicamente depende del compromiso y de algo que estará por evaluarse y por verse, ¿no?
-Sobre esto una sola reflexión más de tu parte. Cuando menciono narcocriminalidad, corrupción, dinero de la droga no estoy mencionando el caso de Medina sino que estoy mencionando un problema mundial; lo que no advierto es que la información que vos das, la que estás manejando, la conceptualización que me estás brindando en este momento, tenga un correlato en los funcionarios públicos. Eso es lo que me aflige.
Yo creo que una cosa que los funcionarios políticos de los tres poderes ya advierten es que no hay tiempo para chapucerías, y que no hay lugar para especulaciones ni para construir artilugios políticos en base a una situación problemática que ha calado, que en Rosario se ha vuelto crítica en varios aspectos, entre ellos en la escalada muy desbordada de los homicidios dolosos, y frente a esto los funcionarios de los tres poderes van a tener que actuar para dar respuesta específica que la comunidad les exige y que si no dan tiene consecuencias no solamente para las carreras de cada uno de los políticos y funcionarios que tienen responsabilidades de desempeño, sino que claramente colocan en situación de inestabilidad y angustia al sistema, como se dio por ejemplo cuando produjo a partir del asesinato del Pájaro Cantero -una secuencia de asesinatos que vinieron de réplica que parecían imparables- y un montón de episodios. Me quedo con esto que decís en el sentido de que la sociedad está no solamente exigiendo respuestas a sus representantes de los tres poderes sino además mirándola de una manera mucho más atenta y crítica, por lo que hay que trabajar con responsabilidad y hay que, sin dejar de formular las críticas de las cosas que se hacen entre los distintos sectores políticos con representación, si hacerlo no desde la mezquindad sino sabiendo que estamos todos en un mismo barco frente a una realidad complicada.
- La pregunta tengo que hacerlo, es de rigor. ¿No hubo ningún político que tocara el timbre? ¿Estás trabajando tranquilo?
No. Lo que hay todo el tiempo, que me parece que es normal, son discusiones, reproches por ciertas formas que uno cree desacertadas de gestionar. Por ejemplo -yo lo he dicho públicamente y recién se lo estaba diciendo a un funcionario del Ministerio de Seguridad-, el Ministerio de Seguridad no ha entregado las cifras de homicidios ocurridas en Rosario en lo últimos 2 meses; si lo ha hecho antes, por lo menos con La Capital, y realmente en un gobierno que ha proclamado la necesidad de la transparencia esto no tiene ninguna explicación ni justificación. Ahora, tampoco los periodistas nos tenemos que poner en remilgados, la discusión política, la falta de acuerdo en enfoques, en miradas y en políticas existen y uno puede discutir, y hasta discutir fuerte, y a nadie se le caen los anillos por eso. Yo realmente siento que debato y discuto con franqueza son sentirme en situación de objeción o persecución, ni nada que se le parezca.
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